Mi Alumna y yo

Capítulo 42: La Adolescente que amo

Tuve un día bastante agitado con ciertas cosas que hice en mi casa.

Era la primera vez que me empeñaba en hacer unas decoraciones tan complejas; la sala de mi hogar tenía un look bastante diferente al que estaba acostumbrada a ver. En esta ocasión procuré colocar correctamente los adornos florales, así como los globos con forma de corazón.

Al terminar suspiré exhausta, pero aliviada por haber finalizado mi esfuerzo.

Entré al baño para relajarme con una buena ducha.

Al salir todavía se me dificultaba decidir qué ponerme.... Miraba mi clóset sin descanso mientras me ardía la cabeza por mi indecisión de escoger alguna prenda que me quedara apropiada para esta situación.

De repente, mis ojos se fijaron en uno de mis vestidos, el cual era negro y tenía un pequeño espacio que dejaba mi espalda al descubierto.

Opté por vestirme con ese y, al tenerlo puesto, escogí mi mejor perfume y decoré mi boca con pintalabios.

Me vi en el espejo y noté lo espectacularmente glamurosa que estaba.... De cierta forma, me encantaba lo atrevida que me veía, debido a que me sentía más libre al optar por un look diferente a mi recatada apariencia de siempre.

Siendo sincera, me veía como una de esas mujeres que se la pasan divirtiéndose los viernes por la noche (algo impensable, teniendo en cuenta lo introvertida que soy).

Mi celular me avisó de la llegada de un nuevo mensaje.

- Hola, Eliza. Estoy frente a tu puerta

Saqué valor de dónde no tenía y me dirigí hacia la puerta.

Al abrirla, me encontré a Alexa, ataviada de unas prendas... bastante juveniles y sosteniendo un enorme ramo de rosas.

Llevaba puesta una camiseta roja con mangas largas, cuya tela desvelaba su ombligo. Usaba unos shorts que habían sido decorados con unas pequeñas cadenas amarradas a su cintura y abajo de esos pantalones llevaba puestos unos calcetines enteramente azules.

- ¿Y esa cara, Eliza? –me entregó el ramo de rosas, el cual acepté mientras mis ojos se fijaban en su apariencia- ¿Es porque me vestí así?

Previo a que pudiera responderle, soltó una adorable risita.

- Pero si te hace sentir mejor, te ves demasiado hermosa hoy.... Se me hace imposible desviar la mirada de tan bella mujer que eres tú

Mis mejillas se enrojecieron debido a tales halagos.

- Ven, pasa

La muchacha entró a mi casa y, al poco de hacerlo, quedó maravillada con lo que vio.

Mis decoraciones fueron el principal motivo de su asombro, pero también era lícito mencionar que le llamó la atención la mesa que yo había preparado únicamente para esta ocasión tan especial.

- Eliza.... ¿Todo esto lo hiciste para mí?

- Así es

- Increíble.... No sé porqué, pero ahora me han dado ganas de sentarme contigo a comer algo en esa mesa bien decoradita

Dejé escapar una pequeña sonrisa mientras caminaba hacia la cocina con tal de buscar lo que habia preparado.

Alexa se sentó mientras me esperaba.

- Y dime, Eliza, ¿cuánto has tardado en prepararle esta sorpresa a tu noviecita?

- Pues... no mucho

- ¿En serio? ¿Cuando iniciaste?

- En la mañana, minutos después de haberme levantado

- ¿Qué? Ni siquiera habías comido ¿y ya andabas preparando esto para mí? ¡Eres tan tierna, cariño!