No pasaba ni un día en el cual no hablara con ella. Si era en un día de trabajo hablábamos en la temporal interrupción de las clases y seguíamos en lo mismo desde que yo llegaba a casa, pero si no era un día así, igualmente conversábamos haciendo nuestras vidas más llevaderas desde mi punto de vista.
Llegó el viernes. Recordé varias cosas (entre ellas estaba la invitación que tuve por parte de Emelda para ir a la disco) y eso me mantuvo la cabeza más ocupada de lo normal.
Por algún motivo no le comenté nada de eso a Alexa cuando había llegado el recreo. Lo había maquillado diciendo que tenía una diligencia después de clases de tipo... amistoso. Ella, según lo que vi, se lo tomó bien.
Y no hubo ninguna otra mención del tema después de esa ocasión.
Cuando los estudiantes fueron despachados, estaba a punto de irme, pero antes de que pudiera siquiera levantarme de mi asiento, Emelda entró al aula.
Tenía su cartera en la mano, denotando su disposición de salir.
- Mi querida Eliza, pasaba para recordarte mi invitación...
- Lo supuse en un principio. No dejé de pensar en eso todo el día
- Tampoco lo pintes como que es la gran cosa. Ya sabes lo que podría pasar; algunos tragos por aquí, unos bailecitos y, si tienes suerte, algún tipo te invitaría algo
- Sí, pero me invitaría algún veneno...
- No seas tan pesimista. No tiene nada de malo buscar un hombre nuevo... y más a tu edad.... Llevaré a Albern, así que estarás acompañada de dos caras conocidas
- ¿Y a Thomas no lo llevarás?
- No. Tiene mucho trabajo y eso..., no quiero molestarlo por ser buena con él.... Creo que él sabe que una mujer como yo necesita divertirse de vez en cuando
Continué arreglando mis documentos para marcharme.
- Supongo que irás a cambiarte —le dije con pocas ganas
- ¡Efectivamente! Estos labios necesitan ser cubiertos de labial y este cuerpazo requiere un vestido escotado. Además te aconsejo darte un cambio también... si puedes...
Dado que Emelda era incapaz de ocultar su indeseable arrogancia, no hice nada más que suspirar con tal de calmarme a mí misma.
- ¿Cuándo y dónde estarás lista? —le pregunté
- A las seis y estaré afuera del Restaurante Ironic. Tal vez me veas junto con Albern esperándote
Tras esa aclaración pude salir de ella y caminar hacía mi casa.
Al arribar, me quité los zapatos y me tiré en la cama. Vi mi celular, notando que Alexa me había escrito.
- ¿Qué tal, Eliza? ¡Suerte en tu diligencia o en lo que sea que vayas a hacer!
Sonreí al ver ese mensaje.
- Gracias, Alexa
Dejé el celular cuando recordé que debía cambiarme de ropa.
Entré a bañarme. Después de cierto tiempo salí con la intención de buscar algo que ponerme en mi closet.
Tenía tantas prendas..., pero estaba indecisa respecto a lo que debería usar.
¿Un vestido que no me ponía desde hace meses? ¿Esos pantalones ajustadísimos que incluso me daba pena ver? ¿Esa camisa con mangas cortas que rara vez usaba? Me era difícil decidir.
Por algún motivo a mi mente llegó la imagen de Alexa y pensé en cómo se vestiría alguien como ella.... Supongo que con un poco más de confianza, sin pudor a enseñar de más.... Bueno, lo último no es algo que va conmigo, pero creo que debería usar eso de la confianza.
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Mi Alumna y yo
Roman d'amourEliza es una profesora de secundaria, la cual no se enorgullece respecto a la vida que está llevando. Su rutina diaria le ha resultado aburrida y cansina, pero una estudiante suya llamada Alexa será la responsable de cambiarle la vida. Novela regist...