El último nivel.

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La noche es fría, los animales se escuchan muy al fondo, y la fachada que tenemos en frente, me revuelve el estómago

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La noche es fría, los animales se escuchan muy al fondo, y la fachada que tenemos en frente, me revuelve el estómago.

Nuestros hombres bajan a Kyle, que tiene un estado lamentable, veo su pierna, es algo desagradable, camina con muletas, sin apoyarla.

Ve perplejo el edificio, su boca se entreabre y diré, que mi reacción fue similar.

Casi un año después de nuestra salida del reformatorio, el lugar empezó a caer en la ruina, los rumores dicen, que pasaron cosas horribles ahí dentro, condenando al lugar, a un cierre definitivo. Nadie más lo compró, y terminó abandonado durante todo este tiempo, y aunque su estado lo demuestra, para nosotros, fue el lugar perfecto, para la última noche.

Aquí empezó este infierno, y aquí iba a terminar.

—¿Qué?—Kyle parece intimidado—¿Qué hacemos aquí?

—Me pareció justo, darle un final a todo esto, en el lugar dónde comenzó, ¿te trae recuerdos?—Mi tono de voz parece compresivo.

—Estás loca, después de todo lo que pasaste aquí, ¿decides volver?—Refuta.

—Existen demonios que hay que encerrar, en el lugar de dónde provienen.

Calla, y yo camino hacía él, tomando su mentón, con el recuerdo de la primera vez que lo vi.

—¿Alguna vez te arrepentiste de todo lo que me has hecho?—Indago.

—Sí, cuándo vi la maldad a través de esos hermosos ojos azules.

Lo suelto, y me doy vuelta, uniéndome al grupo—Andando.

Devil pasa su mano alrededor de mi cintura, tomo una larga respiración, y camino adentrándome al edificio.

El establecimiento tiene tres pisos, pisos que preparamos para la noche de hoy, subimos a la tercera planta, sentando a Kyle en una silla frente a nosotros.

—Te explicaré que haremos está noche, Kyle—Habla Devil—Sí te salvas de nosotros, y de cada trampa que pusimos, vives, si alguno logra atraparte, mueres.

—Eso no tiene sentido, me superan en números, no es justo.

Se encoge de hombros—Eso suena a que es tu problema.

—¿Mi problema? Estoy en muletas, prácticamente el dolor no me deja estar de pie, ustedes en cambio...

—No tienes derecho a refutar—Lo interrumpe—Son tres pisos, que conoces muy bien—Sigue explicando—Cada piso, tiene un nivel, logra pasar el último nivel, y la salida estará frente a ti, tienes la libertad entre tus manos, puedes dejarla ir, y morir de una vez, o luchar.

—¿Y rendirme ante ustedes? Eso nunca—Réplica decidido.

—Entonces deberías empezar a correr, y para que veas que soy bondadoso, te daré dos minutos de ventaja—Determina Devil—Que empiezan desde ya.

Las cicatrices de MadelaineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora