Capitolo LX

1.1K 120 20
                                    

Capitolo LX

No sabes mentir


Lucy

Se llevó una mano a la cabeza e hizo una mueca de dolor. Me sentí inmensamente culpable por lo que le había pasado. Me acerqué a él rápidamente, y simplemente, lo abracé.

- Lo siento Niall, lo siento mucho... –dije.

- Estoy bien. –él me abrazó de vuelta.

- Estás sangrando, Niall... -acaricié su rostro con cuidado. No quería causarle más daño.

- Lo siento, Lucy. Siento haber roto mi promesa. –su manos viajaron hasta las mías y las estrecharon suavemente.

- Ahora eso ya no importa. –musité.

Eso ya no importaba más, todos habíamos cometido errores.

- Siento haber sido un imbécil egoísta, pero tenía miedo de perderte. –dijo- Tenía miedo de que Louis te apartara de mí... Porqué eres lo que más aprecio en este mundo tan cruel.

Jamás Niall había sido tan explícito y transparente en cuanto a sus sentimientos. Ni si quiera las veces que me había dicho que yo le gustaba.

- Sé que no puedo retenerte a mi lado en contra de tu voluntad... Y esa es una realidad que no puedo ignorar, que no sabes cuánto me duele y cuánto me asusta. –continuó- Pero la verdad es, que no quiero que te alejes de mí.

Y por irónico que fuera, después de tantos intentos de apartarme de él, de volver a mi hogar... No tenía miedo de quedarme a su lado.

- No voy a dejarte solo. –contesté.

Sorpresa se dibujó en sus ojos.

- No sé que es lo que siento por ti, pero lo que sí que sé es que no quiero alejarme de ti. –me sinceré al fin.

Tomé su mano y sonreí.

- Volvamos a casa, si alguien nos ve así llamará a la policía. –tironeé suavemente de su mano.

Él rió.

Entramos en su coche y Horan condujo por más de media hora hasta llegar al palacio, me limpié las lágrimas por el camino y simplemente permanecí callada, inmersa en mis pensamientos.

Las caras de los trabajadores cuando nos vieron cruzar el umbral de la puerta principal fueron una mezcla de espanto y preocupación, incluso alguno de ellos se acercó curioso y se ofreció a ayudarnos. El rostro de Niall era un verdadero cuadro, tenía sangre por todas partes; la nariz, la frente, el labio... Pero sus heridas se habían cerrado completamente, solo permanecía en su pálido rostro toda aquella sangre. Su ropa estaba un poco manchada, incluso la mía, junto a mis manos.

- ¡Horan! ¿Qué demonios te ha pasado? –escuché de pronto la voz de Bellini.

Este se acercó apresuradamente a nosotros y nos hizo detenernos en medio del corredor.

- ¿Estás bien? –miró a Niall- Bueno, ¿estáis bien? –corrigió y dirigió la vista a mí.

- Nunca he estado tan bien. –le respondió Niall.

Seguidamente, su mano se enredó con la mía, y una cómplice sonrisa se dibujó en sus labios.

- ¿No vas a contarme qué ha pasado? –inquirió Marco.

- Luego. –fue lo único que dijo Niall mientras le hacía un vago gesto con la cabeza.

- Al menos date un buen baño, hueles a perro. –alcanzamos a escuchar.

El Príncipe de las Tinieblas |n.h| auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora