Escuché el grito que Emelda dejó salir al sentarse en su asiento. Fue estruendoso y bastante llamativo (hasta llegar al punto de, por alguna extraña razón, empatizar con ella).
Tampoco fue de esperarse su posterior reacción a tal susto.
Repentinamente encolerizada, Emelda arremetió verbalmente contra el salón entero (por fortuna, Alexa no se encontraba presente), pero sin tener la más mínima idea de quienes eran las responsables de haberle puesto una lagartija en su silla.
Mientras sus quejas y amenazas llegaban a mis oídos, pasé por al lado de la puerta del aula (aún abierta) y miré el escándalo que tenía lugar. Escándalo iniciado por una simple broma para nada graciosa.
Compasiva, me animé a interrumpir la cólera de aquella profesora, quizás por motivos más emocionales que prácticos.
- Emelda, ya cálmate
- ¿Cómo sugieres que me calme? Uno de estos mocosos puso una...
- Sea lo que sea que te hayan hecho no ganarás nada comportándote así.... Eres adulta y también eres una maestra. ¿Cómo crees que tus alumnos te respetarán si no demuestras madurez?
Un súbito silencio se apoderó del aula entera. Ni la respiración de los alumnos de Emelda era audible, pues éstos habían enmudecido mientras sus ojos me observaban directamente.... En ese entonces, miré, decepcionada, a Ginger.
A continuación, tras haberse relajado en su cólera, Emelda se me acercó con tal de hablar.
- Esta mierda es demasiado para mí —me dijo ella—. ¿Acaso entiendes lo frustrante que me resulta lidiar con estos babosos mientras intento hacer mi trabajo?
- Pero recibes un salario. Te pagan para educar a la nueva generación.... Puede que los veas como inmaduros, pero si no te das a respetar, créeme, te harán la vida imposible
Nunca creí que llegaría al punto de aconsejar a Emelda..., ni de preocuparme (aunque sea un poco) por ella.
Como sea, ahora Emelda, definitivamente convencida, se retiró y organizó sus documentos para reanudar su clase.
Salí del salón ajeno y giré la mirada en dirección al baño.
Al instante, alcance a ver a Alexa escondida tras la pared en la que yo me encontraba previamente.... Le hice una seña con los ojos con tal de que entrara al aula.
Regresé a mi salón con tal de dar clases hasta que llegó la hora de irme.
Después de arribar a mi hogar, me cambié y decidí visitar a Alexa.
Cuando llegué a la casa de mi alumna, ella me recibió cálidamente como de costumbre.
Entré y me senté en el sofá, tras cierto tiempo hablando de temas banales.
- Entonces... —comenzaba Alexa, manteniendo un tono bastante provocativo—, me imagino que ocurrió algo interesante dentro del aula de cierta profesora que conoces...
- Si supieras.... Tuve que tranquilizarla porque comenzó a hacer un berrinche contra sus propios alumnos
- ¿En serio? No sabía que esa tipa tenía ocho años
- Pues así pareció..., que era una niña berrinchuda...
Mi estudiante soltó un sonido burlón.
- Qué suerte la mía —decía Alexa—. Emelda recibió una bromita y ni se dio cuenta de que yo estaba involucrada
- Sabes muy bien lo que opino de eso
- ¡Perdón, perdón! Bueno, al menos pudiste arreglar la...
- Olvídalo. Tráeme algo para beber
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Mi Alumna y yo
Lãng mạnEliza es una profesora de secundaria, la cual no se enorgullece respecto a la vida que está llevando. Su rutina diaria le ha resultado aburrida y cansina, pero una estudiante suya llamada Alexa será la responsable de cambiarle la vida. Novela regist...