Buenas flores!!!!! No sé si alguna se sorprenderá o no, os leeré al final de los comentarios... espero poder tener otro capítulo para mañana, sino, lo subo este fin de semana :)Que disfrutéis de la lectura bombones!
Su reacción fue de auténtico pánico, quizá porque podría tolerar el dolor físico aunque este fuera intenso o le causara la muerte, pero él la amenazaba con algo mucho peor, con robarle lo único que aún poseía íntegramente y lo que no estaba dispuesta a darle de ningún modo.
—No teméis morir y teméis el placer que podréis hallar en el lecho, ¿Qué extraña criatura sois? —alzó la voz sacándola de su temerosa reacción.
Su pregunta no estaba realizada con tono despectivo como era habitual en él, con esa condescendencia que solía aplicar cuando hablaba en referencia a ella.
—¿Placer? Puede que lo encontrara en brazos de otro hombre, pero de vos solo hallaría repulsión, que no os quepa duda —bufó Melissa sintiendo que aquel escudo que colocaba frente a ella cuando estaba al lado del lobo volvía a recubrirla de nuevo ante la leve flaqueza.
El movimiento de su mano sobre la nuca para apresarla fuertemente entre sus dedos hizo que Melissa fuera incapaz de mover un solo músculo de su rostro fijando la vista en el lobo que la observaba con esa furia innata que podría arrasar pueblos enteros.
—Sois mía, me pertenecéis solo a mi os guste o no y seré el único hombre que os posea —bramó provocando que su boca se acercara tanto a la suya que Melissa podía notar el calor de su aliento cuando hablaba—. Y lo haré cuando me plazca, como me plazca y donde me plazca.
—Solo sois un bastardo hijo de la gran... —Pero Melissa no pudo acabar su ristra de insultos porque sintió como él la forzaba a unir sus labios a los suyos.
Al inicio ni siquiera fue capaz de reaccionar, quizá porque estaba inmovilizada entre sus manos y su cuerpo, o porque lo último que había pensado es que el lobo le daría su primer beso. O quizá y la más probable de todas, era porque comenzó a sentir una calidez extraña hasta ahora desconocida a la que no sabía como definir, ni como sentirse, lo único cierto es que le resultaba excitante.
Y entonces comprendió que era el lobo quien le estaba proporcionando aquello, así que con una fuerza que desconocía que poseía, golpeó tan fuerte su pecho que logró apartarle. Solo fueron unos pasos, pero los suficientes para poner distancia entre ellos y lo bastante para comprobar como él parecía más que satisfecho.
«Plaf»
Su mano fue más rápida que sus propios pensamientos golpeando con certeza la mejilla de aquel lobo que no dejaba de mirarla con la soberbia de quien cree haber ganado la partida.
Estaba furiosa. Más que furiosa... llena de ira. Aquel lobo había vuelto a robarle otro pedazo de ella.
«Su primer beso»
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La Melodía del Lobo
Historical FictionNo tientes al lobo, podría comerte... ¡Ya podéis agregarla a vuestras bibliotecas! Esta historia comenzará después de "Cohibida"