Hello flores! ¿Como estáis llevando el verano? Porque aquí se ha instalado un bochorno abrasador que te succiona la energía. No puedo prometeros dos capítulos semanales hasta septiembre, pero si uno, tengo mil tareas pendientes en Agosto, así que disfrutad de vuestras vacaciones!!!Si había tenido dudas respecto a la noche del lobo con Beatrice, cuando entró en la habitación de éste y vio las pieles removidas sobre el lecho y la jarra de vino con dos cálices no le quedó duda alguna de que tras su marcha había llevado a su amante para compartir el resto de la noche junto a él.
¿Por qué entonces la mortificaba de aquella forma si sus intenciones eran las de compartir la noche con Beatrice? Ella misma le había propuesto que fuese ésta quien le asistiera en su baño y aún así el lobo se había negado.
Era completamente inútil adentrarse en los pensamientos de ese lobo, jamás hallaría una respuesta a su forma de proceder, como tampoco la encontraba en que su padre e incluso su abuela la hubieran mantenido cegada todo ese tiempo probablemente en una absurda intención de protegerla.
Si lo hubiera sabido desde un principio con toda seguridad habría huido, aunque nadie podría haber predicho las intenciones ocultas que el lobo aguardaba hacia ella. ¿Cómo se iban a imaginar que trazaría un plan para que ella cayera en sus garras gracias a su padrastro?
Ella. Que se había considerado un alma libre y soñadora estaba en la habitación del que se había convertido en su esposo, enemigo acérrimo de los suyos y limpiando la alcoba que con toda seguridad había compartido con su amante.
La realidad es que no sabía si reír ante aquella absurda situación o lamentarse de su inexistente suerte.
Quizá no había nada mejor para acallar su mente y todo aquel resentimiento que cansar su cuerpo con arduo trabajo, así que a pesar de que su instinto era el de negarse, probablemente era lo que el lobo habría esperado de ella denigrándola de aquel modo, se dispuso a poner en orden aquella alcoba ante su alternativa, que no sería otra que ver la cara de satisfacción de Beatrice por haber logrado lo que anhelaba.
Ni siquiera sabía porque le fastidiaba cuando hasta hacía solo un día le daba absolutamente igual que aquella mujer existiera.
¿Era el hecho de que la deseara también a ella lo que cambiaba su parecer?, ¿Quizá le resultaba inevitable compararse con aquella sirvienta pensando a cuál de las dos preferiría el lobo en su lecho?
Ciertamente le asqueaba la posibilidad de que a pesar de tener la intención de tomarla para darle aquel anhelado heredero con el que conseguiría las afamadas tierras de los Rouge, continuara compartiendo principalmente su lecho con aquella mujer que la hostigaba por momentos.
¿La amaría?, ¿Sería esa mujer realmente el amor de su vida? Si realmente fuera así, no le habría mencionado que deseaba hacerla suya, ¿no? Lo cierto es que no tenía experiencia alguna en lo referente al amor y menos aún alguien era capaz de amar a una persona y al mismo tiempo desear fervientemente a otra.
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La Melodía del Lobo
Historical FictionNo tientes al lobo, podría comerte... ¡Ya podéis agregarla a vuestras bibliotecas! Esta historia comenzará después de "Cohibida"