Capítulo 34: Nueva Estudiante

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Ya teníamos bastante tiempo recorriendo las calles del pueblo al que Alexa me había traído.

Ella pedaleaba sin mostrar signos de agotamiento, mientras yo la sostenía, aprovechando la oportunidad para contemplar los árboles, las casas y los ríos de aquel pueblo.

El impetuoso capricho de la adolescente por llevarme a un lugar más "acorde con la naturaleza" fue suficiente para convencerme de acompañarla.

- ¿Ya estamos cerca? —le preguntaba— No es que me queje, pero... me están doliendo las manos de tanto sujetarte

- Falta poco, profe. El paisaje ya se está viendo como quería

Luego de cierto tiempo, Alexa detuvo su bici en un lugar dotado de obvia belleza.

Estábamos frente a un enorme lago, el cual estaba rodeado de árboles, a excepción de una pequeña parte donde era visible, a lo lejos, una pequeña casa con chimenea.

- Increíble... —contemplaba el paisaje, completamente anonadada—. La espera valió la pena

- Te lo dije —respondió ella para después recostar su bici de un árbol. Tras ello procedió a sentarse en la grama—, vale la pena esforzarse por paisajes así. Paisajes que... te devuelven una notable apreciación por la vida, por la naturaleza... y también que te devuelven el orgullo de vivir en Inglaterra

- Ya lo creo...

Me senté junto a ella.

Alexa, al poco tiempo de verme a su lado, sacó de la canasta las empanadas con queso que me había preparado, junto con las botellas de jugo.

Del fondo de la canasta saqué el mantel, lo coloqué en la grama y, tras poco tiempo, empezamos a comer. Todo ello con el placer de disfrutar lo que teníamos enfrente.

- ¿Recuerdas cuando fuimos de picnic por primera vez? —me preguntó Alexa— Habíamos ido a ese pueblo que estaba cerca de nuestra ciudad y en el camino vimos ese enorme lago.... Bueno, en esta ocasión tardamos más en llegar al pueblo que le seguía a ese.... Inclusive, es la primera vez que vengo acá

- No me digas, pero sabes manejarte bien en lugares nuevos para ti

La adolescente le dio otra mordida a su empanada.

- Oye, ¿hablaste algo más con Ginger después del festival?

- Pues si. Tuve que atenderla porque la encontré en los pasillos, sangrando por un corte que se hizo accidentalmente

- ¿Accidentalmente?

- Si

- No sé porqué, pero... me cuesta creer que sea así...

- Para mí sonó bastante convincente

- Si tú lo dices..., pero quiero que me digas algo; ¿ves mejoría en ella?

Antes de abrir la boca y responder, callé y me puse a cavilar sobre lo que ocurría en la mente de Ginger (o al menos aproximándome a su psicología).

- Ella... ha mostrado un lado suyo que... nunca había visto antes. Ella, de hecho, se mostró encantada cuando le recordé lo del chico guapo

- Así que eso es lo que le faltaba..., un novio...

- Bueno, yo no diría eso

- ¿Por qué?

- Sonará un poquito ofensivo, pero una pareja puede ofrecer buena compañía y hasta puede motivarte más, pero... no tiene el poder mágico para que desaparezcan todos tus problemas. En este caso, el problema de Ginger más obvio no puede ser y si, un novio le podría ayudar en lo emocional, pero tampoco es que su familia deje de hacerle daño

Mi Alumna y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora