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Todo transcurría con tranquilidad, aun no encontraba alguien con un cosplay lo suficiente lindo para tomarse una foto con esa persona, así que seguía caminando.

Choi Soobin, un joven serio pero amante del anime, más conocido como Otaku, sus amigos le decían, ¿Cómo alguien de veintidós años puede ser adicto a los dibujitos animados? Pero no le importaba, era feliz viendo anime, le gustaba.

Encontró a alguien con el cosplay de su personaje favorito, Gojo Satoru, cierto albino con una venda en los ojos, qué lo enamoró desde que lo vio por primera vez. Amablemente le pidió una foto a esa persona, y ella aceptó.

Después llegó un amigo de ese chico, con el cosplay de Yuji Itadori, y pidió una foto con el y después con los dos, se despidió diciendo que sus cosplay eran geniales.

Siguió caminando, observando cualquier cosa que le pareciera interesante, y si veía algo comprable qué le gustaba, pagaba por ello y lo guardaba en su mochila. Un chico se acercó a él, para hacerle una pregunta, al parecer para un video, se quería negar, pero el chico le hizo una encuesta y el acepto.

Ya se retiraba a su casa cuando vio un peluche edición especial de Gojo con lentes, era el que le faltaba en su colección, se acercó y justo cuando pregunto el precio del peluche alguien realizo la misma pregunta.

-Oh- dijeron los dos al mismo tiempo.

Como dije al principio Soobin era serio, pero sobre todo introvertido y tímido, no soportaba qué alguien lo mirara más de dos segundos, solo sus amigos, un desconocido le daba pavor.

-Puedes llevártelo- dijo desinteresado.

El joven rubio lo miro- en realidad, puedes llevártelo tu, puedo conseguir otro.

Hasta ahora no lo había mirado, y sin embargo cuando sus miradas se cruzaron su corazón latió con fuerza. El rubio estaba sonrojado y era lindo, pero no lo suficiente como una mujer. Se sintió incómodo.

-Ya no lo quiero, gracias.

-¡Oye! No seas grosero.

Soobin no fue grosero, solo no sabía cómo dirigirse a un desconocido, no sabía si hablarle con honoríficos o si el contrario debería llamarlo a él con honoríficos. Además estaba nervioso, y si veía a ese joven a la cara el también se sonrojaría.

-Como sea.

Se fue de ahí, sin siquiera dejar que el otro joven dijese algo más, entonces comenzó a buscar otro lugar donde podría encontrar su Gojo de peluche, ¿Era muy difícil? Pues si, era edición limitada y se agotó en ¡Un minuto! ¡Un minuto! Suspiro ya rendido y cuando iba a cruzar la puerta alguien lo detuvo.

-¡Oye! No se tu nombre, ni como eres, pero se que yo también fui grosero y lo siento, sin embargo toma- le extendió el muñeco- el dueño de ese lugar, bueno no del lugar, digamos que del negocio, dijo que tenía dos, pero ni siquiera lo dejaste hablar, este- le mostró otro- era de exhibición.

-¿Cuánto es?

-¿Ah?

-Por el peluche.

-¡Cierto! Son tres mil quinientos won, si quieres te muestro el recibo- le extendió el papel, Soobin negó y saco su billetera, pagándole la cantidad- ¿Tu anime favorito es jujutsu kaisen?

-Es el que mas llamo mi atención, hasta el momento.

-El mio también, ¿Tu favorito es Gojo?- Soobin asintió y recibió el peluche- el mio es Megumi, todos los personajes son geniales, lastima que el manga nos está dejando sin pañuelos- bromeó- ¿Vas al día con el manga?- volvió a asentir- no eres muy platicador, ¿No...

-Soobin, y si, casi no me gusta hablar.

-Ya veo Soobin, soy Hueningkai y a mi me gusta hablar... Espero algún día volvernos a encontrar y hablar de anim...

-¡Kai oppa!- una chica de cabellos oscuros llego hasta el rubio.

-¿Qué pasa Yuna?

-Es que ya me aburrí, vamos a casa.

-¿Tan rápido? No llevamos ni la hora.

-Tienes que consentir a tu novia.

-¿Y cuando me consientes tu a mi?

La pelinegra le sonrió- anda.

-Esta bien- miro al otro pelinegro- hasta luego.

Soobin movió la cabeza en afirmación y salió de ahí. Al parecer los otros dos igual, solo que el se dirigió al estacionamiento y subió a su auto. Miro su reloj por un momento. No tenía nada que hacer, estaba de vacaciones en la universidad y sus amigos en la playa. Cuando más necesitaba a su "mejor amigo Beomgyu" este siempre se ocupaba con su novio. Coloco en Spotify la lista de reproducción qué había creado hace meses. Nunca le coloco nombre, pero Beomgyu se encargo de ponerle "música del otaku de Soobin" gran nombre.

Condujo hasta su departamento, se daría un baño, vería un anime hasta las cuatro de la mañana y dormiría hasta el medio día o hasta que se cansara de dormir, y volvería a ver anime. Llamo a Beomgyu, y contesto, afortunadamente.

-¿Te estas divirtiendo?

-Yeonjun y yo terminamos?

-Deja de bromear.

-No bromeó, Yeonjun... El va a debutar como cantante en una empresa, no puede tener pareja, así que decidió terminar.

-Lo siento.

-Estoy bien, le dije que no le diría a nadie de nuestra relación, sonara raro pero... Quiero que le vaya bien.

-¿Serás su fan?

-Probablemente lo escuche, me gustaba su voz, el dijo que me invitaría... Nos invitaría a sus conciertos...

-No tengo tiempo.

-Ay por favor, siempre estas viendo animes, tienes que salir un poco.

-Aja... ¿Dónde estás?

-En un hotel.

-¿Cuándo regresas?

-Cuando el desconocido con el que me acosté anoche deje de pedir segundo round.

-¿Qué hiciste qué?

-Te cuento, ayer fui a un antro después de que Yeonjun se fuera, y ahí conocí a... Creo que me dijo Terry, una cosa llevo a la otra, fuimos a un hotel, y el desgraciado folla como toro... Ahora se está bañando, pero me dijo que no me fuera, qué porque quiere volver a repetir... ¡NUNCA EN MI VIDA FOLLE TANTO SOOBIN! más de siete veces en una sola noche, siete, quiero a este desconocido para siempre en mi vida... Me tengo que ir, adiós.

Continuará...

¿OTAKUS HETEROSEXUALES?~SOOKAI Donde viven las historias. Descúbrelo ahora