Capítulo 43: Dolor Ante mis Ojos

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La campana sonó, anunciando el comienzo del recreo.

Me mantuve sentada en mi silla, totalmente calmada y escuchando los pasos de los adolescentes que se dirigían hacia la puerta.

Después de dejar de oír el tumulto de los jóvenes levanté la vista, sabiendo perfectamente quién quedaba en el aula.

Jasmine me miraba coquetamente, mientras mantenía una peculiar pose, sin dar señales de alterar su actitud actual.

Segundos después, se levantó y caminó hacia mí.

Posicionó sus manos sobre mi escritorio. Sus ojos continuaban fijos en los míos.

- ¿Cómo ha estado? —preguntó la rubia

- Me encuentro bien, te agradezco el interés

- ¿Qué ha hecho últimamente?

- Pues... he estado realizando informes sobre las clases, he estado corrigiendo tareas, leyendo sobre los siguientes temas que daré y me la he pasado hablando con mi novio

- ¿Sólo hablando con él?

- Si

- Parece que, por lo que he podido deducir, usted es alguien que no tiene mucha "acción" en su vida

- ¿A qué te refieres, Jasmine?

Subió su mano hacia su camisa.

- Me refiero a que... si usted fuera mía... —empezó a desabotonarse el primer botón de su camisa-, no la dejaría descansar... de tanto amor que quiero darle

Continuó al desabrocharse el siguiente botón, mientras su mirada permanecía fija con la mía en todo momento.

- No soy de esas que se conforma con hacer una sola cosa o con dar el mismo regalo.... Si usted fuera mía no dejaría que sintiera infelicidad o aburrimiento en ningún otro momento de su existencia. La haría mía en cada ocasión en la que usted llegara de trabajar, la besaría al instante y con mucho gusto, marcaría su piel con evidentes muestras de afecto que tengo para regalarle, disfrutaría de la calidez de su físico como si no hubiese mañana, experimentaríamos juntas elevadas dosis de genuina pasión que, unidas al trato que tengo preparado exclusivamente para usted, subiría su ánimo y le daría más razones por las cuales gozar de la vida.... Usted se convertiría... en la prioridad número uno de esta niña rica

Al desabotonarse otro botón, Jasmine movió a un lado la tela de su camisa, desvelando buena parte de su brasier.

- ¿Sería tan amable de probarme al menos una vez? Le aseguro que deseará más...

Me quedé viendo lo que Jasmine quería mostrarme.... No hice comentario alguno durante ese breve tiempo.

Para mi fortuna, Ginger abrió la puerta y procedió a entrar.

Jasmine, como era obvio, ocultó lo que me enseñaba al sorprenderse por la súbita entrada de Ginger.

La amiga de Alexa hizo sus cordiales saludos. Luego llegó hasta mi escritorio y, con una mano en la madera del mismo y con otra en su cintura, me miró pícaramente.

- Profesora Eliza, sé que no es el lugar apropiado, pero no podía ahorrarme la intención de comentarle que la "enseñanza" privada que me dio ayer fue muy gratificante para mí

Mis mejillas no pudieron evitar sonrojarse en ese mismo momento.

- No fue nada —le respondí-, pero tampoco tienes que decirlo de esa manera. Podría malinterpretarse, sabes. Simplemente te di un apoyo para estudiar mejor; sé que pasarás esa materia cuando vuelvas al salón de Emelda

Mi Alumna y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora