Capitolo LXXI

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PARTE I 

" Vuelve a mí "


Las noches en el palacio comenzaban a ser cada vez más largas y pesadas, mi mente era el blanco de las peores pesadillas que alguien pudiese imaginar, y cada vez me sentía más atrapada y agobiada en aquel lugar. Trataba de ocultar mi cansancio y malestar, pero estaba segura que Niall se había percatado de ello des del primer momento en el que me desmayé frente a él días atrás. No quería preocuparlo, pues ni siquiera yo misma comprendía la situación.

Aquellos pequeños episodios de dolor se habían intensificado y me hacían sentir muy vulnerable. Creía que eran imaginaciones mías por la falta de sueño, pero el dolor era demasiado real.

En cuanto a Niall y Julius, mis sentimientos seguían confundiendo a mi corazón. De nuevo, había decidido evitar a Julius, pero eso solo era otra forma más de huir. Tratar de evitar más problemas entre los dos hermanos era lo más conveniente en ese momento, y si debía alejarme de Julius para conseguirlo, estaba dispuesta a hacerlo.

Niall había adquirido un comportamiento un tanto infantil y rastrero hacia su hermano, y aquello me hacía sentir culpable, pues sabía que él no era realmente así. Por otra parte, también me molestaba; me sentía como un trofeo el cual Niall exhibía frente a los ojos de Julius para generar disputa entre ambos.

Estaba personalmente saturada y en cualquier momento iba a estallar.

Apoyé la cabeza en la ventana del coche, y mis ojos se movieron vagamente hacia el exterior. Hacía frío, faltaba poco para Navidad, las calles por fin se habían llenado de hermosas luces y divertidas decoraciones festivas. Me gustaba la Navidad, era una época de reuniones familiares y visitas inesperadas que siempre alegraban mi corazón.

Noté la mano de Niall sobre la mía, me giré en su dirección y le sonreí.

– ¿Estás bien? –me preguntó.

Asentí.

Él no parecía muy convencido, pero me regaló una pequeña sonrisa.

– Lo siento, estoy un poco distraída últimamente. –murmuré.

– Sabes que si necesitas cualquier cosa puedes contar conmigo.

– Lo sé. –dije, y dejé caer mi cabeza sobre su hombro– Gracias.

Cuando llegamos al lugar, el frío azotó mi cuello sin piedad, haciendo temblar mis labios por unos segundos. Entramos rápidamente en el edificio, y recé para que Julius no se encontrara entre los presentes de la celebración.

Aquel lugar era hermoso y moderno, estaba segura que probablemente se convertiría en uno de los mejores hoteles lujosos de la ciudad. Tomados de la mano, Niall y yo decidimos dar una vuelta por las zonas comunas del edificio. Había camareros por todas partes ofreciendo comida y bebida, así que ambos terminamos con una copa en la mano.

Subimos a la terraza de la azotea, que prometía unas vistas impresionantes, junto a un moderno y encantador chill out. Y así era, el lugar era maravilloso. Mis asombrados ojos rastrearon a mi alrededor, y de pronto, se toparon con los de alguien más a la lejanía.

Mi corazón tembló, él se encontraba entre los invitados de la inauguración, fumando y bebiendo casualmente. Aparté la mirada rápidamente, y me concentré en las vistas del lugar.

– ¿Te gusta? –escuché la voz de Niall.

– ¿Eh? –lo encaré.

– El lugar. –me sonrió.

El Príncipe de las Tinieblas |n.h| auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora