Capítulo 46: La Llama de Nuestro Amor

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Habíamos llegado a Escocia. Los bellos y verdes paisajes aparecieron gradualmente frente a nuestros ojos, dejándonos deslumbradas al presenciar tal hermosura.

Me había quedado embobada observando los innumerables árboles de la región donde nos encontrábamos, intentando enfocarme en alguna novedad que podría aparecer en el camino.

Al lado mío Alexa dormía plácidamente, evidenciando su aburrimiento.

Le toqué el hombro para despertarla.

- ¿Qué? —dijo ella envuelta en sueño- ¿Ya llegamos a Inverness?

- No creo que Inverness sea completamente verde... y sin ningún edificio

- Qué lástima. Creí que esto duraría menos tiempo

- Alexa, no quiero ser grosera, pero fuiste tú la que me recomendó viajar acá contigo. Creo que debiste preverlo. ¿No?

Ella se estiró en ese momento.

- Ya sé, pero ¿qué te digo? Me aburrí de ver tantas cosas verdes.... No me sorprendería si al final termino cagando algo verde

- Alexa...

- Perdón, Eliza. Mi actitud no ha sido la mejor; intentaré tener un comportamiento adecuado

De repente, ella sacó su celular y vio la hora.

- Aún es temprano todavía —dijo ella-. Seguramente llegaremos en la tarde

- ¿Estás segura de que podrás aguantar el resto del viaje?

- Pero claro; te tengo a ti

- Qué dulce

- Te tengo a ti para que me despiertes en caso de que me duerma otra vez

Entrecerré los ojos mientras miraba a Alexa. Por esto, ella soltó una risita.

- Oye —dijo con tal de cambiar de tema-, ambas nos lucimos a la hora de elegir la ropa que usaremos allá. Tú con tus lindos suéteres y yo con mi falda tartán

- Sí, creo que hiciste una buena elección al elegir esos colores.... Ya quiero verte con esa falda puesta

- Lo harás. Traté de comprar la falda más recatada posible para no incomodarte. Me imagino que odiarías que anduviera por esos lugares ventosos usando algo cortito

- Sí, lo odiaría..., pero honestamente hubiera preferido que llevaras tu uniforme...

Alexa me miró curiosa.

- ¿Y por qué?

No pude responder debido a la increíble vergüenza que se había apoderado de mí.

- Eliza —siguió insistiendo-, ¿por qué te gustaría que llevara mi uniforme?

- Es que... creo que te ves bonita con tu uniforme puesto...

Como era de esperarse, en el rostro de Alexa se formó una sonrisita bastante pícara.

No dijo nada (supongo que era porque estábamos en público), pero ya me imagino cuáles serían sus palabras si hubiera tenido oportunidad de decir algo.

Después de varias horas de viaje, por fin llegamos a nuestro destino.

El pueblo al que habíamos llegado se veía tal y como en las imágenes de Internet; tenía una excelente vista de esas grandes montañas, unas casas pequeñas y algunos establecimientos en las calles.

Alexa y yo nos bajamos del bus, tomamos nuestras pertenencias del compartimento y mi alumna se llevó su bicicleta.

Con todos nuestros objetos caminamos hacia el hotel donde nos hospedaríamos.

Mi Alumna y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora