El sonido del frasco de pastillas resonaba en el aire, rompiendo el silencio opresivo que llenaba la habitación. Con manos temblorosas, saque una pastilla de su envase y la sostuve frente a mi, sintiendo la tentación de rendirme a la promesa de alivio que ofrecía.
Cada día era una batalla cuesta arriba, luchando contra la oscuridad que amenazaba con consumirme por completo, y aunque estaba recibiendo ayuda profesional, la depresión parecía aferrarse a mi con una fuerza implacable.
Con un suspiro de resignación, pensando que no tenía nada que perder, tomé una pastilla observando detalladamente su hermoso color azul, tan claro como el cielo. La lleve a mi boca sin pensarlo demasiado, tragándola con un sorbo de agua. En ese momento, era todo lo que tenía para aferrarme a la esperanza de un alivio momentáneo, si no funcionaba, volvería a los cortes en mi piel.
Al cabo de unos quince minutos de haber tomado la pastilla comencé a sentirme agitada, sentí como mi corazón comenzaba a acelerarse, esto mismo me hizo levantarme de la cama y comenzar a caminar por todo mi cuarto. Pasados unos cinco minutos, sentí un alivio, pero también unas ganas enormes de salir.
Corrí por todos los alrededores del circo, me sentí tan activa y esto mismo me ayudo a aliviar mi malestar emocional, por un momento creí que mis problemas se habían desaparecido.
Con aquel subidón de energía me acerque a los demás para ayudarlos en sus labores sin importar cuales fuesen. De inmediato notaron el cambio en mi, sin embargo nadie sospechaba que era debido a unas pastillas.
Pero al cabo de unas horas, sentí como aquella energía se desvanecía, siendo reemplazada por un cansancio enorme.
— Umi —Escuche una voz conocida acercarse a mi, de nuevo Popee— veo que por fin saliste de tu cuarto —Intento comenzar una conversación.
Apenas podía prestarle atención, pues acompañado con el bajón de energía me vino un mareo acompañado de unas nauseas que de a poco aumentaban.
— Ahora no es buen momento —Dije intentando alejarme.
— Espera, Umi —Me detuvo sujetando mi hombro— De verdad quiero hablar contigo —Me hizo saber su urgencia, era evidente en el tono de su voz.
No obstante, yo también tenía una urgencia por ir al baño para vomitar. Sin darle ni una sola explicación me marche sintiendo el vomito en mi garganta, ya no podía aguantar por mucho tiempo más. Me encerré en el baño y paso lo inevitable, vomité tanto hasta sentir el estomago vacío.
El sol apenas estaba escondiéndose, el efecto de esa pastilla no duro demasiado en mi cuerpo y al caer la noche no pude dormir, nuevamente sentí el vació en mi pecho.
Así pasaron un par de días mas, en los que me parecía que no era suficiente el tiempo que el efecto de las pastillas se quedaba en mi cuerpo, así que decidí aumentar la dosis, tomando dos pastillas a la vez. Al inicio parecía buena idea, pero al aumentar la dosis, las nauseas así como los vómitos también se intensificaron. Entonces, lo que antes me ayudaba a aliviar el dolor ahora me hacía pensar en ello todo el tiempo.
El efecto de las pastillas en mi me hacía sentir demasiado activa, con unas ganas incontrolables de correr, no me permitían permanecer ni un solo minuto sentada, sentía a mi corazón latir a mil por hora, era tanto que sentía que en cualquier momento podría salir de mi pecho o podría terminar vomitándolo por mas ridículo que sonara.
No obstante, permanecía en mí la presión de recordar algo mas de mi pasado, específicamente el rostro de mis padres y mi nombre.
En un momento en el que ya no podía seguir mas de esta manera tan activa, pero que tampoco podía descansar, me recargue sobre una pared, aun sintiéndome excesivamente enérgica. Me coloque de frente con la pared, comenzando a golpearme contra ella repetidas veces.
ESTÁS LEYENDO
Fragmentos Perdidos ||PopeexT/N||
FanfictionTras sufrir un accidente traumático, despiertas con amnesia en un circo el cual te aloja y ayuda en tu lucha por reconstruir tu vida, descubres que has perdido todos tus recuerdos tanto de tu familia como de tu vida en general. Atrapada en un mundo...