Capítulo 10: Sentimientos Evidentes

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Toqué la puerta de la casa de Alexa. Ella me abrió tras unos segundos, alegrándose por haber visto mi presencia.

Entré con ella y me invitó a sentarme en el comedor de la sala, mientras buscaba café para nosotras.

- Soy más fan del té —decía ella al acercarse—, pero considera que esta vez es una conveniente excepción

- ¿En serio? Tus palabras me hacen sentir afortunada…. ¿Sabes qué creo? Que fuiste a alguna escuela de señoritas, pero no quieres decirme

- Depende si quiero impresionarte. Podría inventarme una historia para fingir que si, pero no soy de esas…

Se sentó conmigo.

- Cuéntame —me dijo—, ¿extrañabas venir aquí?

- Un poco —sorbí mi café—. Quería acostumbrarme al ambiente de otra casa. Algo que adoro cuando visito un hogar ajeno es sentir un olor diferente, un lugar diferente…

- Bueno, si no fuera por mis padres yo ya te hubiera pedido que te mudaras conmigo

- Qué adorable, pero aún te falta mucho por crecer

- Pero aun así ¿estaría buena la idea?

- ¿Vivir juntas? Se vería un poco extraño. Nunca pensé en vivir con alguien previamente

- ¿Y por qué?

- Fueron decisiones que tomé sin pensarlas mucho. Igualmente, la soledad no es tan mala si se aprende cómo manejarla

- Si…, además de que nadie te molesta si haces ¨cosas vergonzosas¨ contigo misma

Abrí los ojos, sorprendiéndome por esas palabras.

- ¡Alexa!

Ella se limitó a reír.

- Te ves tan linda cuando te sientes avergonzada…

Se levantó de la silla y se dirigió hacía su refrigerador.

- Oye, Eliza, ¿te apetece algo de comer?

- Pues… claro

- Entonces, a menos que te gusten las lentejas, tendría que prepararte algo más

- ¿Lo dices en serio? Supongo que no estaría tan loco afirmar que ya sabes cocinar a tu edad

- Lo aprendí más por obligación que por voluntad propia. Como sabes, mis padres no pueden ayudarme en tantas cosas…

Echando una rápida mirada por la cocina, alcancé a ver un paquete con macarrones con queso. Creo que estaría bien para esta ocasión.

- Alexa, no tienes que prepararme nada complicado ni ostentoso. Prefiero unos macarrones con queso

- Bueno…, si eso quieres… podré hacerlo

- ¿Detecto duda en tus palabras?

Ladeó la mirada hacía mí, sonriéndome nerviosamente.

- Es que… no sé muy bien cómo cocinar esto

- ¿Quieres que te ayude?

Asintió la cabeza.

Suspiré y me levanté hacía ella. Me paré a su lado y frente a la estufa. Tenía el paquete de los macarrones en la mano, leyendo las instrucciones.

- Primero tienes que encender la estufa

Agarró una caja de cerillos y realizó exactamente lo mismo que le dije.

- Después hierve una olla de agua con sal. Echa los macarrones en la olla hasta que adquieran un estado aceptable.... En otra olla prepara la salsa de queso

Mi Alumna y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora