Capítulo 6: Naufragio

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Finalmente decidí que era hora de enfrentar mis miedos. Me prometí a mi misma que daría un paso al frente, sin importar el resultado pues deseaba saber un poco mas sobre mi. Sabía que necesitaba superar ese temor para poder avanzar en mi vida y en mi propio crecimiento personal.

Paola me había prestado su ropa estos días por lo que lave la ropa del rubio para poder devolvérsela, ese sería mi pretexto para poder hablar con él. Con el corazón lleno de determinación y un poco de nerviosismo, me acerque a Popee, decidida a dejar atrás mi temor y descubrir mi pasado para saber qué me deparaba en el futuro. Con cada paso que daba hacia él, el temor se desvanecía lentamente y era reemplazado por una nueva sensación de valentía.

— Popee —le llame, titube al hablar.

Aquel chico de inmediato volteo al reconocer mi voz.

— Umi —menciono sorprendido.

Estaba lista para enfrentar las consecuencias, fuera cual fuera el desenlace. Lo importante era haberme atrevido a romper las barreras que me impedían acercarme a Popee y así descubrir la verdad.

— Venía a entregarte esto —estire mis manos mostrándole sus prendas— pero también vine a hablar contigo.

El las sostuvo, asintió y sin hacer movimientos bruscos me invito a sentarme junto a él. Así, tome el asiento frente a él, ambos nos miramos fijamente, mis rodillas temblaban por debajo de la mesa y mis manos sudaban sin parar, sin embargo me mantenía firme frente a él.

— Te escucho —me dijo el rubio dándome la palabra.

Me tome unos segundos para poder contestar debido a que mis nervios comenzaban a apoderarse de mi, sabía que si me apresuraba a hablar seguramente tartamudearía. Tome aire y hable poco a poco.

— Quería, hacer las pases contigo y dejar de tener miedo —dije entre pausas.

— ¿Y eso a que se debe? —me cuestiono.

— Porque, fuiste tu quien me encontró y me rescato, por eso, solo tu tienes mis respuestas.

— Entiendo.

Se levanto del asiento y se marcho, le mire sorprendida.

— ¿No vienes? —me dijo sin detener su andar.

— ¡Si! —respondí de inmediato.

Rápidamente me levante y le seguí el paso. Caminamos y caminamos hasta estar a una distancia considerable del circo. Tenía miedo que al estar tan alejados intentara hacerme algo, pero tan solo aprete los puño  y continué sin cuestionar. Poco a poco nos acercábamos mas a la costa pues el sonido del mar y el viento se hacían intensificaban a cada paso que dábamos.

— Llegamos —proclamo el rubio, quien detuvo su andar.

Igualmente me quede quieta, él giro su cabeza y señalo con su dedo índice un bote de madera, volteado a un costado y muy dañado, apenas conservaba uno solo de sus remos. Me acerque cautelosamente a aquel objeto descuidado y en partes roto.

— Esto es...

— Es el medio con el que llegaste hasta aquí, no se de donde habrás llegado exactamente, los países mas cercanos son Corea, China y un poco mas lejos Taiwán —explicó el chico— lamento no tener todas tus respuestas.

— No —negué incluso ladeando levemente la cabeza para hacerle entender que se equivocaba—, esta era la respuesta que buscaba.

Me arrodille para apreciarlo mejor. Él aprendiz de payaso se inclino a mi lado para hacerme compañía.

— No se ah movido nada desde que te encontré, así que espero que puedas encontrar algo —expresó con sinceridad.

Ni lenta ni presurosa me puse a buscar algo que me diera información sobre mi vida, cualquier cosa que me diera una pista o me hiciera recordar, pero no pude encontrar ninguna pista, nada que me pudiera dar señal de mi pasado.

Fragmentos Perdidos ||PopeexT/N||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora