Capitolo XXV

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Capitolo XXV: Louis van den Bogaerde

***

Desperté bajo una brillante y cálida luz, entrecerré los ojos por unos segundos y alcé la barbilla, entonces, mi nariz topó con el mentón de alguien.

Niall.

Me di cuenta que su brazo se encontraba sobre mi cintura, me mantuve quieta en mi posición y volví la vista a él. Lo observé por unos largos minutos, un par de mechones de su alborotada melena caían sobre su frente, sus facciones se habían suavizado y sus rosados labios se encontraban ligeramente entreabiertos. Dormía como un bebé.

Aparté su brazo con cuidado y salí de la cama en silencio, abrí uno de los cajones del armario y tomé una muda limpia, le eché un último vistazo a Niall, que seguía durmiendo plácidamente, y entré en el cuarto de baño. Me dí una ducha rápida, cuando terminé, me envolví en una toalla y me sequé el pelo. Dejé la toalla sobre un pequeño taburete y me vestí, después de ordenar el lugar, unos leves golpes en la puerta captaron mi atención.

- ¿Lucy? -inquirió su tan característica voz.

Me encaminé hasta la puerta, y la abrí. Niall se encontraba parado frente a mí, no llevaba camiseta, sentí la garganta seca y el calor subir a mis mejillas. Alcé la mirada, pronto mis ojos se encontraron con los suyos, me miró divertido y sonrió de lado.

Carraspeé.

- ¿Cómo te encuentras? -preguntó.

- Mucho mejor. -contesté con timidez y aparté la mirada.

Entonces, sentí la fría palma de su mano sobre mi frente.

- Ya no tienes fiebre. -dijo.

Lo encaré, sus ojos me observaban dóciles y cálidos, algo pareció removerse dentro de mí.

Apoyó un brazo en el marco de la puerta y acarició mi mejilla lentamente, lo admiré, lucía diferente. Se despegó de la puerta y dio un paso hacia delante, quedando a escasos centímetros de mí. Colocó una mano en mi espalda baja y se inclinó hacia mí, de repente, el sonido de la puerta de la habitación abriéndose estruendosamente me devolvió a la realidad.

- ¡Lucy! Tengo que hablar contigo. -exclamó una voz femenina.

Ambos dirigimos la vista en la misma dirección, Victoria. La rubia trotó hacia nuestra posición, Niall se apartó a un lado y la miró molesto.

- Lucy -murmuró- Tu padre ha tenido un accidente de coche.

Mi padre.

- ¿Q-Qué? -alcancé a pronunciar.

- Esta mañana una furgoneta se ha llevado por delante el coche que conducía tu padre. -explicó- Harry ya está de camino al hospital.

Sentí un nudo en el estómago.

Temerosa, miré a Niall y le lancé una mirada suplicante.

- Ve con Victoria, luego me reuniré con vosotras. -masculló.

Tomé su mano y la estreché levemente, Niall me contempló ciertamente sorprendido.

- Gracias. -dije en un hilo de voz.

Solté su mano, y abandoné el lugar junto a Victoria.


Mikayla

Claire no paraba de dar vueltas por la habitación del hospital, "Claire, cariño, estate quieta", repetía su madre cada dos por tres. Al final había salido al pasillo durante algunos minutos, y aún no había vuelto.

El Príncipe de las Tinieblas |n.h| auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora