Capítulo 11

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Hello flores!!!!! ¿Os he hecho esperar mucho? Bueno... os compensaré muy pronto con un POV del LOBO, ¿Hay ganas? Si os portáis bien os lo subo esta semana!!!

Melissa no sabía si esperar un beso o no por parte del lobo, pero desde luego no pensaba permitir que tocara sus labios o un simple roce de su piel

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Melissa no sabía si esperar un beso o no por parte del lobo, pero desde luego no pensaba permitir que tocara sus labios o un simple roce de su piel. Aún así no movió un solo músculo esperando cuál sería la reacción para actuar de un modo u otro.

Observó atentamente como se acercaba a ella sin apresurarse, casi esperando la reacción por su parte, pero Melissa siguió sin moverse, sin anticiparse, sin siquiera girar el rostro o mostrarle que pensaba apartarse y cuando estuvo a la mínima distancia en la que casi podía sentir su aliento, estaba decidida a decirle que si lo hacía, sería su sentencia de muerte, pero en cambio éste cambio de dirección y en lugar de besar sus labios, besó su frente, dejándola sin argumentos con los que atacarle.

—Desde este momento habéis dejado de ser una Rouge, seréis Melissa Wolf, mi esposa —dijo sin siquiera mirarla.

Era una Wolf.

Se había convertido en una de ellos.

Era un lobo más de la manada.

No. Puede que cambiara su apellido, pero ella siempre sería una Rouge por más que un cura bendijera una supuesta unión.

Antes de que los labios del lobo se alejaran de su frente, el sonido de gritos, aplausos y vítores llenó la pequeña capilla como si aquella bendición hubiera sido un triunfo por parte de los Wolf, algo que desde luego ella veía como una penitencia a la que había sido sometida. Buscó refugio en los ojos de su madre y su abuela que no dejaban de observarla una al lado de la otra. Su madre derramaba lágrimas y Melissa dudaba que fueran de alegría, su abuela en cambio trataba de calmarla y se mostraba más serena y segura.

Allí sucedían cosas que escapaban a su comprensión, ¿Por qué festejaba toda esa gente por su enlace? Ni tan siquiera el lobo parecía feliz con esa unión y sin embargo sus dos hermanos sonreían complacidos cuando se acercaron a estrechar su mano, Melissa les observó pero más allá de un leve asentimiento no dijeron nada hacia ella, sino que se marcharon saliendo de la capilla e imitando al resto de invitados.

¿Qué se suponía que tenía que ocurrir ahora? Sin preguntar siquiera, Melissa trató de alejarse del que se suponía que se había convertido en su esposo para acercarse a su madre, pero ni tan siquiera dio un paso antes de que éste la detuviera en su empeño.

—Despedíos de vuestra madre y vuestra abuela, pues una vez que salgáis junto a mi de esta capilla como es costumbre, no volveréis a verlas hasta que cumpláis con vuestro deber de esposa y me deis un heredero —advirtió tan cerca de ella que Melissa supuso que su intención era la de que solo ella lo oyera.

—Puede que accediera a este absurdo matrimonio, pero de ningún modo os daré ese heredero —advirtió Melissa a pesar de lo que suponían sus palabras.

La Melodía del LoboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora