Capítulo 2: Presentación

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— Despertó —dijo aquel hombre de baja estatura.

— Si y parece que se encuentra bien pero tenemos un enorme problema —expreso el payaso rubio— no recuerda nada, ni como llego, ni su nombre siquiera.

— ¿Perdió la memoria? —se pregunto aquel que parecía un sol.

— Al parecer si, por lo que no podremos ayudarla hasta que recuerde mínimamente algo.

— Pero si no recuerda su nombre, ¿cómo la llamaremos? —se cuestiono aquella mujer de color quien resulto también tener un asentó peculiar.

— La llame Umi, porque llego del mar, así la llamaremos por ahora.

A pesar de no ser demasiados, comenzaba a sentirme abrumada al estar rodeada de gente desconocida, sin embargo al menos me sentía un poco mas tranquila pues su apariencia de todos lucía como un circo normal y no como uno de esos sitios de trata de personas, algo en mi me decía que podía confiar en ellos, pero no debía bajar la guardia.

— ¿Cómo esta tu herida querida? —me pregunto el sol.

— Estoy bien —respondí un poco cortante.

— Te llevaremos a comer —hablo la mujer quien se intento acercar a mi.

Por inercia retrocedí unos pasos y ella se paro en seco.

— Antes de ir a cualquier lugar —hable en titubeos involuntarios— quisiera que todos se presentaran, por favor.

Todos se miraron entre ellos y asintieron. Aquella mujer que se había acercado a mi fue la primera en presentarse.

— Mi nombre es Pola pero mi nombre japones es Zono Hanako y soy de la India.

— Mi nombre es Nichiteru, soy el dueño de este circo, pero tu me puedes llamar Papi —le siguió el sol.

— Yo soy  Eilien —prosiguió aquel de baja estatura.

— El mío es Keita, pero puedes decirme Kedamono o simplemente Keda —se presentó aquel de cabellera morada.

Por ultimo, se presento aquella chica que parecía ser menor que yo.

— Soy Marifa.

Una vez se presentaron todos, me llevaron hasta su cocina en la cual me sentaron frente a la mesa y no tardaron en servirme un plato de comida, el cual tenia un gran aroma a decir verdad. Tenía trozos de pollo, zanahoria y papa, estos acompañados de una salsa color marrón y arroz blanco al lado. Me dieron palillos y por supuesto, no supe usarlos, por lo que termine haciendo un desastre, el cual fue mandar a volar una zanahoria hasta el plato del conejo rubio el cual inmediatamente me miro no muy feliz.

— ¡Perdón! —no tarde en pedir disculpas, temiendo que se molestara conmigo y me atacara— ¡lo lamento, fue un accidente, la verdad es que yo no se usar palillos!.

Hizo sus ojos para arriba en gesto de desagrado, dejo sus palillos recargando la punta en su plato y se levanto estrepitosamente de la mesa. Me sentí enormemente apenada por no saber comer con palillos chinos y por haber mandado a volar un pedazo de comida.

"Tal vez le pareció muy grosero". "Se habrá ofendido seguramente". "Sera que le dio asco y por eso se levanto de la mesa así"

Mil pensamientos negativos atormentaban mi cabeza, apenas estoy consiente de lo que esta pasando a mi alrededor y aquellas personas se habían portado muy amables conmigo, tenía miedo de haber hecho algo incorrecto y que gracias a ello se enfadaran y me votaran a mi suerte, ya que si eso sucedía, ¿qué iba a hacer?, ¿a donde iba a ir?, no tenía nada. Sentía un nudo en la garganta y ganas de llorar pero trate de aguantar cuanto pude mientras sujetaba mis palillos fuertemente con ambas manos a manera de consuelo.

Fragmentos Perdidos ||PopeexT/N||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora