Capítulo 10: Visita a la ciudad

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En cierto modo me sentía emocionada pero a su vez asustada, era la primera vez que salía del circo y de pronto me encontré rodeada de gente

— ¿Emocionada? —me preguntó Popee.

— ¿Todavía preguntas?, se le nota en la cara —le respondió su hermana con una risa divertida. 

No me había dado cuenta que mi rostro reflejaba una mezcla de emoción y nerviosismo. Esta sería la primera vez que visitaría la ciudad, un mundo desconocido mas allá del solitario circo que se extendía ante mi con inmensidad abrumadora. 

Entonces llegamos a nuestro destino, todos bajamos del auto y entonces cada quien tomo su camino, me quede sola con ambos hermanos. El bullicio de la ciudad, con sus interminables ruidos y personas que iban y venían, me hacía sentirme pequeña y algo abrumada, pero estaba decidida a aprovechar al máximo esta experiencia.

Nos adentramos a diversas tiendas en donde la chica me ayudo a decidir o mas bien, ella termino eligiendo las prendas que me probaría y mas tarde me llevaría ya que realmente no tenía opinión al respecto por lo que tampoco me molestó. 

Las calles congestionadas, las tiendas elegantes y los restaurantes llenos de gente eran un mundo nuevo para mi, un lugar completamente desconocido. Y entonces:

— ¡Una nueva tienda de ballet! —Marifa alzó la voz emocionada— continúen sin mi, tardare un poco.

Y sin mas se adentro al sitio sin esperar respuesta alguna, su mirada embelesada no tenía precio, parecía incluso hipnotizada. Popee y yo nos miramos unos segundos y comenzamos a reír al respecto.

— Es tan linda —dijo el chico refiriéndose a su hermana.

— La quieres mucho, verdad.

— No tienes idea —respondió con una sonrisa.

Sentía tanta envidia. Yo también quería tener un lazo familiar, aunque posiblemente lo tenía pero lo había olvidado y no sabía como recuperarlo. Mis pensamientos fueron ferozmente interrumpidos al sentir como me sujetaban de la muñeca jalándome y obligándome a seguir el paso de mi acompañante quien comenzó a caminar sin motivo aparente.

— ¿Qué pasa? —le cuestione.

— Vaya, por fin reaccionas, no me hacías caso hace un rato —dijo con molestia.

— Lo lamento —me disculpe apenada.

A pesar de tener la curiosidad no me atreví a preguntar a donde íbamos, simplemente me deje guiar. Únicamente cruzamos la calle para encontrarnos con Papi y Paola quienes nos estaban esperando.

— ¿Dónde esta Marifa? —fue lo primero que pregunto su padre.

— Se quedo en una tienda de ballet —respondió él chico.

— Bueno, espero no la hayan dejado ahí a propósito —bromeo aquel hombre, mas sin embargo su hijo no se lo tomo muy bien aquel comentario y le dirigió una mirada fulminante.

Tanto yo como Paola sentimos la tensión así como la incomodidad en el ambiente así que simplemente, me tomo de la mano y comenzamos a caminar con aquellos hombres siguiéndonos detrás.

— Tenemos que comentarte que ya no podemos ignorar el elefante en la habitación —expreso aquella mujer y mi gesto de confusión lo dijo todo, así que continuo— no podemos simplemente esperar a que milagrosamente recuperes tus recuerdos, esperamos un tiempo pero como aun no hay respuesta tuya, tenemos que hacer algo mas.

Lo primero que sucedió fue que me llevaron a la policía en donde buscaríamos ayuda. En el mostrador de la comisaría, un oficial de policía de mediana edad, el oficial nos atendió con un semblante serio, cosa que no me generaba mucha confianza. Tomó notas en su cuaderno mientras escuchaba atentamente mi historia, desde como llegue gracias al testimonio del rubio y todo lo relevantemente acontecido hasta el momento.

Fragmentos Perdidos ||PopeexT/N||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora