Capítulo 40: El Hechizo de su Mirada

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Comía una pizza mientras veía una serie en la tele de Alexa.

Intentaba comer tranquilamente, ignorando (o haciendo el esfuerzo de ignorar) los constantes besos y cariñosas mordidas que la adolescente hacia en mi cuello.

Su empalagoso comportamiento parecía dar indicios de que era caníbal y me quería comer literalmente.

Aun así, tomé sus gestos como algo lindo y seguí disfrutando mi pizza.

Cuando terminó el capítulo que estaba viendo, Alexa me arrebató el control y apagó la tele para después abalanzarse sobre mí hasta tenerme debajo de ella.

- ¿No te molesta que pueda dejar caer mi pizza en tu cama? —le pregunté

A esta pregunta, Alexa se acercó a la mano donde tenía agarrada la rebanada de pizza y, de un solo bocado, comió lo que quedaba.

Luego de eso, empezó a chuparme los dedos hasta dejármelos enteramente limpios.

- Suerte para ti que es sábado y tenemos mucho tiempo para nosotras —le comenté, sin cambiar mi tono

- ¿Piensas que sólo por eso soy afortunada? —respondió sin contemplaciones- Soy afortunada por más cosas, incluso podría decir que soy una privilegiada

Llevó sus manos hacia los botones de mi camisa.

- Sólo yo puedo comerme todo esto... —comentaba Alexa, mientras desabotonaba lentamente cada botón-. Todo esto... para mí sola...

Desvié la mirada hacia otro lado; sentía mis mejillas enrojecerse cada vez más.

Al desabrochar totalmente mi camisa y tener expuesto lo evidente, Alexa llevó sus manos hacia mi espalda con tal de separar los tirantes de mi sostén.

Pero antes de que algo más sucediera opté por hablarle.

- ¿Y qué pasaría si Jasmine se enamora genuinamente de ti?

Alexa se detuvo. Su silencio fue el encargado de hablar por ella.

- ¿No lo has pensado todavía? —continué en ese entonces- Sé que lo que intentas es por mi bienestar, pero... te conozco y sé que no eres una rompecorazones, porque antes también te hicieron añicos tu corazón y... simplemente no es algo que está en tu naturaleza

- Te seré sincera: me impresionaste.... Ni yo había pensado sobre eso, pero... me imagino que habrá un límite. ¿No? Hasta ahora Jasmine no parece interesada en mí, pero al menos puedo mantenerla alejada de ti por más tiempo

La miré a los ojos y subí mi mano con tal de acariciarle la mejilla.

- No quiero que ella te tenga a ti —le dije-, no quiero que te arrebate de mis brazos; prefiero que todos te deseen, pero que sólo yo te tenga para mí...

Sin que Alexa se lo esperara, agarré sus hombros con ambas manos y, de manera súbita, la coloqué en el colchón, dándome la oportunidad de subirme encima de ella.

- Eliza.... ¿Qué tienes ahora?

Ni yo misma podía explicar lo que pasaba por mi mente en aquel entonces, pero de lo que si estaba consciente era que el simple hecho de recordar el plan de Alexa con Jasmine me hacía comportarme de esta manera tan... liberal con mi alumna.

Seguí acariciando la mejilla de la adolescente, llegando al punto de introducir mis dedos en su boca.

Comenzó a soltar múltiples jadeos de manera simultánea a su cada vez más agitada respiración.

Su pecho subía y bajaba rápidamente; su mente parecía haberse nublado por lo insólito de la situación actual (ella nunca hubiera imaginado que yo dejaría brevemente la timidez para hacerle esto).

Mi Alumna y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora