Capítulo 22: Mas allá de una simple amistad

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Desperté sudando frio y con la respiración agitada. La misma pesadilla que había estado atormentándome y como si fuera coincidencia, a mi lado, Popee estaba en la misma situación.

— No lo soy.. —Hablaba entrecortado. La misma pesadilla también— El circo.. 

Esa frase era nueva. Me acosté acercándome al chico para darle consuelo y tranquilizarlo, sin embargo, me detuve unos momentos para pensarlo con mas detenimiento, recordándome que él habla dormido, lo que significaba que quizás podría descubrir de que se trata su pesadilla y de ese modo ayudarlo a confrontarla para eliminarla y que pudiera dormir mejor.

— El circo.., ¡el circo! —grito despertando y levantándose bruscamente.

Fingí despertarme también, asustada.

— ¿Qué pasa? —Fingí alterarme. Popee intento calmarse antes de mirarme— ¿Te encuentras bien? —Le ofrecí un abrazo si lo necesitaba.

Al mirarme, de inmediato se abalanzo sobre mi en un abrazo, tirándonos a ambos de vuelta a la cama, escondía su cara de mi.

— Perdón Umi, te desperté. 

— Me asustaste más que mis propias pesadillas —Intenté bromear.

Popee se quedo en la misma posición, acostado encima de mi, sin moverse ni mirarme.

— Hace unos meses, el circo fue clausurado —Pronuncio apenas, le costó demasiado decirlo.

— ¿Soñabas con eso? —Le pregunté con calma.

— Si..

— Lo extrañas, ¿no es así? — No obtuve respuesta, pero era mas que obvia, así que cambie el tema de la conversación— No se tu, pero yo ya no quiero seguir durmiendo.

— Yo tampoco —Expreso en un suspiro.

— En ese caso... —Me puse a pensar en lo que podíamos hacer para pasar la noche— ¿Qué te parecería hacer un picnic bajo la luna?, podríamos ver el amanecer.

Escuche a Popee soltar una pequeña risa, se levanto y finalmente me miro.

— Eso suena bien.

Sonreí y de inmediato nos levantamos para correr hasta la cocina con nuestras pijamas, listos para preparar los bocadillos de media noche.

Corrimos de vuelta hasta encontrar el mejor lugar que tuviera la mejor vista en el circo o sus alrededores y entonces extendimos una manta sobre el suelo suave y cubierto de arena, colocando en medio de los dos el cesto de picnic lleno de delicias culinarias lleno de galletas, postres, sándwiches y un termo con té caliente. Comíamos mientras conversamos y nos reíamos bajo la luz plateada de la luna. 

El tiempo parecía desvanecerse mientras disfrutábamos de la compañía del otro, envueltos en la serenidad de la noche. Mire al cielo observando lo despejado que estaba,

— Son vistas que no tienen las ciudades —Expresó Popee.

— Debes ser la envidia entre tus amigos por eso. 

Le dedique una sonrisa, pero me di cuenta de como su mirada se perdía en la inmensidad del cielo y su entrecejo revelaba sus verdaderas emociones. No sabía mucho pero entendía que su relación con sus amigos no era la mejor.

Ya no podía retractarme de lo que había dicho y solamente atine a acercarme mas a Popee, acomodándome a su lado mientras le ofrecía mas bocadillos. A su vez, Popee comenzó a enseñarme las constelaciones, como identificarlas y cuales eran sus nombres. El tiempo parecía detenerse bajo el manto de estrellas, y por un momento, todo lo que importaba era la compañía del otro.

Fragmentos Perdidos ||PopeexT/N||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora