Narrador omnisciente:
El silencio sepulcral de aquella camioneta, es interrumpido por el quejido, del pequeño de belleza angelical, aquel que mira todo con miedo, porque sabe que sucedió, y lo que probablemente le pasará.
La muerte de su hermano Kenay se repite en su mente, y de solo pensar que puede sufrir de esa manera, su piel se eriza.
Deja la pena de lado, dejando salir todos sus miedos, transformados en llanto.
—Cállate—El pelinegro que sostiene la mano de Madelaine, no puede soportar oírlo.
—Me iré lejos—Intenta convencerlo.
—¡Qué te calles!—Saca el arma que guardaba en su espalda, apuntando al niño.
Devil Roux siempre ha sido una persona impulsiva, y el hecho de que esté lleno de ira, no es una buena noticia para Davis, que lo observa preso del miedo. El arma tiembla en la mano de aquel hombre, que nunca entendió el porque de entrar a este mundo, sabía que por su chica haría cualquier cosa, incluso matar, pero ¿era necesario vivir toda esta tortura? Estaba realmente cansado, molesto, y la muerte de su amiga, le había quitado cualquier rastro de humanidad, así que ahora, solo quiere detonar su pistola, y acabar con la persona que empezó todo esto.
Persona que tampoco quería que estás cosas pasarán, él no sabía que enamorarse de esa hermosa niña, sería su perdición, lo volvería esclavo de ella, y títere de su hermano, hermano que aunque niega que así sea, tiene una obsesión poco sana con Madelaine, su ternura le agradaba, pero su valentía le prendía, más Davis no podía juzgarlo, él también estaba obsesionado.
—Devil, por favor—La voz de Madelaine lo marea, intenta odiarla, pero su corazón se rehúsa a que así sea.
Ella nunca le ha prestado atención, desde el principio lo rechazó con amabilidad, encendiendo una parte de él que no conocía, y que haría hasta lo imposible por tenerla.
Pero todos conocían como era Davis, solo se hace el fuerte, el malo, pero realmente es sólo un niño manipulado, y asustado, con un corazón herido, por un amor no correspondido.
—¿¡Por favor qué, Jost!?—El grito hace retroceder a la pelirroja.
Devil estaba tan enojado, que quería matar con sus propias manos a esos hijos de puta, ¿cómo se atrevían a quitarle a una persona importante de su familia?
Los ojos sin vida de Antonella le dan más razones para matar a Davis, que justo ahora llora sin pena, pero sus lágrimas no significan nada para él, las lágrimas de ese cabrón no valen nada.
"Tengo que acabar con él" Piensa, pero sabe que la muerte es una salida fácil, merece más que una bala entre las cejas, por eso vuelve a sentarse sin dejar de verlo.
Madelaine se sienta unos segundos luego, está en shock, no sabe que pensar, mataron a la única de ellos, que le había contado algo tan íntimo, como lo era su mayor miedo, su miedo era morir, y toda está mierda, acabó con los sueños de un alma tan dulce como la de Antonella.
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Las cicatrices de Madelaine
Teen FictionPor mucho que le corras al karma, siempre llegará a ti, aún así Madelaine Jost, había vivido durante años, huyendo de aquello a lo que muchos le temen. Aunque su karma, tenía lindos ojos, pero una sonrisa siniestra, y el miedo de Madelaine entre sus...