Mi Alumna y yo

Capítulo 51: Algo en qué Creer

Mientras me quedaba esperando a que Alexa y Ginger llegaran, aproveché para comunicarme con Jasmine.

Tecleaba el celular sin preocupación alguna, esperando una pronta respuesta por parte de la rubia.

Luego de unos minutos escuché una voz familiar.

- Ya llegué, Profesora Eliza

Ginger se había vestido apropiadamente con unos jeans rasgados, una camiseta blanca y una camisa con mangas cortas (era la primera vez que la veía sin el uniforme escolar).

Ella caminó hasta mí.

- ¿Y Alexa? –preguntó ella- ¿No dijo que nos acompañaría?

- ¡Tal y como lo oíste, mujer! –se oyó una voz

Cuando Ginger y yo miramos hacia el lugar de dónde provenía esa voz vimos la belleza en persona.

Alexa caminaba con seguridad mientras portaba un peculiar outfit que consistía en una camisa blanca, corbata negra y unos pantalones largos y negros que eran sujetados por una brillosa correa platinada.

Intenté no morderme el labio cuando la vi vestida de esa manera tan madura.

- Entonces, ¿qué esperamos?

- La limusina de Jasmine...

- Ya veo.... Hasta limusina tiene la señorita...

- Sí. Eso nos conviene para no ir apretadas

- Qué maravilla

Los celos de Alexa eran tan evidentes que resultaban lindos. Desde que yo le había mencionado la limusina como propiedad de Jasmine, seguramente se sintió abrumada al recordar que lo más cercano que ella tenía a una limusina era su bicicleta.

Honestamente no me importaba cuántas propiedades podría tener Alexa (aunque se nota que ella si se preocupaba por esa trivialidad).

Al poco tiempo arribó el vehículo de Jasmine, el cual se detuvo justamente enfrente de nosotras.

La rubia bajó la ventanilla.

- Buenas, Señoritas. ¿A sus pies no les crecieron raíces?

Dicho esto abrió la puerta, dejándonos entrar.

- Qué extraño que tú misma hayas abierto la puerta –le decía bromeando-. Creí que eso sólo era propio de tu chófer

- Ser cortés de vez en cuando no me va a matar –respondió sarcásticamente

Cuando Alexa, Ginger y yo abordamos la limusina, en cuestión de segundos ésta arrancó en dirección a la casa de Jasmine.

Por suerte, el ambiente no estuvo tenso durante nuestro recorrido. Jasmine se había interesado en hablar con Ginger y Ginger no paraba de preguntarle a la rica un montón de cosas relacionadas con la próxima película y la relación que tenía Jasmine con la productora cinematográfica.

La única que se mantuvo callada todo el viaje fue Alexa, quién se la pasaba mirando la ventanilla, como si ella fuera un fantasma en esos momentos.

Minutos después, el largo recorrido finalizó al arribar la limusina a la mansión de Jasmine.

Nos bajamos y nos dirigimos hacia la sala de la casa.

En todo momento, cabe destacar, Alexa y Ginger se mantuvieron sorprendidas por lo que veían a su alrededor. Sus impresiones respecto a la mansión en la que estaban podían verse reflejadas fácilmente en su forma de contemplar cada aspecto de la casa.

Cuando llegamos a la sala, la productora de cine nos estaba esperando.

- Buenas tardes, Sra. Victoria. ¿Se encuentra bien? Le agradezco por esperarme; aquí traje a la chica que aspira el papel vacante en la película