Capitolo LV

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Capitolo LV

La llegada de Misty Wood

***


Qué extraño era caminar de su mano por el jardín, qué extraño era verle sonreír con timidez, qué extraño era sentirme bien a su lado. Los días pasaban, Niall y yo cada vez éramos más cercanos. Me gustaba –secretamente- pasar tiempo con él, conversar, pasear... Sentía que cada día era una oportunidad para conocerle mejor, para reconstruir aquel enigmático rompecabezas, con todas sus piezas; las buenas y las malas.

Niall se sentía solo e incomprendido en muchos aspectos, era más frágil de lo que jamás hubiera imaginado. No era serio y aburrido, simplemente tenía miedo de mostrar su verdadera personalidad. Le daba pavor equivocarse, expresar sus verdaderos pensamientos, y también sus emociones más naturales y profundas.

Sufría silenciosamente, y yo había tardado mucho en percatarme de ello. Quizás porqué nuestra relación había comenzado de la peor manera y eso había dado pie a la desconfianza mutua; la desconfianza a dar un paso totalmente diferente, uno que llevara la relación a un punto de inflexión positivo. Enterrar el pasado y empezar a delinear una nueva imagen.

Niall era dulce, sus ojos gritaban "Esto no se me da bien, pero lo estoy intentando". Parecía que todo aquello fuera nuevo para él, como si nunca hubiera hablado con una chica. Cada vez que hacía ademán de tomar mi mano o acercarse un poco más a mí, veía una pizca de miedo en su mirada, miedo a mi rechazo. Entonces yo estrechaba su mano y le sonreía con timidez, dándole a entender que aquella muestra de efecto no me molestaba.

En cuanto a Julius, lo estaba evitando. Por suerte su rostro sólo aparecía en mi camino de vez en cuando, y cuando lo hacía, yo encontraba rápidamente una excusa para abandonar cualquier cosa que estuviera haciendo en ese momento y escabullirme de él. Sinceramente, me sentía maleducada por estar actuando de aquella manera tan infantil y estúpida, pero no me atrevía a encararlo.

Todavía tenía pesadillas por la noche, soñaba que aquellos hombres que intentaron propasarse conmigo lo hacían de nuevo, una y otra vez. Los ojos y la maléfica sonrisa de la esbelta pelirroja se proyectaban repetidamente en esos sueños.

La única persona que podía calmar mi sufrimiento, era Niall. Cuando aquellas pesadillas atormentaban mi sueño nocturno, él aparecía silenciosamente y tomaba mi mano entre la suya. No decía nada, acariciaba mi cabello y esperaba a que mis ojos se volvieran a cerrar. Aquello había marcado un antes y un después, ese pequeño gesto significaba demasiado para mí; sus manos eran delicadas sobre mi rostro, acariciaban mi mejilla con dulzura y estrechaban mi mano de manera tierna y protectora.

[...]

Salí a pasear al jardín acompañada de Trasto, este brincaba y ladraba alegre entre mis piernas, haciéndome tambalear patosamente sobre la hierba. De vez en cuando le regañaba, pero él continuaba con sus juegos.

Me despisté unos minutos, observando a mi alrededor, sintiendo el olor a tierra y hierba mojada. Cuando mis ojos volvieron a mi perruno acompañante, este captó mi atención; estaba rastreando el suelo. Me agaché junto a Trasto, curiosa por saber qué era lo que el animalito estaba olfateando con tanta intensidad. Hacía frío, la gélida brisa de inverno me hizo estremecer levemente. De repente, trasto comenzó a escarbar en la húmeda tierra con esmero y ansiedad, me dediqué a observarlo en silencio.

« ¿Qué buscas? »

Escarbó durante unos minutos, y de pronto, empezó a ladrar como un loco.

El Príncipe de las Tinieblas |n.h| auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora