Capítulo 25: Descubrimientos Gustosos

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Otra vez, su enérgica actitud hizo acto de presencia. Alexa me empujó hasta colocarme de espaldas contra la pared. Así me había aprisionado a su merced (aunque yo tampoco me resistía a ello).

Sin vacilar llevó sus labios a los míos, besándome una y otra vez sin dar asomos de cesar.

Este momento se resumía a eso: una dulce situación en la que ambas aprovechábamos la soledad de la habitación de Alexa. Aprovechábamos la soledad del cuarto para amarnos..., expresando nuestro afecto en una de las maneras que nosotras conocíamos mejor.

De repente, la muchacha se separó momentáneamente de mis labios.

- Tan sólo pensar que sólo a mí me permites hacerte esto... —decía ella, jadeando un poco

- Debo estar loca entonces... —respondí con un tono bromista

- Somos dos loquitas que se entienden mutuamente

Alexa volvió a acercarse a mí, procediendo a besarme nuevamente hasta que me acostumbrara al sabor de sus jóvenes labios.

Sin embargo (y de manera imprevista), sentí un toque en mi seno.

Inmediatamente abrí mis ojos y me separé de ella.

- ¿Ocurre algo, Eliza?

Por unos segundos me mostré reticente a responder.... No quería sonar grosera.

- ¿Eliza?

- Pues... tú me tocaste... un seno

Los ojos de la adolescente se quedaron fijos en los míos, como si quisieran decirme "Lo siento".

- Discúlpame si eso...

- No.... Realmente no me molestó

- ¿En serio? Te conozco; no eres esa clase de persona que tiene esa actitud ante una situación así

- Pues... no soy así como dices. También tengo algo de sentido común y...

Callé por unos segundos.

- Alexa..., he pasado por esa etapa en la que estás ahora y... sé cómo piensan los jóvenes de hoy..., y tus impulsos son normales para tu edad

- Por el tono en que lo dices sé que estoy hablando con la verdadera Eliza...

- Si...

Hubo un pequeño silencio, el cual más incómodo no pudo ser.

Sin previo aviso, Alexa me hizo sentarme en su cama junto con ella. Acto seguido, me sujetó de la mano, llevándola hacia su mejilla. Sentí una leve calidez ahí.

En ese entonces, sólo la miré con ternura mientras mis dedos sentían la suavidad de su piel.

- ¿Te digo algo? —continué en aquel entonces— Ya llevamos un tiempo saliendo y... supongo que algo como esto tendría que pasar

- Es cierto y..., si te soy sincera, a veces... tenía ciertos pensamientos antes de irme a dormir

- ¿Pensamientos? ¿De qué?

La vi sonrojarse.

- No me parece apropiado decir de qué trataban, pero... en esos pensamientos estabas tú

- Qué linda. Incluso me dedicas tiempo antes de dormir

Alexa no hizo nada más que sonreír levemente y bajar su mirada. Era la primera vez que la veía de esa forma tan vulnerable.

- Oye, Eliza..., ¿no te molestó lo de la otra vez? Lo de... tu pecho...

- Realmente no

- ¿Y yo podría ir más allá? ¿Me darías permiso?

Mi Alumna y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora