Toqué la puerta de la casa de Alexa. Ella me abrió tras unos segundos, alegrándose por haber visto mi presencia.
Entré con ella y me invitó a sentarme en el comedor de la sala, mientras buscaba café para nosotras.
- Soy más fan del té —decía ella al acercarse—, pero considera que esta vez es una conveniente excepción
- ¿En serio? Tus palabras me hacen sentir afortunada…. ¿Sabes qué creo? Que fuiste a alguna escuela de señoritas, pero no quieres decirme
- Depende si quiero impresionarte. Podría inventarme una historia para fingir que si, pero no soy de esas…
Se sentó conmigo.
- Cuéntame —me dijo—, ¿extrañabas venir aquí?
- Un poco —sorbí mi café—. Quería acostumbrarme al ambiente de otra casa. Algo que adoro cuando visito un hogar ajeno es sentir un olor diferente, un lugar diferente…
- Bueno, si no fuera por mis padres yo ya te hubiera pedido que te mudaras conmigo
- Qué adorable, pero aún te falta mucho por crecer
- Pero aun así ¿estaría buena la idea?
- ¿Vivir juntas? Se vería un poco extraño. Nunca pensé en vivir con alguien previamente
- ¿Y por qué?
- Fueron decisiones que tomé sin pensarlas mucho. Igualmente, la soledad no es tan mala si se aprende cómo manejarla
- Si…, además de que nadie te molesta si haces ¨cosas vergonzosas¨ contigo misma
Abrí los ojos, sorprendiéndome por esas palabras.
- ¡Alexa!
Ella se limitó a reír.
- Te ves tan linda cuando te sientes avergonzada…
Se levantó de la silla y se dirigió hacía su refrigerador.
- Oye, Eliza, ¿te apetece algo de comer?
- Pues… claro
- Entonces, a menos que te gusten las lentejas, tendría que prepararte algo más
- ¿Lo dices en serio? Supongo que no estaría tan loco afirmar que ya sabes cocinar a tu edad
- Lo aprendí más por obligación que por voluntad propia. Como sabes, mis padres no pueden ayudarme en tantas cosas…
Echando una rápida mirada por la cocina, alcancé a ver un paquete con macarrones con queso. Creo que estaría bien para esta ocasión.
- Alexa, no tienes que prepararme nada complicado ni ostentoso. Prefiero unos macarrones con queso
- Bueno…, si eso quieres… podré hacerlo
- ¿Detecto duda en tus palabras?
Ladeó la mirada hacía mí, sonriéndome nerviosamente.
- Es que… no sé muy bien cómo cocinar esto
- ¿Quieres que te ayude?
Asintió la cabeza.
Suspiré y me levanté hacía ella. Me paré a su lado y frente a la estufa. Tenía el paquete de los macarrones en la mano, leyendo las instrucciones.
- Primero tienes que encender la estufa
Agarró una caja de cerillos y realizó exactamente lo mismo que le dije.
- Después hierve una olla de agua con sal. Echa los macarrones en la olla hasta que adquieran un estado aceptable.... En otra olla prepara la salsa de queso
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Mi Alumna y yo
RomansaEliza es una profesora de secundaria, la cual no se enorgullece respecto a la vida que está llevando. Su rutina diaria le ha resultado aburrida y cansina, pero una estudiante suya llamada Alexa será la responsable de cambiarle la vida. Novela regist...