Capítulo 60: El Esplendor del Amor

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Yo ya tenía mucho tiempo así.... No me quejaba, pero si era difícil aguantarlo debido a lo placentero que era.

Mi mano apretaba la cabeza de Alexa, forzándola a continuar en lo que hacia conmigo. De vez en cuando mi cuerpo era invadido por varios espasmos y mis piernas se tambaleaban de manera constante.

Desde hacía unos minutos, veía cómo mi alumna se encargaba de darme placer. Lo hacía gustosamente, sin quejarse, sin protestar..., lo hacía porque le había salido del corazón.

Ella tenía tiempo arrodillada, sin molestarse en lo más mínimo por eso, y yo tenía tiempo con mi falda levantada, mientras apretaba la cabeza de la adolescente con mi otra mano.... Era, sin lugar a dudas, un escenario bastante erótico.

La lengua de Alexa, la cual me ofrecía sensaciones físicas totalmente exquisitas, fue la responsable de provocarme varios jadeos y gemidos.

Tras varios minutos, finalmente llegó el momento esperado.

Apreté un poco más su cabeza y las débiles y entrecortadas palabras que salían de mi boca llegaban a exigirle más y más a Alexa.... Hasta que mi lujuria fue liberada en su boca.

Como de costumbre, ella no se despegó de mí hasta que me vine completamente.

Al "limpiarme" por completo, Alexa se despegó de mi parte íntima y me miró a los ojos.

- ¿Por qué me miras así? –le pregunté, claramente nerviosa

- Para que disfrutes la vista

- Pero, Alexa..., teníamos que irnos hace rato. Julie nos está esperando

- ¿Y acaso crees que yo dependo de Julie para pasar tiempo con mi novia? Sólo quería darte una pequeña motivación antes de irnos.... Sabes, me excita bastante la idea de estar al lado tuyo en una mansión y que sólo nosotras sepamos lo que estuvimos haciendo antes de llegar ahí...

No pude evitar sonrojarme.

Alexa se levantó y me miró con una expresión de tranquilidad. Acto seguido, llevó su mano hacia mi mejilla, sintiendo el calor de mi piel.

- Seguiremos "jugando" cuando regresemos. ¿Te parece bien?

- Si...

- Te espero en la sala

Dicho esto, se dirigió hacia la puerta.

- Oye –la detuve antes de que pudiera girar el picaporte-, sabes muy bien lo que sucede con Julie, respecto a sus sentimientos. ¿Crees que podrías manejarlo?

- Obvio, no soy un monstruo

Me había sorprendido la manera tan segura y confiada con la que había proferido esas palabras.

Después de que Alexa se fuera, terminé de arreglarme, bajé las escaleras y, tras asegurar la casa, nos dirigimos a las afueras de la escuela.

Al encontrar la limusina, entramos en ella y nos dirigimos hacia la mansión de Julie.

Luego de unos minutos, arribamos a la casa ajena. Extrañamente fuimos recibidas por Julie, quién parecía haberse vestido como si fuese a asistir a alguna obra de beneficencia (no soy de clase alta, pero estoy un poco familiarizada con ese mundo).

Cuando entramos a la mansión, fuimos guiadas hacia los hermosos jardines de la misma, los cuales impresionaban por su inmensidad.

La enorme fuente que servía de antesala para el resto del lugar estaba decorada con unas estatuas detalladamente esculpidas de hombres desnudos, pequeñas estrellas y unos arbolitos.

Mi Alumna y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora