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Después de verificar que si era la ubicación, reunimos a los chicos para conversar de lo que haremos a continuación

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Después de verificar que si era la ubicación, reunimos a los chicos para conversar de lo que haremos a continuación.

—¿Todo está bien? Sus caras son indescifrables—André siempre se preocupa por todos, y ahora no se molesta en disimular.

—Tenemos la dirección de los hermanos Murphy—Empieza Debra—No sabemos si la hermana de Madelaine está ahí, pero la tenemos. Debemos actuar rápido, podrían moverse, así que hay que planear algo ya.

—¿Y qué tienen en mente?

—Solo hay dos opciones, esperar a que ellos vengan a nosotros, o atacar de frente, no sé como toman ustedes las decisiones, pero para mí hay que ir de frente, no hay tiempo, cualquier segundo es valioso, la vida de una niña está en juego—Todos la miran atentos—Deben decidir rápido, no sé como, pero de esta habitación hay que salir con un plan, y ejecutarlo mañana de ser posible.

—Para mi es Mad quién debe decidir que hacer, es su hermana quién está en riesgo—Opina Gastón—¿Qué quieres hacer? Tú ordena, nosotros obedecemos.

—Yo quiero ir por Saskya, es más que obvio, pero no me puedo arriesgar, cualquier paso en falso de nuestra parte, puede ser decisivo, lo que sea que hagamos debe estar más que planeado—Establezco—No quiero errores, no debe haberlos.

—Ok, entonces está dicho, iremos por la niña—Apoya Debra—Mi gente está a tu disposición.

—La mía también—Habla Natanael.

—Bien, escucho opiniones—La atención se vuelve a Debra—Todas las ideas son válidas, pero sean coherentes, no se armen una película, que esto es la vida real, y cualquiera podría salir perjudicado.

—¿Qué tanta gente debe ir? Digo, quieren ir por lo bajo y no levantar sospechas, o cuando dices que atacarás de frente es porque enserió daremos la cara sin importar, las consecuencias—Cuestiona Natanael.

—Yo no ataco de espaldas, lo mío es dar la cara—Le afirma la pelinegra—Sí vamos a hacer las cosas, lo haremos a lo grande. Entre más gente mejor, no sabemos que número de personas tienen ellos, y eso no tiene que dejarnos en desventaja.

—Ok, entonces llamaré a mis hombres, reuniré los más que pueda.

—Perfecto, yo puedo ofrecerles al menos quince hombres, que son los que están acá, juntos a los de Natanael, y ustedes, deberíamos ser más que suficientes—Nos señala—¿Cómo les ha ido con los entrenamientos de tiro? Hace un rato los vi por las cámaras.

—Son buenos, les falta, pero se defienden, estarán bien si deben atacar, o eso espero, no me dejarán mal, ¿cierto?—Natanael los mira con una ceja levantada.

Todos niegan con la cabeza rápidamente, supongo que en el fondo, aún le tienen un poco de miedo.

—Yo no quiero matar a nadie, no está en mis planes, no es algo con lo que quiera cargar—Añade Antonella—Entiendo la situación, pero enserió me gustaría no tener que acabar con la vida de nadie.

Las cicatrices de MadelaineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora