Al mirar al frente vi como aquel chico rubio que me había rescatado y que había curado mis heridas era quien arrojaba las bombas completamente enfurecido, bañado el sangre, persiguiendo al dueño del circo junto con aquel chico de cabellera morada. No podía creerlo, sabía que era malhumorado pero nunca lo creí capaz de hacer algo así.
De pronto nuestras miradas se cruzaron, si creí que su hermana era como un demonio no sabía de lo que estaba hablando pues al mirarle a los ojos, ya no eran un azul brillante, ahora eran de un intenso carmesí, pude ver el infierno mismo reflejado en ellos. El al darse cuenta de esto mismo suavizo su expresión y aun con las bombas en mano se acerco lentamente a mi.
— Umi, no es lo que-, esto no-, yo- —no tenía palabras para explicarse y yo tampoco.
Comencé a temblar, sentía como mi corazón latía tan fuerte que creía que se saldría de mi pecho, nunca había experimentado tanto miedo antes.
— Umi.
Intento acercarse mas, pero al hacerlo, me cubrí a mi misma por reflejo. El paro en seco. Las lagrimas incluso comenzaron a desbordarse por mis ojos sin que yo tuviera control de ello. Le mire nuevamente, a pesar de que en su rostro ya no se veía esa furia sino mas bien arrepentimiento, seguía sintiendo miedo pues casi me ataca con una de las explosiones y las bombas sequian en sus manos.
Tome fuerzas de donde pude y salí corriendo tan lejos como pude, temía por mi vida y solo escuche como aquel chico gritaba el nombre que el mismo me había impuesto.
Corrí sin mirar atrás, mi corazón seguía latiendo con tanta fuerza, sentí un inmenso mareo que me hizo caer al suelo de rodillas, intente levantarme de nuevo pero solo pude caer mas contra el arena, debido a las lagrimas mi vista se nublo, el miedo me invadía y el reflejo de luchar por mi vida se activo y trate de arrastrarme para seguir avanzando pero fue imposible.
— ¡Umi!
Volví a escuchar el que se supone era mi nombre pero ya no pude moverme mas. Vi negro y de pronto, ya no supe nada más...
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Sentí escuchar muchas voces, gritos, creí ver llamas y dos siluetas que se alejaban a la distancia. ¿Qué es eso?, ¿De donde vienen esas voces?, ¿Quiénes son esas siluetas?. El olor a quemado me pica la nariz y el calor de las llamas me hacen sentir tanta impotencia.
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Abrí los ojos poco a poco, no estaba segura de donde me encontraba o lo que había sucedido, vi muchos colores, me sentí mareada.
— ¿Dónde estoy? —hable apenas en un susurro.
— ¡Umi!, ¡despertaste!.
Conocía esa voz. Poco a poco mi vista fue recuperando su enfoque y cuando pude ver a quien tenía frente a mi, el miedo volvió a invadirme por lo que inmediatamente trate de salir de ahí, pero al levantarme tan estrepitosamente un mareo enorme hizo que callera al suelo sin aviso.
— No hagas eso tonta —me reprocho el rubio.
No estaba dispuesta a verlo, mucho menos a acercarme a el. Intente desesperadamente levantarme para poder huir pero realmente era difícil, mi cabeza dolía y no podía olvidar aquella escena, ese rubio era un psicópata, necesitaba escapar de ahí si quería sobrevivir.
— Tranquilízate Umi.
Aquel rubio intento levantarme, no obstante me rehusé tratando de zafarme se su agarre.
— ¡Suéltame! —le grite asustada.
— No Umi, te vas a lastimar.
— Tu me vas a lastimar si me quedo aquí —dije casi entre llanto.
— Umi por favor cálmate.
Empezaba a desesperarme y el pánico volvía a mi. No supe ni como, pero termine pateándolo en la cara lo que ocasiono que le sangrara la nariz y a su vez que me soltara. Una vez libre salí de la carpa y al correr termine por chocar con alguien. Alce la mirada, era aquel chico de cabello morado.
— ¿Estas bien? —me pregunto con gentileza.
Las lagrimas volvieron a desbordarse, le mire directamente y le dije:
— Ayúdame —le suplique.
A todo eso, volvió el rubio con la sangre desbordándose por su nariz.
— Umi, por favor escúchame.
Sentí un escalofrió que recorrió toda mi espalda al escuchar su voz.
— ¡Ayúdame por favor!, no quiero morir —le suplique entre llantos.
Aquel chico me abrazo fuertemente a manera de consuelo, volví a temblar y sollozar.
— Creo que es mejor que la dejes un rato —le dijo al rubio.
— ¡No te metas en esto Keita!.
Tras el escandalo que se estaba armando, llegaron los demás circenses a intentar calmar la situación.
Me aferre tanto como pude a aquel que me abrazaba, tenía miedo, no quería voltear, solo escuchaba como Popee le gritaba y amenazaba a los demás, no era la persona que yo creía.
— ¡Umi!.
No dejaba de gritar mi nombre, pero yo no estaba dispuesta a acercarme a el de nuevo.
— ¡Aléjate no quiero verte!, no quiero que me hagas daño —le dije entre llanto.
Después de decir eso, el chico dejo de llamarme, termino el alboroto y sin decir nada se retiro, su hermana fue detrás de el.
Aquel otro chico no dejo de abrazarme tratando de darme consuelo. Le pidió a los demás que me dejaran un rato con el, así mismo, me llevo hasta su dormitorio en donde dejo que me desahogara y soltara todo el llanto que tenía para poder calmarme. Una vez libere todo ese miedo, me tranquilice, por lo que, comenzamos a conversar.
— ¿Te sientes mejor? —me pregunto con delicadeza.
Simplemente me limite a asentir con la cabeza.
— Gracias por ayudarme hace un rato.
— No fue nada, se que apenas nos conocemos pero te garantizo que puedes confiar en mi.
Sonreí, a decir verdad, aun a pesar de su apariencia un poco ruda y su voz grave, su manera de hablar tan cuidadosa al igual que su manera de actuar tan suavemente cálida, me hacían sentir tanta tranquilidad que aquel otro chico no era capaz de lograr. Me sentí verdaderamente cómoda a su lado.
No tarde en relajar tanto mi cuerpo como mi mente. La conversación continuo, sin intenciones de detenerse, aquel peli morado me ofreció un poco de té el cual no dude en aceptar. Mas sin en cambio, al mirarme tan tranquila comento:
— Con respecto a Popee.. —mi mirada cambio al instante, no reflejaba miedo pero si incomodidad— Se lo que debes pensar de el, a veces puede ser un poco berrinchudo pero no es una mala persona, al menos no tiene malas intenciones contigo.
— Yo.. —agache la cabeza— No puedo confiar en una persona que es capaz de intentar lastimar de esa manera a los demás, tengo miedo —me sincere— tengo miedo de que quiera dañarme también, no se quien soy ni a donde voy pero se que quiero vivir.
— El no te matara-
— ¡No estas seguro de ello! —alce la voz, mas a los segundos me di cuenta de lo que había hecho, me cubrí la boca y procedí a disculparme— lo lamento, no quise gritarte
— Descuida —acaricio mi cabeza despeinándome en el proceso— te apoyare hasta que te sientas mejor.
Me sonrió, no pude evitar sonrojarme por tanta amabilidad la cual no recordaba haber experimentado antes, pero me gustaba aquella sensación de calidez.
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Fragmentos Perdidos ||PopeexT/N||
FanfictionTras sufrir un accidente traumático, despiertas con amnesia en un circo el cual te aloja y ayuda en tu lucha por reconstruir tu vida, descubres que has perdido todos tus recuerdos tanto de tu familia como de tu vida en general. Atrapada en un mundo...