Narrador omnisciente:
Fracaso, era la única palabra, en la que podía pensar, el joven que esperaba que su sufrimiento pronto terminará.
Para Kyle las horas pasaban con lentitud, convirtiendo sus torturas, en un eterno dolor.
Estaba tan débil, sentía cómo la vida, se le iba escapando de las manos.
Aunque esto para Devil y Madelaine no era suficiente, él merecía más, mucho más.
Los días habían transcurrido, más de una semana, donde las torturas no paraban, donde los gritos, eran las pesadillas de muchos guardias, que aunque habían visto de todo, nunca algo cómo lo que adentro de ese establo sucedía.
Después de la noche de la pelea, no le dieron tregua a Kyle, haciéndolo vivir, sus peores miedos.
En su segunda noche ahí, la risa de la hermosa pelinegra, había resonado por todo el lugar.
—Vine a divertirme contigo, cariño—Tenía una sonrisa de oreja a oreja.
—Liberame—Intentó convencerla—No ganas nada con esto.
—Así cómo tú no ganas nada rogándome, y aún así lo haces, tontito.
El cuerpo del chico empezó a temblar, cuando Debra Blade sacó un cuchillo de la gabardina que llevaba puesta.
—¿Qué piensas hacer?—La mujer empezó a caminar hacía él—¿¡Qué piensas hacer!?
Lo siguiente que sintió, fue como la piel de sus pies y manos, fueron cortados, para luego ver entrar al moreno, aquel que parecía pareja de la tipa que tenía enfrente, y que se les daba tan bien torturar juntos, porque sin ningún tipo de piedad, bañaron las heridas recién hechas, con aceite hirviendo, provocando los gritos, que Kyle no pudo contener.
Aquellos gritos que parecían que iban a llegar, a la casa dónde Madelaine Jost, esperaba pacientemente su turno.
Pero aún no era su momento, porque la tercera noche, fue de Devil Roux, que después de un par de cigarrillos, volvió a ese establo, dispuesto a descargar su rabia, en el causante de muchos de sus problemas.
Esa noche, Devil con una navaja, perfectamente afilada, había escrito en el abdomen de Kyle, el apellido que ni después de la muerte podría olvidar.
Jost.
Se tomó su tiempo, cómo si de un tatuaje se tratará, haciendo su mayor esfuerzo, para que las letras fuesen tan perfectas como pudiera hacerlas.
—¿Te gusta?—Le preguntó feliz—Porque a mi sí, y sé que a mi mujer le encantará.
Mujer que fue dueña de la cuarta noche, dónde cumplió sus más retorcidos sueños con Kyle, haciéndole algunas de esas cosas, que moría porque sintiera.
—¿Me extrañaste?—Una felicidad extraña, hacía parte de ella.
Y aquella felicidad creció, cuando vio las letras que decoraban el abdomen del pobre que apenas y la veía.
—¡Lo amo!—Empezó a reír—¡Me encanta!
Devil había tenido razón, ella estaba más que encantada.
Esa noche, Kyle vió la crueldad que tanto se negaba a aceptar, que había dentro de Madelaine.
Vio cómo sacó un martillo, y no pudo evitar sentir pánico, había pasado tantas cosas las últimas horas, que enserió le asustaba tenerlos cerca.
—¿Alguna vez te has preguntado qué se sentirá partirse un hueso?—Parecía una pregunta inocente, pero él sabía que la pelirroja, no era para nada inocente.
—No.
Sí algo había aprendido Kyle, es que esa gente, odiaba que no les dieran respuestas, se enojaban, y a él le iba muchísimo peor.
—Pues yo sí, así que hoy he venido a hacer un nuevo descubrimiento—Se pasea alrededor del hombre que no deja de temblar—Te ayudaré a poner de pie.
Y así fue, con calma lo ayudó a levantarse, Kyle pensó que podría ser su momento para escapar, pero sabía que no tendría la suficiente fortaleza, para pelear contra Madelaine, y el guardia de afuera.
Así que sólo obedeció, e hizo cada cosa que le pidió.
—Apoya las manos en la pared—Le ordenó la pelirroja.
Suspiró antes de hacerlo, y cómo ya sabía lo que pasaría, cerró los ojos con fuerza.
—Ay, pero no sé que hueso quiero romper, ponte de frente, así puedo verte mejor.
Murphy se dio la vuelta con lentitud, clavando sus ojos en los de Madelaine, el odio que se tenían, les brillaba en la mirada, él quería defenderse, y no podía, se sentía inútil, ella quería matarlo, pero su sufrimiento había sido poco.
—Decidí que haré que traigan una camilla, es más fácil, así me aseguro de que vas a estar muy quieto—Kyle no pudo responder, y ella salió del establo.
Mantenerse de pie le dolía, así que se dejó caer al piso, derrotado, y asustado, porque sabía que ella no mentía, y se sentía tan vulnerable, al esperar la siguiente causa de su dolor, pero eso era lo que Madelaine quería, asustarlo, jugar con su mente, hacerle saber que ella tenía el control, que por más que lo intentará, jamás podría escapar, y Kyle ya lo había aceptado, no tenía escapatoria, él ya estaba muerto.
Después de varios minutos, ella volvió, seguida de Devil y Natanael, con una pequeña camilla, y esposas.
Rápidamente lo golpearon hasta dejarlo acostado, lo esposaron dejándolo inmóvil, Kyle odiaba sentirse atrapado, él nunca era la víctima, ese no era su rol.
—Ahora sí—Madelaine golpeó con suavidad, varias veces el martillo contra la palma de su mano—Mi sueño de chiquita era ser doctora, o algo así.
Sí algo habían notado todos, es que Madelaine, en estás situaciones, no parecía ella, era cómo si se transformará, cómo si sacará a relucir, esa oscuridad que por mucho tiempo tuvo que ocultar.
—Decide tú, te daré el honor—Kyle negó, sólo quería que esto terminará—¡Elige!
—No lo sé...
—Pues piensa, y elige de una vez, antes de que te rompa todos los putos huesos.
Y lo pensó, pensó cuál podría doler menos, las piernas no eran opción, las necesitaba para escapar.
—Un brazo—Decidió.
—Bien...
Ella alzó el martillo, él cerró los ojos, y los otros dos hombres, veían atentamente la escena.
Esperó el impacto en un brazo, pero no sucedió, y lo próximo que sintió, fue cómo Madelaine estampó el martillo en su pierna derecha, causando un crujido que le provocó un escalofrío a todos.
—¡Malnacida!—Las lágrimas se le salieron.
—Ups, me equivoqué.
La burla no faltó, todos se rieron de él, lo insultaron, y denigraron.
Antes de irse, lo desataron, y lo arrojaron al piso, su cuerpo estaba tan herido, que cualquier mínimo roce, le dolía.
Se fueron, y Kyle sólo se dedicó a llorar, para al siguiente día ser víctima de Natanael, y después de Gastón y Asly, hasta que cada uno de ellos, pasaron por ese establo, e hicieron cada cosa que se les antojaba con él.
Ahora sólo esperaba la noche final, de la cual le habían advertido, faltaba sólo un día, y su sufrimiento habría acabado.
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Las cicatrices de Madelaine
أدب المراهقينPor mucho que le corras al karma, siempre llegará a ti, aún así Madelaine Jost, había vivido durante años, huyendo de aquello a lo que muchos le temen. Aunque su karma, tenía lindos ojos, pero una sonrisa siniestra, y el miedo de Madelaine entre sus...