Rara vez me dejaban sin supervisión, me sentía prisionera, querían "protegerme", pero no entendía de que y eso me fastidiaba. Me levante de la mesa, quería salir a tomar un poco de agua, pues las paredes de la habitación de Paola me parecían claustrofóbicas, me hacían marearme y con una inmensa sensación de nauseas.
— ¿A donde vas? —Preguntó de inmediato.
— Solo quiero agua —Respondí con frustración— No me dejan hacer nada, me tienen prisionera, estoy cansada de eso —Me queje con molestia.
— Sabes muy bien por que lo hacemos —Respondió de manera mas calmada.
— Pero soy una carga para ustedes... —Le hice saber mi manera de ver la situación.
— Umi.. —Se acerco para colocar su mano sobre mi hombro— No lo eres, nunca hemos pensado que eres una carga.
— Pero se que sienten lastima por mi situación, no quiero eso..
Paola me abrazo con empatía dejando que me desahogara si lo necesitaba, aun así decidí que no le mostraría mis lagrimas, no más.
— No supimos cuidar de Popee, tampoco de ti, todos en el circo nos arrepentimos de no tomar sus sentimientos en cuenta, cometimos errores, pero realmente los apreciamos demasiado, espero que puedan perdonarnos algún día —Decía con sinceridad.
Era palpable su arrepentimiento, me hablaba con honestidad. Me hizo sentir peor saber que les causaba problemas, pero no podía seguir escondiendo que sus palabras de alguna manera me reconfortaban.
Mas tarde, Paola tuvo que marcharse y me quede a cargo de Kedamono, a quien acompañe a organizar su habitación la cual estaba hecha un desastre.
— Lamento pedirte que me ayudes —Se disculpo avergonzado.
— Descuida, no es como que tengas otra opción, no pueden dejarme sola —Exprese en tono de broma aunque realmente lo decía en serio.
Kedamono tan solo atino a reír incómodamente.
Mientras limpiamos y ordenamos encontré un libro tirado, escondido debajo de mas escombros en un roncón del cuarto. Lo levante con cuidado de no dañarlo, lo revise por fuera, no tenía una portada ni un titulo, así que decidí revisar el interior. Abrí mis ojos en grande al ver lo que encontré. Se trataba de un álbum de fotos, en las cuales aparecía Kedamono con sus amigos y su familia.
— ¡Ah, lo encontraste! —Exclamo con entusiasmo acercándose a mi para mirar también— Vaya, creí que lo había perdido.
De alguna manera me concentré en dos cosas que llamaron mi atención, la familia de Kedamono y Popee. Aquel rubio mas joven, sonriendo, jugando con sus amigos, se veía tan adorable, se miraba feliz y enérgico, tenía toda la apariencia de un niño travieso.
— Tus sentimientos por él no han cambiado, ¿verdad? —Me pregunto señalando la sonrisa en mi rostro que ni siquiera yo fui capaz de percatarme.
— Eso.., no lo se —Confesé con sinceridad— No he querido reflexionar al respecto.
— Pero esa sonrisa no miente. Rara vez sonríes y cuando lo haces siempre tiene que ver con Popee —Me hizo saber lo evidente, a pesar de no estar consiente de eso.
— De todas maneras no tiene sentido hablar de ello, apenas nos conocemos hace dos meses y medio —Cambie la pagina del álbum, en un intento por dejar la conversación ahí.
— Pero a pesar del poco tiempo que tienen conociéndose, se nota en ambos que tienen una conexión mas profunda de lo que creen.
Fruncí el ceño a la par que mordía mi labio inferior. ¿Cómo podía sentir amor por alguien que apenas conozco?, eso nunca resulta bien. He ignorado mis sentimientos hacía Popee durante todo este tiempo y cuando intente confesarlos fui ignorada, no quisiera tener una conexión mas profunda con alguien que no volveré a ver. Mis planes de suicidarme no habían cambiado, sabía que él podría olvidarme mas fácilmente si mantengo distancia entre nosotros.
No quería seguir reflexionando sobre ello y me concentre en la siguiente foto que encontré, la cual se trato de Kedamono junto a sus padres. Decidí que tomaría eso como pretexto para cambiar el tema.
— ¿Qué paso con tus padres? —Me atreví a preguntar. Aunque realmente me causaba intriga saber porque estaba aquí, lejos de su familia.
