Capítulo 30: Flor de Loto

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Estábamos desnudas en la misma cama. Las sábanas nos cubrían mientras nuestras agitadas respiraciones evidenciaban el agotamiento mutuo que nos invadía en aquel entonces.

Alexa se había acurrucado en mí, sin decir palabra alguna. Sólo sentía su cabeza encima de mi pecho y su cálido aliento cada vez que respiraba.

- Llevamos tiempo aquí... –le comentaba con tal de romper el silencio-. Nunca había compartido cama con alguien durante varias horas...

- Pero te gustó. ¿No?

- Bastante...

La escuché suspirar tras eso.

- Eso significa que no te cansas de esto... –continuó Alexa

- Para nada...

- Eso es bueno.... La rutina no es parte de nosotras

- Si te soy sincera la mayoría de las veces eres tú quien se encarga de tomar la iniciativa con tal de que nuestra relación no sea rutinaria

- Cierto, pero lo hago porque no quiero presionarte, ni hacerte sentir incómoda

- No te preocupes. Lo bueno es que piensas en mí

Hizo una pequeña pausa.

- Imagínate cuando llegue el día en que ambas podamos amanecer así..., juntas...

- Lo dices con mucha confianza. ¿No?

- Porque sé que ese día llegará, lo que no sé es cómo le haremos.... ¿Qué opinas de ir a un hotel?

- A no ser que quieras que arresten a tu novia de la manera más fácil posible o que tus padres regresen y no te vean en casa...

- Mierda.... Sabes, en Hawes podríamos haber aprovechado la soledad de esa casa y... haber dormido en la misma cama. Lo único malo es que en ese entonces no teníamos la misma confianza de ahora

- Todo es un proceso, Alexa.... Debes tener paciencia para que las cosas salgan como quieres

Dejó salir un sonido burlón.

- ¿Paciencia? A mi edad eso es algo limitado...

- ¿En serio? ¿Y cómo fue que me conquistaste? ¿Acaso me hiciste brujería?

- ¡Sí, así es! Tiré mi panti en un vaso con agua y dije tu nombre. ¡Así te enamoré!

- Creo que así no funciona el agua de calzón..., pero eso no importa. Hablábamos de la paciencia y me dijiste que eso no es algo común en la gente de tu edad, pero... tú fuiste bastante paciente conmigo

- Me adapté a ti y eso te dio tiempo de adaptarte a mí también

- Tienes razón...

De repente, sentí cómo la adolescente me pellizcó la mejilla.

- El privilegio de poder tocarte es algo tan... increíblemente tierno.... Si no fuera por las clases nos quedaríamos aquí juntitas sin ningún problemita

- Creo que estás exagerando.... Cualquiera podría aburrirse de estar únicamente acostado

Ella cambió su expresión a una parecida que haría un bebé antes de algún berrinche.

- ¿Significa que no te gusta estar conmigo? –su voz parecía quebrarse

- ¡No! ¡No dije eso!

- Es que... pensé que te parecería aburrido

- De tu compañía no me canso. Mi cuerpo es el que se puede cansar al no tener alguna clase de movimiento durante tanto tiempo

- Pero, Eliza, si no soportas cómo se te duerme el traserito por mí, eso no es amor

Mi Alumna y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora