El silencio en la habitación es inquietante, pasaron de hablar hasta por los codos, a no emitir ningún sonido. Alzo una ceja esperando respuesta.
El carraspeo de André rompe el silencio—Bueno... ¿Qué se supone que debemos decir ahora? O sea, no nos contaron una historia de amor, si no que asesinaron juntos.
—¿Y ustedes no?—Cuestiono.
—No—Devil responde de inmediato.
Creí que sí, ¿entonces que hacen?
—Yo diré que es impresionante—Se mete Antonella—Por favor, tú tienes cara de todo, menos de asesina—Me mira—No te ofendas, guapa.
—No me ofendo, guapa—Imito su voz.
Todos sueltan una risa, y parece que el ambiente se alivia un poco.
—¿Pueden quitar ya la cara de idiotas?—Espeta Devil—Me da flojera verlos, más bien díganme si hay preguntas.
—Umm, sí, la más importante, quizá—Interviene Gastón—¿Dicen que esos tipos están aquí en Westton?
—Al parecer.
—¿Y por qué parecen tan tranquilos?—Su voz sale un poco más chillona de lo normal.
—Porque el papel de marica asustado, ya te lo dimos a ti—El tono pasivo agresivo de Devil, hace que todos lo veamos con burla.
—Hey, solo era una pregunta, pides que hagamos preguntas, y te enojas cuando la hago.
—Te respondo yo, no le prestes atención a este cabrón—Siento la mirada del pelinegro clavarse en mi rostro, más no volteó a verlo—Sí están aquí, es más que obvio por la carta que dejaron en mi carro. Estamos tranquilos porque si entramos en pánico, les daremos lo que quieren.
—¿Y se supone que ahora estamos dentro de esto?—Habla Asly—Vaya, que divertido estar con dos de las personas que unos locos buscan.
—No digas estupideces—La regaña Devil—Nadie los obligará a quedarse, pueden tomar sus propios caminos por un tiempo, cuando solucione esta mierda los buscaré.
—Eres tú quién debe dejar de decir estupideces—Susurra Antonella.
—¿Qué dijiste?—La reta con la mirada, pero ella ni se inmuta.
—¿Cuándo nos hemos dejado solos? Nunca. Ahora no será diferente—Lo señala—El único que dice estupideces eres tú.
—¿Sí entiendes la magnitud de lo que les estamos contando?
—Sí, ¿y?
—Esto no se parece en nada a las cosas que hemos hecho antes, Anto, estaremos jodidos cuando ese tipo quiera empezar a jugar.
—En las buenas y en las malas, ¿no?—Se pone de pie—Si tú te jodes, nos jodemos todos.
Miro la escena, todos adoptaron otra postura, ahora parecen otras personas, unas más decididas.
—Estoy contigo—Deja en claro.
—Sí estás conmigo, estás con Madelaine, ahora funciona así—Aclara.
—Ok—Rueda los ojos—Estoy contigo, y con la muñequita que al parecer es más mierda de lo que aparenta.
—¿Disculpa?—Intervengo.
—¿Eres sorda? Acabo de decir que estoy contigo—Me mira—Me agradas, y no dejaré a Devil, así que estoy con ambos.
Devil respira hondo mirando al resto, su mirada cambió, ahora los mira como advirtiéndoles lo que viene, dándoles la opción de dar un paso atrás si lo desean.
Antonella se ubica a la derecha de él—Saben que no lo vamos a dejar solo.
André es el siguiente en dar un paso adelante.
—Sabes que no estarás solo en esto, viejo, estoy contigo—Me sonríe—Y contigo, Madelaine.
Le devuelvo la sonrisa, los que faltan no tardan en unirse, quizá no están seguros de querer hacer esto, pero su lealtad hacía Devil puede más, se les nota, morirían los unos, por los otros sin pensarlo.
Se abrazan diciendo algunas cosas que podrían sonar tiernas en otra situación, y yo de pronto me siento excluida, doy unos cuantos pasos hacía atrás.
Se separan, y André me ve, su mirada transmite seguridad, puedo notar que es un chico dulce, ama a los suyos, y no duda en demostrarlo.
—¿Así que ahora eres de los nuestros?—Me extiende la mano.
La tomo dudosa—Supongo.
—Estás con nosotros, rubia—Devil se pone frente al resto, siempre es quién encabeza el grupo, y este momento no es la excepción.
Me come con los ojos al igual que los demás, admito que así parecen un poco más intimidantes.
—Jura lealtad a mis chicos, y ellos te la darán a ti, no van a dudar en poner el pecho por ti, pero tú no deberás dudar en hacerlo por ellos, todo tiene que ser mutuo, arriesgarán todo por ti, solo sí tu arriesgas todo por ellos.
Mi piel se eriza ante la firmeza de sus palabras.
—¿Estás segura que quieres velar por cada persona que está aquí? Porque de no ser así, cruza esa puerta y vete, porque no te daré la lealtad de mi familia a cambio de nada.
Trago saliva, quiero responder pero las palabras se quedan atoradas en mi garganta, y mi corazón está por salirse de mi pecho.
—¿Estás conmigo, Madelaine?—Estira su mano hacía mí—Déjame oírte, ¿estás con ellos?
Tomo una respiración profunda y sujeto su mano—Estoy contigo—Dirijo mi mirada a las personas detrás de él—Y con ustedes.
Devil tira de mi mano abrazándome, y termino envuelta en un cálido abrazo grupal que grita: Seguridad, fuerza, y hermandad.
Justo las cosas que vamos a necesitar de ahora en adelante.
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Las cicatrices de Madelaine
Teen FictionPor mucho que le corras al karma, siempre llegará a ti, aún así Madelaine Jost, había vivido durante años, huyendo de aquello a lo que muchos le temen. Aunque su karma, tenía lindos ojos, pero una sonrisa siniestra, y el miedo de Madelaine entre sus...