— Mi padre murió en un accidente hace años, mi madre esta en prisión —Respondió restándole importancia.
Me tomo por sorpresa su enorme sinceridad ante una situación que sonaba delicada. No estaba segura de continuar con el tema.
— Ya entiendo..
— También soy hijo único y no tengo aquí a mis padres, así que de alguna manera puedo entender como te sientes, tu situación es muy difícil y dolorosa —Agache la cabeza— pero, mientras puedas encontrar consuelo, apoyándote en nosotros, podrás salir adelante.
— No lo se..
Decidí cerrar el álbum y entregárselo a Kedamono, dejando ahí la conversación. Continúe ayudándole a arreglar su habitación. Cuando terminamos, Kedamono me dejo encargada con Marifa para luego retirarse a continuar con sus pendientes.
Cuando estuve a solas con Marifa, me pidió que le ayudara con sus ensayos de ballet, aunque al inicio mi única labor era observar y prestar atención a los detalles o en este caso "errores" que podría cometer. Después de practicar su rutina, me invito a bailar con ella, enseñándome los movimientos básicos.
— Tenía tanto tiempo que no bailamos juntas —Dijo sintiéndose nostálgica.
— Había olvidado que alguna vez lo habíamos hecho —Confesé.
No quería admitir que realmente me la estaba pasando bien.
Marifa decidió tomar un descanso, me llevo con ella hasta la cocina y preparo té para ambas, acompaño con unas galletas que tenía escondidas. Nos sentamos en la mesa a conversar.
— Sabes, nunca te pregunte la razón por la que intentaste.., bueno, ya sabes —Pregunto con mucho cuidado.
No estaba segura de responder, pero al mirar de frente a Marifa, me daba cuenta de la tristeza en su mirada, estaba intentando comprender, su preocupación era verdadera. Suspire y respondí.
— Solo quiero estar de nuevo con mis padres, no quiero sentirme sola, como ahora..
— Pero no estas sola, Umi —Me tomo de la mano a manera de consuelo— Nosotros no te dejaremos sola, cometimos errores al no tomar sus problemas en serio, pero te prometo que no volverá a suceder.
— No es necesario que hagan eso, de verdad —Intente separar mi mano de la suya, sin embargo ella fortaleció su agarre para no dejarme escapar.
— Si lo es, es muy necesario, también es necesario que sepas que aunque no seamos muy cercanas, puedes contar conmigo como una amiga —Le mire a los ojos, se miraban cristalinos, era completamente honesta demostrando sus sentimientos— Te interesaste por mi hermano mas que nosotros, nunca me perdonare por eso, pero de no ser por ti, no se que hubiera sucedido con él, así que estoy infinitamente agradecida contigo —De sus mejillas resbalaron un par de lagrimas.
— No, yo no hice nada —Me apresure a negar.
A pesar de lo que dicen, realmente se que no hice nada por Popee, no pude, solo fui un estorbo para él también, por eso mismo no puedo entender aquellos comentarios que dicen lo contrario.
— Quizá no te des cuenta, pero hiciste mas de lo que crees —Sonrió agradecida.
No supe como responder y nuevamente cambie el tema de la conversación, evadiendo todo ello, como he estado haciendo este tiempo.
A la mesa se nos unió su padre, quien también se quedo a conversar con nosotras tan solo un momento, comentando lo emocionado que se sentía de poder sanar la mala relación que había tenido con su hijo, a pesar de ir a pasos pequeños. Sonreí al escucharlo.
— Reaccione tarde, pero ahora me esforzare por ser un mejor padre —Expreso aquel hombre.
Al caer la noche, recopile lo que había conversado con los demás, dándome cuenta de la manera en que cada uno manejaba toda esta situación, sin embargo todos tenían en común el querer esforzarse por darnos lo mejor de si tanto a Popee como a mi. Realmente se habían encariñado conmigo, sin embargo eso no debía suceder..
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Fragmentos Perdidos ||PopeexT/N||
FanfictionTras sufrir un accidente traumático, despiertas con amnesia en un circo el cual te aloja y ayuda en tu lucha por reconstruir tu vida, descubres que has perdido todos tus recuerdos tanto de tu familia como de tu vida en general. Atrapada en un mundo...