Capítulo 68: Agua Salada

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Teníamos bastante tiempo sentadas en la arena de esa playa. En lo único que aprovechábamos nuestra estadía era en observar el vasto océano que teníamos frente a nosotras.

Durante nuestra contemplación, el curioso olor a agua salada llegaba a nuestras narices y se sentía tan relajante, tan nostálgico.... Ese olor era algo que yo extrañaba desde hacía tiempo.

- Imagínate qué es lo que hay más allá de donde nuestros ojos pueden ver —dijo Alexa

- ¿La guardia costera?

- No. Sigue intentando

- ¿Otro país?

- No

- ¿Qué es entonces?

- Un futuro mejor

La miré, curiosa.

- ¿Un futuro mejor dices? No te entiendo

- Me refiero a que... debes mirar más allá de lo que estás acostumbrada, debes mirar más allá de lo que tus ojos pueden ver. ¿Sabes por qué? No siempre lo que puedes ver es lo más importante, aunque suene extraño

- ¿También se aplica con las cosas que no puedes ver a simple vista?

- Por supuesto.... También se aplica

Suspiré luego de escuchar eso. Sentí la pureza del aire llegar a mis fosas nasales.

- Tú y yo hemos llegado tan lejos... —le decía a Alexa—. Llegamos más lejos de lo que cualquiera pudiera haber visto a simple vista. Nuestra relación empezó como algo moralmente condenable, pero míranos ahora: seguimos juntas, tú ya tienes 18 y nuestro amor sigue siendo sincero

- Es cierto.... No lo dudo...

Me pareció extraño oír su voz, parecía quebrarse como si mi alumna tuviera un nudo en su garganta.

Pero cuando ella volteó su mirada hacia mi dirección, mis sospechas se aclararon.

De los ojos de Alexa lágrimas brotaban a montones. Su mirada, ciertamente, no era una de tristeza, sino de sincera felicidad, pero mezclada con algo de nostalgia.

- Todo este tiempo... —ella trataba de no romper en un llanto más intenso—, todas nuestras luchas, todo lo que hemos pasado... si valió la pena. En serio, valió la pena...

Inmediatamente saqué un pañuelo para limpiarle las lágrimas.

- Discúlpame por ponerme así —continuó Alexa—. No quería...

- Está bien, no tienes que avergonzarte. Te entiendo y siento lo mismo que tú

Abrí los brazos y ella no dudó en acercarse hacia mí.

Nos unimos en un cálido abrazo.

Los segundos pasaron y el viento se encargó de mover nuestros cabellos, mientras seguíamos juntas.

Mientras sucedía eso, no pude evitar sonreír por la nostalgia y por recordar los buenos momentos.

Recordé aquel día en que Alexa y yo nos conocimos, recordé cuando bailábamos en esa colina cercana a su casa, recordé cuando nos besamos por primera vez, recordé cuando ella me confesó su pasado, recordé cuando viajamos a Hawes, recordé cuando tuvimos sexo por primera vez, recordé cuando visitamos Criacoe.... Todo eso lo recordé mientras sonreía, "empapada" de nostalgia.

- Muchas gracias, Alexa.... Te agradezco por llegar a mi vida

La muchacha se separó de mí y me miró a los ojos.

Acto seguido también sonrió y decidió levantar su mano para acariciar mi mejilla.... Ella me acariciaba mientras me veía.

Mi Alumna y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora