Madelaine Jost:
Me trago los nervios subiendo las escaleras con Kenay, él está más que feliz de tenerme como acompañante, no tiene ni idea de en que se metió.
La parte de Devil salió bien, estaba encargado de hacer que Kenay ganará, y así pasó. Yo por mi parte, debía captar su atención desde el primer momento, coquetear abiertamente, ser atrevida, y con un par de insinuaciones sexuales, él debía caer rendido ante mí, tanto cómo para apostar, y querer que me fuese con él si ganaba.
Así que sí, la primera parte de mi plan, había salido a la perfección, ahora solo falta salir vivos de aquí.
—Bienvenida—Abre la puerta de la recámara—Puedes estar tranquila, está habitación sólo es para mi uso, nadie más estuvo aquí, es exclusiva.
—Cómo yo—Respondo airosa.
Ríe con frescura—Cómo tú.
Me muevo por el lugar, y lo primero que hago es quitarme las botas, logrando que sus ojos se vayan a mis piernas, y terminen su recorrido en mis labios.
—Carajo...—Pasa saliva—Eres la chica más sexy que he visto.
No puedo evitar que mi ego aumente.
—¿Crees eso?—Juego con la orilla de mi vestido.
—Te lo puedo jurar—Se acerca a mí, sin dejar de detallarme, hasta alcanzar mi cara y acariciarla—¿Dónde estuviste todo este tiempo, mujer?
Aunque en sus ojos predomina el deseo, puedo ver la admiración en ellos.
—Quizá esperando a alguien que me viera, cómo me estás viendo tú justo ahora.
Le sigo el juego, las palabras bonitas para que me rinda ante él, conmigo no sirven, pero le haré creer que sí.
—Pues aquí me tienes—Deja un beso en la comisura de mis labios—¿Quieres una copa?
—Claro que sí—Me dirijo a la botella que reposa sobre la mesa—Pero deja que yo las sirva. Déjame servirte está noche, ¿sí?
Jalo una silla, invitándolo a sentarse.
—¿Sumisa?—Levanta una ceja, y asiento—Me encanta, definitivamente eres todo lo que necesito hoy—Toma asiento.
—Lo sé, cariño—Le rodeo los hombros por detrás, desabrocho tres botones de su camisa, mientras dejo besos en su cuello—Quédate ahí.
—¿Qué harás?—Voltea a verme desconfiado.
Llevo mis manos al cierre del vestido, bajándolo un poco—Quiero quitarme esto, ¿no crees que está estorbando?
—Estaba esperando que te deshicieras de él.
—Pero es una sorpresa lo que hay debajo—Sigo bajando el cierre—Déjate sorprender.
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Las cicatrices de Madelaine
Genç KurguPor mucho que le corras al karma, siempre llegará a ti, aún así Madelaine Jost, había vivido durante años, huyendo de aquello a lo que muchos le temen. Aunque su karma, tenía lindos ojos, pero una sonrisa siniestra, y el miedo de Madelaine entre sus...