Capítulo 8: Mi Suspicacia Interna

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Llegué a la sala de maestros con la finalidad de buscar café. Tomé un vaso (de esos de plástico) y procedí a apretar el botón de la máquina con tal de que el líquido descendiera hacía el recipiente que tenía agarrado.

Cuando terminé me volteé, pero obtuve la sorpresa de encontrarme a Emelda justo al lado mío.

Giró su mirada hasta encontrarse con la mía.

- No hace falta que me digas buenos días —dijo ella con una sonrisa dudosa formada en su rostro

No le respondí aunque me muriera de ganas por hacerlo.

- Te veo más animada hoy, Eliza. Eso es bueno

- ¿En serio?

- Sí. Resulta raro en ti, pero aún no me llega a la mente cuál sería el motivo de ese ánimo tuyo

Si ella supiera lo que hice ayer..., pero no puedo decirle por obvias razones.

- Tengo derecho a tener mis razones bien ocultas —le contesté sin alterar mi mirada

- Y te lo respeto..., pero algunas veces es satisfactorio revelar esas razones... o al menos en mi caso

Por dentro deseaba irme de allí. La frustración me carcomía viva esperando que ella me diera alguna indirecta cargada de malicia o alguna burla discreta.

- Eliza —continuaba Emelda—, no me acerqué a hablarte únicamente para hablarte de mí. Mira, no quiero que estemos en malos términos. ¿Sí? Tú tienes tu vida y yo tengo la mía. No hace falta estar en desacuerdo por algo tan intimo

Como era obvio, tales palabras sólo hicieron que mi desconfianza aumentara.

- Dentro de unos días llegará el Festival de Primavera.... No estás obligada a ir, ni te estoy invitando, pero me parece un bonito lugar para ver las luces, las decoraciones y pasarla bien.... Estaré con unas amigas en esos días

- Gracias por notificarme eso

- No hay de qué. Deberías pasarla bien más seguido

Enteramente helada por lo que acababa de oír sentí mi corazón palpitar más rápido de lo normal. La situación era tan asfixiante.

Sin embargo (y para mi fortuna), Albern entró al salón. Aproveché eso para irme, no sin antes mirar de reojo a Emelda.

Regresé al salón de clases, donde Alexa me esperaba.

- ¿Fuiste a la misma fábrica a conseguir ese café, profe?

- Disculpa por demorarme. Tuve un... contratiempo

- ¿Y cuál fue?

No me sorprende que me pregunte eso, creo que es parte de su personalidad.

- Pues... era algo sobre el festival. Ese que harán en unos días

- ¿El Festival de Primavera? Qué raro que lo digas, Eliza. Lugares así no suelen ser de tu agrado

- Ciertamente, pero.... Mejor no hablemos de eso

Para aclarar, ni yo misma sabía por qué hablaba así. Posiblemente sean los nervios que todavía me estaban pasando secuela en ese momento.

Cuando las clases finalizaron me fui con Alexa con tal de acompañarla a su casa.

Mientras caminábamos usamos el tiempo que teníamos para hablar de algo.

- Ese festival tampoco es que sea la gran cosa —comentaba mi alumna con su inalterable actitud—. Sólo habrá pura gente con ropa rara y niños gritones en puestos de comida.... Me da cringe de tan sólo pensarlo

Mi Alumna y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora