Capítulo 22

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Ya estoy de vuelta floreeeeeeeeeessssssss
Terminar el libro de La Cuarta Institutriz me ha exprimido el tiempo al máximo sin dejarme un solo minuto para esta historia, pero por suerte ya está acabado y puedo dedicarme a nuestro adorado lobito!!!!

Ya estoy de vuelta floreeeeeeeeeessssssss Terminar el libro de La Cuarta Institutriz me ha exprimido el tiempo al máximo sin dejarme un solo minuto para esta historia, pero por suerte ya está acabado y puedo dedicarme a nuestro adorado lobito!!!!

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El ardor mantuvo en desvelo a Melissa hasta bien entrada la madrugada con el recuerdo de algo que preferiblemente habría optado por olvidar. Se avergonzaba férreamente por haber respondido a los labios del lobo, ¿En qué estaba pensando para obrar de aquel modo? Sencillamente no había sido dueña de su buen juicio, eso estaba claro.

Un ensordecedor trueno la despertó no siendo consciente por un momento de donde se hallaba, hasta que el ruido de una lluvia intensa que azotaba el castillo termino por despejar la neblina de ese sueño plácido que había logrado alcanzar. Solo era lluvia, pero de pronto vio como toda la habitación se iluminaba durante un instante y después el sonido atroz de otro trueno le indicaba que la tormenta estaba justo encima de ellos.

Se levantó a pesar de la oscuridad y fue a tientas hasta la ventana donde el viento entraba con violencia moviendo el cuero que debía evitar que el frío entrara en su estancia. En el momento que sus ojos vieron el exterior, esperó encontrar oscuridad, la luz de la luna estaba completamente oculta entre la tormenta y solo se podía oír el ruido del viento interrumpido por el azote de la fuerte lluvia golpeando la tierra.

Para su consternación, un gran fuego ardía en el bosque y no estaba demasiado lejos del castillo.

Las voces de algunos hombres que salían del castillo hizo que Melissa dirigiera su vista y pudiera apreciar sus siluetas negras. Alguien daba órdenes, no sabía si era el lobo u otra persona a su cargo, pero si pudo entender que se dirigían hacia el bosque.

Otro relámpago iluminó por completo la inmensidad del bosque y el castillo, solo fue un instante pero suficiente para saber que sí se trataba del lobo y que éste parecía más que dispuesto a adentrarse donde se hallaba el fuego.

¿No era demasiado peligroso?, ¿Arriesgado?, ¿Y si moría a causa del humo o las llamas calcinaban su cuerpo?

Ni siquiera sabía porqué se hacia ese tipo de preguntas, pero no sabía cuál era la razón de su inquietud al ver como éste cabalgaba a lomos de su caballo y comenzaba a alejarse del castillo con dirección al incendio.

A pesar de estar en la torre podía oír el bullicio en el castillo, no había que saber demasiado para intuir que el viento no estaba a su favor y que el incendio se dirigía hacia el castillo, además la lluvia parecía haberse aliado con el enemigo decidiendo mitigar en aquellos momentos.

Melissa se dirigió hacia la puerta y comprobó que estaba cerrada. No le sorprendía teniendo en cuenta que había escuchado por sí misma como el lobo la encerraba.

No sabía si sería de ayuda o no en el castillo, o si aquello podría jugar a su favor para escapar sin ser descubierta, pero desde luego no le gustaba sentir aquel fervor y no poder salir de aquella celda en la que era prisionera cada noche.

La Melodía del LoboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora