Capítulo 46: Entregándome al mar

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Inconscientemente me encontré en la costa. El pequeño bote seguía ahí, me acerque con cautela y pude recordar la manera en la que llegue a este circo. Después de caer al mar fui rescatada por una persona que me sostuvo del brazo y me subió a ese bote, uno de los tantos que intentaba ser rescatados por los barcos de la Marina, sin embargo, las olas eran demasiado fuertes y nuestro bote se fue a la deriva, alejándose rápidamente de todo el caos. A la distancia solo podía ver el barco en llamas, siendo consumido en su totalidad, mirando el trágico final de mis padres.

El impacto fue tal que ni siquiera podía moverme, me mantenía como una espectadora de la situación y no me daba cuenta de lo que sucedía a mi alrededor. Al quedar a la deriva, algunas personas cayeron al mar debido al movimiento feroz de las olas. Los que nos quedamos aun en el bote, tuvimos que encontrar la manera de sobrevivir, pero no fui la única que lo perdió todo, la reacción de aquella persona fue enloquecer intentando atacar a los demás, gritando cosas como: "Tendremos que comer, alguien tendrá que morir por el bien de los demás"; Entonces ataco gravemente a algunos y asesino a otra persona. Su final se vio cuando al intentar atacarme, aprovecharon otras personas para tirarlo del bote. Como si fuese una broma, mientras peleaba por su vida, termino siendo él la comida para alguien mas, un tiburón acabo con su vida, sus gritos eran desgarradores.

No teníamos nada, no había comida, no había provisiones, ni mucho menos botiquín de emergencias, así que las personas que fueron atacadas gravemente por el hombre, terminaron por perecer. Todos fueron abandonados y tirados al mar. 

Fueron un al rededor de tres días los que estuvimos naufragando, solo teniendo un final cuando nuevas olas, también feroces sacudieron el bote, haciéndome perder el equilibrio, caí de espaldas y mi cabeza se golpeo contra el bote, perdí la conciencia al instante. Para cuando desperté, lo primero que vi fue a un peculiar chico rubio. Nunca supe que fue de las otras personas que iban conmigo en el bote.

Volviendo a mi presente, cambie mi vista al mar que parecía ser mas violento por las noches.

Durante estas semanas creí que recuperar mis recuerdos significaría recuperar mi vida, tan solo para afrontar la dura realidad, sintiéndome aun mas vacía y desolada que cuando solo era Umi. No me quedaba nada, me había quedado completamente sola.

Y así, bajo la sombra del dolor, levante el bote, y lo arrastre hasta el mar, camine empujando el bote hasta que el agua me llego a los hombros, entonces subí arriba del bote, manteniendo la mirada en el horizonte, remando con ayuda de mis manos. ¿Hacía donde me dirigía?, la respuesta no estaba clara.

Solamente, sentía la necesidad de desaparecer para dejar de causar problemas a los demás, de todas maneras, no había un lugar para mi en este mundo, sabía que simplemente no podía continuar...

— ¡Umi!

Escuche aquel nombre, gritado por la misma persona que se encargo de designarme. Instintivamente mire hacía atrás, tan solo para encontrarme con todos y cada uno de las personas con las que había vivido durante estas semanas, sin embargo, mi mirada se centro en Popee, su expresión de pánico no tenía precio. Sentí un poco de remordimiento, pero tan solo me mordí los labios, respirando hondo y regresando la mirada al frente, decidida a seguir.

— Adiós Popee —Me despedí en un susurro que él no pudo escuchar.

La oscuridad de la noche envolvía el mar, las estrellas apenas visibles entre las nubes pesadas que se arremolinaban en el cielo. En medio de la oscuridad, mi bote solitario estaba decidido a navegaba en las aguas turbulentas, navegando contra las olas que rugían con una ferocidad implacable, no me detendría.

Las olas se estrellaban contra el bote con una violencia aterradora, levantándolo y sacudiéndolo como una hoja en el viento, ni siquiera luchaba por mantener el control, deje que cada embate del mar me acercara más y más al borde del abismo.

De repente, una ola monstruosa se alzó frente de mí, una pared de agua negra que parecía estirarse hacia el cielo mismo. La mire con atención, cerré mis ojos con resignación, y entonces, la ola se estrelló contra el bote con una fuerza devastadora, lanzándome hacia un torbellino de espuma y oscuridad.

Fui arrancada del bote por la fuerza de la ola, arrójame al mar embravecido. El agua fría me envolvió, arrastrándome hacia abajo en un abrazo implacable que amenazaba con ahogarme en su inmensidad.

Sentía como el agua entraba por mi boca y nariz, el oxigeno en mi cuerpo era reemplazado por agua sumamente helada, respirar agua era muy doloroso, sentía entra agua entraba en mis pulmones. A pesar de ello, no realice ningún intento por nadar, mucho menos por salir de ahí.

Me vi siendo arrastrada más y más hacia abajo, hacia un abismo sin fondo que amenazaba con devorarme por completo. Estaba a punto de perder la conciencia, sabía que iba a morir. me rendí ante esa idea, dejaría que pasara, porque quizás solo así podría recuperar lo que perdí, solo de esa manera podría dejar de sufrir.

Sin embargo, antes de desvanecerme, lo ultimo que pude ver fue nada menos que Popee, quien nadaba con desesperación hacía mi, no obstante, al creer que solo se trataba de una alucinación, cerré mis ojos rindiéndome frente a la situación, permitiendo que aconteciera lo que debía acontecer...

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Un capitulo un poco corto, estamos cerca del final 

Fragmentos Perdidos ||PopeexT/N||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora