Al iniciar con las terapias se me advirtió que sería un proceso que requería paciencia y empeño, estaba llena de esperanza y determinación, creyendo que finalmente encontraría respuestas a todas mis interrogantes sobre mi pasado. Sin embargo, con el tiempo, al no obtener resultados tangibles, mi confianza comenzó a debilitarse.
Me esforzaba diligentemente, tratando de recordar cada mínimo detalle, pero cada intento parecía ser en vano. Las conversaciones sobre mi pasado no desbloqueaban los recuerdos perdidos y las imágenes borrosas persistían en mi mente.
A medida que las semanas pasaban, mi frustración se intensificaba. La sensación de impotencia me invadía, y las lágrimas asomaban en mis ojos al darme cuenta de que, a pesar de mis esfuerzos, la amnesia persistía. Las palabras de aliento de mi terapeuta ya no tenían el mismo efecto tranquilizador, y las promesas de mejoría se volvían cada vez más difíciles de creer.
Día con día me sentía cada vez más desanimada a medida que avanzaban las sesiones sin mejoría, mi animo decaía estrepitosamente. La monotonía en las sesiones y los mismos fragmentos borrosos en mi mente, solo me hacían sentir que perdía el tiempo.
— Hablare con tu medico sobre nuestro avance estas semanas —dijo mi terapeuta y no pude evitar notar la ironía en sus palabras— Esta será nuestra ultima sesión indefinidamente.
— "Que decepcionante" — pensé.
Salí de la habitación con una profunda sensación de pérdida e incertidumbre sobre mi identidad. Devastada por no haber logrado nada.
— ¿Cómo estuvo? —preguntó Popee quien me había estado acompañando a las terapias, esperando siempre fuera de la sala.
Mire a quien era mi único amigo, una persona importante para mi.
Recordé que Popee también tenía sus propios conflictos contra los que debía luchar, así como recordé el hecho de ser una carga tanto para él como para aquellos integrantes del circo en ruinas que me rescataron y acogieron cálidamente en su roto hogar.
Forcé a mis labios a arquearse en una sonrisa, a mi mirada suavizarse y a mis sentimientos esconderse. Con todo el pesar de mi corazón dije:
— Esta fue la ultima sesión.
De inmediato la mirada de mi acompañante se entristeció ligeramente.
— ¿Tan mal estuvo? —preguntó con pena.
Me aguanté las lagrimas. Mi garganta se cerró impidiéndome el habla, por lo que me limite a negar con la cabeza mientras lograba tranquilizarme.
— La terapía no fue la solución, pero estoy segura que el doctor podrá encontrar otras maneras de ayudarme —dije a pausas disimulando mi dolor, tratando de imitar un asentó esperanzador en mi hablar.
Escondí mis manos tras mi espalda apretando los puños con fuerza para mantenerme firme frente a Popee y que de ese modo no me viera desmoronarme. No quería ser una carga para él, no mas de lo que ya lo era.
Fuera del edificio nos encontramos con Papi, quien financiaba mi recuperación. De igual manera le comenté lo sucedido con la terapía, del mismo modo que se lo conté a su hijo. Se desanimo es claro. Dijo que confiaba en que mi doctor entontara otra manera de ayudarme.
Por otra parte, con la policía no era diferente, sucedía lo mismo que con la terapía, no había avance en mi caso.
— Realmente parece que apareció de la nada —expresó el oficial enfrente mío. Sentí una punzada en mi pecho, como si me hubieran enterrado un cuchillo de gran filo.
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Fragmentos Perdidos ||PopeexT/N||
FanfictionTras sufrir un accidente traumático, despiertas con amnesia en un circo el cual te aloja y ayuda en tu lucha por reconstruir tu vida, descubres que has perdido todos tus recuerdos tanto de tu familia como de tu vida en general. Atrapada en un mundo...