Capítulo 2: La Estudiante que Resultó ser Diferente

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Pasaron varios días. Yo llegaba a la escuela y, una vez en recreo, lidiaba con la gentileza de esa peculiar alumna.

En cada receso siempre se quedaba de última para hablar conmigo. Poco a poco fui acostumbrándome a ese gesto. Con el pasar de los días el tiempo que invertíamos conversando se alargaba gradualmente..., y yo me sentía cómoda al haber conectado con alguien a quien le daba clases.

Y así como era normal la disposición de esa muchacha para hablarme, también lo eran sus despedidas. Ya no tenía tantas dudas respecto a su actitud conmigo, pero en el fondo prefería mantener un ligero grado de desconfianza por obvias razones.

Un día de estos, al darse nuevamente la hora libre, volví a prepararme para conversar con Alexa.

Recosté mi espalda en la silla mientras veía a esa estudiante acercarse hacía mí.

—Profe —saludaba ella

—Saludos. ¿Puedo preguntarte algunas cosas el día de hoy?

—¿Respecto a si quiero ganarme su confianza para hacerle una cruel broma? No se preocupe por eso, no soy esa clase de chica

—Bueno..., pero mejor siéntate

Acató mi petición. Yo me quedaba buscando en mi mente las palabras que le diría.

—¿Por qué eres tan educada a diferencia de los otros?

Soltó una risita.

—No me considero así; yo también tengo mi lado problemático ocasionalmente. Aunque depende de quién sea la persona con la que esté hablando

—Yo no diría que una alumna mía es problemática si me entrega todas las tareas, se porta bien en el aula y conversa conmigo de vez en cuando

—Depende de la persona como dije antes, pero también depende de la profesora con la que esté

Esa respuesta suya sólo me dejó con más preguntas.

—¿Eso era lo único que quería preguntarme, profe?

—No. Bueno..., no quiero entrometerme en tu vida, pero ¿qué haces cuando llegas a tu casa?

—Completo primero la tarea que usted me dejó y me pongo a jugar videojuegos

—¿Y qué me dices de tus padres?

—Casi ni los conozco. Digo, la mayoría del tiempo están fuera; me dejan dinero para comida y apenas los veo en la noche.... Prácticamente tuve que aprender todo por mí misma

No quiero sonar como una aburrida psicóloga, pero posiblemente ella me ve como un sustituto materno.

—Y antes de que lo piense, no. No la veo cómo una madre, pese a que es mayor que yo

Me sorprendieron sus palabras (no tanto porque parecía leerme la mente, sino por algo más).

—No sé por qué, pero aún no me gusta que me digan mayor

—Me disculpo, profe

—No, no pasa nada; tú tienes quince y yo veinticuatro, obviamente soy mayor que tú, pero prefiero no pensar en eso..., luego me siento como una vieja

—Usted apenas está empezando a vivir

—Sí, supongo..., pero no viví lo que quería experimentar hace tiempo

—¿Por qué?

Desvié el tema de conversación.

—No es importante en este momento

—¿Y qué le parecería importante a usted ahora? Algo más que... la tarea...

—Eso no sabría cómo respondértelo. Creo que tendrías que averiguarlo

—Si lo pone así.... ¿Recuerda cuando me dijo que le gustaban las películas?

Al menos el tema que eligió lo puedo tolerar.

—Sí, lo recuerdo

—¿Me recomienda alguna?

—No sé si tienes los mismos gustos que yo

—¿Cuáles son sus gustos, profe?

—Películas... románticas...

Me daba un poco de vergüenza haber admitido eso, pero creo que a Alexa no le importó de la misma manera que a mí.

—¿Nada más?

—Es lo que más me gusta ver cuando llego a casa

—Debería adentrarme en ese mundo. No sé, pero podría ser interesante.... ¿Recuerda la última que vio?

—Deseo de un Breve Romance

—Creo que he escuchado de esa película; tendría que verla para ver qué tal...

Bajé la mirada, fingiendo estar ocupada en buscar algún documento mío.

—Sabe, profe, usted no sólo es buena motivándome a estudiar...

—¿En serio?

—Sí. Usted podría hacer que me interese cualquier cosa... suya

No supe cómo responder a eso.

Mi alumna se levantó tras haber finalizado la charla que tenía conmigo. Salió a aprovechar el poco tiempo de recreo que tenía, dejándome con una pequeña confusión respecto a lo que quería insinuar con sus palabras.

Mi Alumna y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora