La limusina arribó a un barrio bastante acomodado, con una casi inacabable vista de numerosas casas de aspectos variados.
Tales hogares evidenciaban, desde lejos, una opulencia sin igual; distaban de copiar el estilo de sus vecinos y apostaban por pinturas o construcciones llamativas, pero aún así prudentes con tal de reforzar su privilegiado estatus socioeconómico.
Una parte de estas mansiones parecían haber sido construidas, como mínimo, desde hace doscientos años, debido a las llamativas formas arquitectónicas que tenían algunas.
Yo no paraba de mirar (un poco asombrada y con algo de curiosidad) los alrededores de aquel entonces.
Jasmine se percató de mi actitud y no dudó en comentar al respecto.
- Si le asombran las casas ajenas a la mía, más le sorprenderá mi propio hogar. Es considerablemente más grande, tiene claras reminiscencias de la arquitectura neoclásica, está dotada de elegantes y bien decorados jardines con diversas fuentes minuciosamente esculpidas por artistas franceses, sus habitaciones son la máxima expresión de comodidad y lujo, los ornamentos del interior son bellísimos y tiene tantas cosas más que preferiría no revelárselas porque no quiero arruinarle la sorpresa
Ladeé mi mirada y la vi a los ojos.
- Vivir como vives debe sentirse como un sueño -esbocé una pequeña sonrisa
- ¿Así lo cree usted, Profesora Eliza? Me siento halagada por tal pensamiento suyo
Después de unos minutos las demás casas se habían alejado y la limusina recorría un inmenso sendero aledaño a un montón de cipreses que servían como decorado cargado con tintes nostálgicos.
Varios metros al frente se veía una enorme mansión de color predominantemente rojo, la cual era protegida por unas rejas de considerable tamaño.
Llegamos a la entrada principal. Los guardias la abrieron antes de que el vehículo llegara a la casa.
Oficialmente ya estaba dentro de dónde jamás había estado: una mansión en un barrio para ricos. Ni en sueños me había imaginado en un lugar semejante y mucho menos con una de mis estudiantes.
La limusina nos dejó a Jasmine y a mí en la puerta.
Acto seguido, nuestras puertas fueron abiertas caballerosamente para permitirnos la posterior entrada a los interiores de la mansión.
Cuando entramos me sentí (nuevamente) maravillada por cada aspecto de los interiores; la inmensa cantidad de obras artísticas decorando las blancas paredes, los bustos de muertos desconocidos, retratos de los antepasados de Jasmine, esculturas bañadas en oro, costosos ventanales y un larguísimo pasillo que más claro no podía ser.
- ¿Qué opina? -me preguntó la rubia- ¿Mi morada es agradable a sus ojos?
- Yo diría que... es muy bonita
- De todas las palabras existentes no me imaginaba que usted diría esa, pero es aceptable igual
- Bueno, es que las decoraciones demuestran... un costo significativamente elevado para ser adquiridas. Digo, ni con un año de trabajo conseguiría comprar algo de lo que está aquí
De repente, ella soltó una risita.
- Todo esto podría ser su hogar también. Si le apetece y toma una buena desición..., todo lo que usted ve hoy lo vería mañana y pasado y así todos los días para siempre y conmigo...
Me quedé callada. No quise ofenderla con alguna respuesta negativa.
Continuamos caminando hasta que llegamos a la sala.
ESTÁS LEYENDO
Mi Alumna y yo
RomanceEliza es una profesora de secundaria, la cual no se enorgullece respecto a la vida que está llevando. Su rutina diaria le ha resultado aburrida y cansina, pero una estudiante suya llamada Alexa será la responsable de cambiarle la vida. Novela regist...