Capítulo 23: Atrapado en lo que fue

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Me encontraba ayudando a Paola, o al menos eso se suponía, pues ciertamente mi mirada se perdía por la ventana, fijándome en aquel agresivo chico y como perseguía a su amigo quien tan solo intentaba dialogar.

Tenía la intención de revelarle mis sentimientos, pero primero quería ayudarle a arreglar su situación, no solamente por que me guste, sino como una manera de devolverle el favor por todo aquello que ha hecho por mi.

— Deja de fantasear con ese intento de payaso psicópata y mejor apúrate, esas canastas no se terminaran solas —Expresó Paola a manera de broma aunque a mi me parecía que lo decía de mala gana.

— Lo siento, me distraje un poco —Volví a mis actividades las cuales eran llenar canastas con postres y golosinas para luego sellarlas con una bolsa de plástico transparente y decorar con un moño. 

— Me agradas Umi, así que seré franca contigo —Habló con tal seriedad que me hizo mirarla con curiosidad— No te ilusiones con Popee, no te llevara a nada bueno.

Cese de empaquetar y presté mas atención a sus palabras.

— ¿A que te refieres? —Le cuestione incierta sin especular con adelanto.

— Entre mas rápido olvides tus sentimientos por Popee será mejor para ti.

Abrí mis ojos con sorpresa.

— ¿Cómo sabes que tengo sentimientos hacía él?.

Paola me miro con confianza sintiéndose sabia ante el tema.

— ¿Acaso crees que no se que duermen juntos, que tienen citas en la ciudad o que se pierden por ahí solo para estar solos?. Además es mas que evidente en tu rostro, el corazón no sabe guardar secretos y tu mirada te delata.

Lleve mis manos a mi rostro enrojecido de vergüenza, no sabia que podía ser tan obvia con respecto a estos sentimientos.

— ¿Crees que Popee ya se haya dado cuenta? —Le pregunté preocupada.

— Eso no importa, no te recomiendo que dejes esos sentimientos crecer —Se puso a la defensiva.

No me parecía sensato ni razonable que Paola actuara de esa manera, simplemente no tenía sentido ni argumentos validos que la respaldaran.

— No entiendo porque lo dices.

— Porque no tiene aspiraciones, vive en una fantasía con su circo que ya no existe, es irracional y agresivo, seguro que también te lastimara en cuanto tenga la oportunidad, es un caso perdido.

No me agrado en lo absoluto la manera en la que se expresaba de Popee, vivían juntos pero pareciera que no lo conoce ni un poco. Me enfade y no tarde en responder de vuelta.

— Pero amaba su circo, no entiendo bien que paso pero perderlo le dolió, no deberías ser tan dura con él.

— Popee ya no es un niño, tiene 17 años, le falta muy poco para entrar a la universidad y aun no elige una carrera. Debería aprender de su hermana y de todos nosotros que seguimos adelante. Además se aferra a usar ese ridículo nombre.

Me enfurecí aun mas por las palabras poco empáticas con respecto a la situación que Popee atravesaba. Me levante con brusquedad tirando la silla detrás mío.

— El circo era su pasión y la perdió, ¿No puedes al menos ponerte en sus zapatos? —Le reclame con molestia.

Paola ya irritada se le agoto la paciencia.

— ¡El circo se quemo, ya no existe más!. Tiene que avanzar o se quedara siendo un inútil toda su vida, su padre debería ser mas severo con él —Exclamó exaltada.

Fragmentos Perdidos ||PopeexT/N||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora