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Devil Roux:

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Devil Roux:

—¿Pudiste dormir?—La voz de Asly me saca un susto.

—¿Disculpa?

—Que si pudiste dormir—Reitera yéndose a la nevera.

—¿Cómo sabes que no podía dormir?—La observo con una ceja levantada.

—Pase por tu habitación en la madrugada, y escuché el sonido de los videojuegos—Deja un plato sobre el mesón—Era bastante tarde.

—Ah, sí—Paso una mano por mi cabello—No podía conciliar el sueño.

—¿Desde cuándo nos mentimos?

—No estoy mintiendo.

Termina de servirse cereal antes de verme mal—Sí, claro, ¿se te olvidan las reglas, Devil?

—Claro que no, solo fue una mala noche, es todo.

—¿Desde cuándo tienes malas noches? Que yo sepa no tienes problemas para dormir.

—¿Desde cuándo tú haces tantas preguntas?

—No te pongas a la defensiva conmigo, solo digo lo que estoy viendo, y es que mientes muy mal—Se lleva una cucharada a la boca.

—Que no estoy mintien...

—¡Buenos días!—André llega interrumpiendome—¿A quién le toca hacer el desayuno hoy?

—A Gastón—Asly y yo hablamos al tiempo.

—Pero si ese hijo de puta sigue dormido—Se queja.

—Pues ve a levantarlo—Dice Asly con molestia—Te complicas la vida tu solo.

—¿Te levantaste de mal humor, Asly?—Inquiere.

—No, yo dormí a la perfección, me levanté de lo más feliz. Pregúntale eso a Devil, no durmió tan bien, y al parecer amaneció más idiota que de costumbre.

La fulmino con la mirada y a ella parece darle igual, cuando lo desea puede ser la persona más pesada.

—¿Problemas para dormir, amigo?—Apoya el brazo en mi hombro.

—Sí.

—Qué raro—Me ve confundido—Tú no tienes problemas para dormir.

Asly nos señala con su mano libre—Eso le dije.

—¿No puedo tener una mala noche? Que pesados—Mi tono de voz sale cargado de irritación.

—Aquí el problema no es tu mala noche, aquí el maldito problema es que nos estás mintiendo, desde ayer te estás guardando cosas, y créeme que no me gusta nada—La morena se pone de pie, molesta—Mira, no sé que líos tuviste con Madelaine, ni que tan buenos amigos fueron, realmente no sabemos una mierda de ustedes. Pero una persona no aparece simplemente y te desordena el mundo, eso no pasa por nada, pero tú te niegas a abrir la boca y decir la puta verdad.

—Hey, heey, que vocabulario, niña—La reprende André.

—Cállate, a mí me da igual si ustedes quieren hacerse los imbéciles, pero yo no, y aquí jamás hemos tenido secretos, ¿eso va a cambiar, Devil?

—Tú estás haciendo un problema donde no lo hay—Le digo en el mismo tono.

—¿Ah, sí? Entonces no entiendo cual es el misterio, ¿quién es ella? ¿Dónde se conocieron? ¿Por qué te preocupa tanto?—Suelta las preguntas llenas de veneno.

—No es tu incumbencia, para ya con las preguntas.

—¡Pues no!—Estalla—Merecemos saber quién es la señorita que de repente quieres hacer parte de nosotros, y al parecer es intocable, porque sí le hacen daño, te hieren a ti también, ¿somos un equipo, no? Pues empieza a hablar, que yo verdades a medias, no quiero.

—¡No tengo porque rendirte explicaciones!—Pierdo la paciencia.

—Chicos, creo que no es necesario gritarse—Interviene André.

—¡Siempre nos hemos rendido explicaciones, y eso no va a cambiar ahora!—Asly lo ignora completamente.

—¡Ya dije lo que debía decir ayer, deja de joder!

—¡Mentiroso!—Veo al resto llegar a la cocina—¡No dijiste un carajo!

—¿Y por qué te importa tanto?—La confusión de todos es obvia.

—¡Porque quieres que le cuidemos la espalda a una desconocida!—André intenta tomarla—Y yo no sé ellos, pero no pienso cuidar a nadie sin saber porque es tan importante.

—¿Qué está pasando?—Antonella decide involucrarse—Sus gritos se oyen en toda la casa.

—Creo que Asly se alteró un poco—Explica André—¿No quieres tomar aire, guapa?

—No, quiero la verdad, al igual que todos aquí, porque no creo que sea la única que no entiende nada.

—¿De qué hablas, As?—Gastón también se une.

—De Madelaine, no entiendo cual es su problema con ella, y viene a joderme a mi con preguntas estúpidas—Digo.

—No te confundas, no tengo ningún problema con ella, mi problema es contigo, que al parecer quieres empezar a mentirnos.

—¡Yo nunca les he mentido!—Me levanto de golpe haciendo caer el banquito—¡Y sí alguno aquí está de acuerdo con Asly, dígalo de una vez, suelten el puto interrogatorio, que yo no voy a soportar las mismas preguntas dos veces!

—Devil, cálmate—Antonella pone una mano en mi espalda—Asly tiene razón, todos tenemos demasiadas dudas, y tú solo nos evades, jamás hemos sido así, ¿por qué debería cambiar ahora?

—No cambiará nada, no los evado, solo que todo tiene su tiempo, y ustedes parecen no entenderlo—Respondo un poco más calmado.

—No podemos entenderte si tú no nos explicas—Se hace presente Gastón—Mira, hermano, nunca te llevamos la contraria, nos hemos apoyado en todo, desde siempre, pero no esperes que no tengamos preguntas, si nos traes a una chica y nos dices que debemos cuidarla, sin dar información de quién es.

—¿Por qué les urge tanto la información? ¿Por qué quieren saber su vida con tanto afán?—Me pellizco el puente de la nariz.

—Porque en estos casos, se debe dar la información suficiente para entender la situación, es una regla—Habla nuevamente André.

—Creo que debemos recordarle las reglas a Devil, parece que las olvidó en un día—Cruzamos miradas con Asly.

Sus comentarios así me molestan, hace que el resto mal interpreten las cosas.

—No he olvidado nada—Ruedo los ojos.

—¿Cuál es la regla número uno, Devil?—Pregunta con suavidad Antonella.

—No se le miente a la familia—Contesto sin pensarlo.

—No la estás cumpliendo.

Lleno mis pulmones de aire, haciendo uso de toda mi paciencia, antes de soltar la oración que hace que todos me vean perplejos:

—Madelaine era mi novia.

Las cicatrices de MadelaineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora