Ella llevaba mucho tiempo besándome sin dar señales de parar. Aprovechaba la casi perpetua soledad de su hogar para mantenerse encima de mis piernas y realizar el acto romántico con mis labios.
Olvidé qué era lo que hacíamos antes de esto. Aun así, yo no tenía nada que objetar, simplemente me resigné a dejarme llevar por lo que vivía.
Paulatinamente me fui acostumbrando a esos continuos besos. Sentía una pequeña llama avivarse en mi interior. Llama que opacaba por unos instantes mi característica timidez.
En algún momento Alexa se despegó de mis labios y me miró fijamente.
- Estamos de vacaciones. Deberíamos hacer algo más
- ¿No te sientes contenta sólo con lo que hacíamos?
- Claro, me encanta, pero... tengo en la cabeza otros planes que podrían gustarte
- Dímelos
La muchacha colocó un mechón de su pelo tras la oreja.
- He pensado que cada vez que llegas a mi casa sabes que te tendrás que ir antes de que mis padres lleguen en la noche. En otras palabras aquí no tenemos mucho tiempo para nosotras
- Para mí es suficiente tiempo
- ¿Pero no te gustaría tener un poco más?
No respondí a su pregunta. Sabía que Alexa me había preguntado eso con tal de usarlo como preámbulo para algo más.
- Por eso pensé en algo que te agradaría —continuaba ella
Llevó su mano hacia su bolsillo y sacó su celular. Buscó algo en Internet y después me lo mostró.
- ¿Qué opinas?
En la pantalla del celular había una imagen de una enorme casa blanca hecha con madera, ubicada en lo que parecía ser un pueblo algo solitario. A su alrededor habían un montón de árboles y un lago cercano.
- ¿Qué es lo que debería opinar de esto? —le pregunté a mi alumna
- Pues esta casa es uno de esos lugares raros que te encuentras una única vez en la vida.... Digamos que es un hotel ya que se puede alquilar también. He estado viendo su precio y es asequible para mis ahorros, entonces...
- Espera. ¿Me estás diciendo que pretendes gastar tus ahorros en mí?
- Sí. No todos obviamente, pero si una buena parte
- Pero, Alexa.... Esto...
Bajó su celular y se acercó a mí. La tuve a unos centímetros de mi rostro.
- Esto es un regalito que quiero hacerte. ¿Te da miedo que te lo diga o acaso nadie había gastado tanto en ti antes?
- Es que... ¿no te parece excesivo?
- Eliza, el dinero se hizo para gastarse. Tampoco es que hay que ser tacañas.... Mira, hay muchas razones por las que te interesaría este sitio: está alejado de la ciudad, los dueños nos dejarán la casa para nosotras, nos podremos bañar en el lago y hasta podremos disfrutar de la tranquilidad del bosque
Mientras ella se mostraba tan empecinada por convencerme de hacer tal gasto en mí, me había quedado pensando en cómo podía llegar a un acuerdo con ella para... no sentirme tan inútil.
- Ya. Me convenciste.... Iremos para allá, pero... con una condición
- ¿Cuál, Eliza?
- Déjame encargarme de la mitad de los gastos
- ¿También tienes tus ahorros?
- Digamos que si.... No quiero abusar de ti y... el sueldo de maestra no es tan malo dependiendo de la ocasión
Alexa tardó un poco en responder.
- ¿Y si te encargas únicamente de la cuarta parte de los gastos?
- ¿Qué?
- Así no vas tan forzada. Es una buena oferta. ¿No crees?
- Alexa..., suenas como una vendedora...
- ¿En serio? ¿Significa que te estoy convenciendo?
- ¿Por qué no me dejas echarte una mano? No quiero sentirme inútil...
- No digas eso, mi bella maestra; no eres así. Si quieres ayudar un poco puedes poner una cuarta parte, así no gastas tanto dinero
Me había percatado que esto se había convertido en una pequeña (y absurda) discusión sobre asuntos monetarios.
- Además... si me haces caso te prometo una cosita —ella había cambiado su tono de voz a uno más provocativo—; te prometo que te compraré cualquier comida que quieras para desayunar allá en la casa...
La miré algo sorprendida.
- ¿Qué dice, Señorita?
- Ok.... Tú ganas...
Mi alumna dejó salir una repentina sonrisa que expresaba la satisfacción que tenía.
- ¿Ves? —musitaba ella mientras se acercaba lentamente hacia mi mejilla. Estaba a punto de besarla— Sólo necesitabas un lugar adecuado para disfrutar las vacaciones...
- ¿Y qué hay de tus padres?
Lo que le pregunté fue suficiente para interrumpirla de sus pretenciones.
- ¿Tus padres dejarán que su única hija salga tan lejos?
- De eso no te preocupes.... Me inventaré que saldré con alguna amiga de la escuela o algo así. Ellos ni siquiera tan pendientes están a mí
- Son un poco crueles tus padres
- Pero mira el lado bueno: no serán problema para nosotras...
- Si tú lo dices...
Ella soltó una risita.
- Las ventajas de tener padres despreocupados...
Y acercó sus labios hacia mi piel, empezando a besarme con notable vigor.
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Mi Alumna y yo
RomanceEliza es una profesora de secundaria, la cual no se enorgullece respecto a la vida que está llevando. Su rutina diaria le ha resultado aburrida y cansina, pero una estudiante suya llamada Alexa será la responsable de cambiarle la vida. Novela regist...