Capítulo 5: Complicaciones

253 47 15
                                    

En esta ocasión pase la noche con el chico de cabellera morada, me dejo dormir en su cama mientras que el se dormía en una colchoneta en el suelo. A los pocos segundo que se acostó quedo profundamente dormido, inclusive comenzó a roncar. Mirándolo desde la cama me pareció tan gracioso y adorable.

Paso la noche con "calma", pues a decir verdad no tenía garantía de mi propia seguridad, pues resulta que había sido rescatada por un psicópata genocida en potencia, por lo que realmente, mientras estuviera viviendo en aquel circo, nunca estaría completamente segura.

La mañana llego, no me separe en ningún momento de Kedamono, esto por precaución, pero tampoco tenía la certeza que no nos atacara. Para mi buena suerte, el rubio no se presento al desayuno con los demás. No hubo problema alguno mas allá de las  miradas maliciosas que el  dulce diablo me dedicaba.

— No entiendo porque me mira así —me queje con el peli morado en privado— no puede culparme por temerle a su hermano, el esta loco.

— Pero no es una mala persona, solo esta atravesando por la adolescencia, es complicado para el —trato de defenderlo.

— Sea como sea no tiene derecho de tratar a los demás de esa forma, ¿qué no tiene consecuencias por sus acciones?.

El chico simplemente guardo silencio, sin saber como responder.

Pasé el resto del día pegada a el, conociéndolo mejor, preguntándole por sus ambiciones, su pasado, que le había llevado a tomar la decisión de integrarse al circo, incluyendo una pregunta sobre su aspecto.

— ¿Por qué siempre cubres tu cara? —le pregunte con enorme curiosidad-

— No me gusta mi aspecto —respondió con sinceridad.

A pesar de sus palabras, no me creí que no tuviera una apariencia poco atractiva, así que cuidadosamente me acerque a el mientras conversábamos de cualquier otra cosa, mientras estaba distraído me atreví a levantar su fleco con mi mano y por unos instantes pude apreciar su rostro antes de que el se alejara. Tenía unos ojos rojos como un rubí sumamente hermosos, acompañado de un sonrojo que de inmediato se apodero de el lo que le hicieron lucir aun mas atractivo.

— Tus ojos son hermosos —le dije con honestidad.

— No vuelvas a hacer eso por favor —suplico manteniendo el control.

— No veo necesidad de ocultar tu apariencia, no tiene nada de malo —argumenté.

— Pero no me gusta y prefiero mantenerla escondida si no te molesta —comenzó a irritarse.

— Creo que si te mostraras como eres realmente podrías ganar mucha mas popularidad.

— Eso no es lo que quiero, solo quiero ocultar mi rostro y no esta a discusión.

— Pero-.

Fui interrumpida.

— ¡Fue suficiente!, ¡no tenias el derecho de hacer eso!, no hagas como si me hicieras un favor al querer revelar mi rostro, si lo oculto es por algo, no te entrometas en lo que no te corresponde —pronuncio a la defensiva alzando la voz.

Me sentí culpable, por haber realizado aquella acción sin su consentimiento, a pesar de que intentaba ayudarme, no colabore al respetar su privacidad, sentí vergüenza y remordimiento, me disculpe para posteriormente retirarme de la carpa.

En esta ocasión sentí que verdaderamente no era mas que un estorbo y una molestia para estas personas que amablemente me abrieron las puertas de su hogar de buena voluntad sin esperar nada a cambio.

Mire hacía mi costado, justo iba saliendo el rubio de su habitación, no pude evitar sentir temor al cruzar nuestras miradas, me quede paralizada unos instantes, el simplemente me miro sin expresión alguna y se marcho sin siquiera decir una sola palabra. No podía explicarlo pero a pesar de lo sucedido, sentía una conexión especial con él, pero también había un temor que me consumía y me impedía acercarme.

Me tocó refugiarme esta vez en la carpa de Paola quien por supuesto me recibió con los brazos abiertos. En cierto momento dado quisimos tomar un té, por lo que nos dirigimos hasta la cocina en donde teníamos planeado preparar tanto el té como un postre. Sin embargo al entrar me encontré nuevamente con el rubio e inmediatamente me escondí detrás de Paola por inercia.

  — Si venían por té ya esta preparado y hay un pastel de fresas en la nevera —menciono mientras caminaba a la salida. Al pasar por mi costado, di un pequeño brinco del susto al haberse detenido justo ahí, mas sin en cambio no me miro, agacho la cabeza y menciono— les  llevaré el botiquín a su carpa para que puedas seguir tratando tus heridas o se infectaran.

— Eso esta muy bien, muchas gracias Popee, por favor déjalo en mi mesa —le menciono aquella mujer mientras este se retiraba.

Aquel rubio había adoptado una actitud completamente diferente, pero a pesar de mi curiosidad y un pequeño deseo por conocerlo, no podía evitar sentir un temor paralizante. ¿Y si llegaba a lastimarme?, ¿Y si me atacaba?. Estas preguntas me atormentaban constantemente, llenándome de inseguridades y dudas.

A medida que pasaban los días, Me encontraba atrapada en una lucha interna. Por un lado, deseaba hablar con Popee por alguna razón desconocida, quizás para descubrir como es que realmente existía una conexión entre nosotros, conexión la cual se trataba de aquel hallazgo que hizo al encontrarme pues solo el tenía la respuesta a esa interrogante. 

Pero por otro lado, el temor a enfrentar el hecho que podría atacarme y la posible humillación era abrumador. Tanto Paola como Papi intentaban animarme y me decían que el no era una amenaza para mi al igual que justificaban que no era mala persona y que solo estaba atravesando por un momento complicado en su vida, que no tenía nada que perder al acercarme a él. Sin embargo, las palabras de ánimo no eran suficientes para superar el miedo arraigado en mi

Tampoco podía negar que aquel chico de cierta manera siempre estaba al pendiente de mi, ya que era amable a su manera con pequeños detalles como haber preparado el pastel y dejar hecho el té, así mismo con el botiquín. Igualmente me daba cuenta que a mis espaldas, seguía al pendiente mirándome a la lejanía, 

El tiempo seguía su curso, y me daba cuenta de que si no superaba mi temor, posiblemente terminaría arrepintiéndome de no haber intentado saber mi verdad, quizás el tenía mas respuestas sobre mi que pasado u origen que yo desconocía, pero el miedo me paralizaba.

Fragmentos Perdidos ||PopeexT/N||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora