Capítulo 30: Reunión familiar

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Después de haber recibido la atención necesaria, Popee permanecería en el hospital hasta que se recuperara. Ya no pudo ser ocultado mas, todo el circo se entero que Popee se drogaba. Fue un completo shock para todos.

Cuando nos permitieron ver a Popee, su familia de inmediato de apresuraron, no supe de que hablaron pero estaba segura que habían tenido una conversación mas intima, algo que les hacía falta hace tanto tiempo atrás.

Mientras esperaba afuera, Paola se me acerco intentando darme consuelo.

— Hoy es el día, ¿estas emocionada? —Me preguntó con voz suave.

— Lo estoy —Forcé una sonrisa.

Estaba llena de sentimientos encontrados en ese instante, por un lado, la emoción de reencontrarme con mis padres, pero por otro lado, estaba mi preocupación por aquel chico que tanto apreciaba. Después de que su familia salió, fue mi turno de entrar a verlo.

— ¿Cómo te sientes? —Apenas me vio, aparto la mirada, ignorándome por completo, aun así me acerque a él— No tienes idea de cuanto me preocupaste —Al estar cerca, me atreví a tomarle de la mano pero de inmediato la aparto— No puedes ignorarme por siempre —Alce la voz ligeramente alterada, sintiéndome triste por su reacción.

— No quiero verte —Fue lo único que dijo, pero no se atrevió a mirarme.

Sentí un vació en mi pecho. Sus palabras cortantes resonaban en el aire, llenando la habitación con una tensión palpable.

— No quiero que nuestra amistad termine así —Alcé la voz— No quiero alejarme de ti.

— Aun así lo harás —Me interrumpió— Hoy te reunirás con tus padres, ¿no es cierto?.

Cerré los ojos con pesar, sintiendo el dolor resonando en lo más profundo de mi ser.

— Se suponía que debías estar feliz por mi.

— No te confundas, te entrometiste en mi vida, ahora estoy feliz que te vayas.

Las palabras de Popee me golpearon como un puñetazo en el corazón y por un momento tuve la sensación como si mi corazón se rompiera. Me di la vuelta completamente resignada.

— Ya debo irme —Me despedí sin muchos ánimos.

— Que bueno —Respondió con desinterés.

Las lágrimas comenzaron a acumularse en mis ojos mientras luchaba por contener el torrente de emociones que amenazaba con desbordarse. Mordí mi labio inferior y aprete los puños aguantando el llanto y salí de la habitación.. 

Al salir me encontré con Kedamono quien me pregunto sobre mi conversación con su amigo. Tan solo atine a agachar la cabeza. Él peli-morado atino a abrazarme a manera de consuelo, deseándome suerte con mi familia.

Después de eso, me encerré en un cubículo en el baño en donde ya no pude aguantar mas y deje salir todo aquel pesar que sentía, desahogarme por un rato. Para cuando mis lagrimas se acabaron, respire profundamente, me eche un poco de agua en la cara, me mire al espejo y me dije a mi misma: "Todo mejorara en cuanto me reúna con mi familia". Con eso me basto para fingir una sonrisa y salir de nuevo.

Me despedí de los demás, todos me desearon suerte, y entonces Paola me llevo hasta la comisaria en donde nos asignaron un lugar para aquel tan esperado reencuentro que prometía ser conmovedor.

Di un par de vueltas en círculos, jugaba con mis manos y sentí a mi corazón acelerarse por la impaciencia de reunirme por fin con mis padres. Entonces la puerta finalmente se abrió, me paralice como estatua. Aquellas personas no tardaron en correr a abrazarme con desesperación mientras lloraban de alegría, correspondí al gesto.

— Estábamos tan preocupados por ti —Expreso aquel hombre.

— No sabes cuanto te buscamos, hasta por debajo de las piedras —Continuo la mujer entre llantos.

No me quede atrás, por un momento pude sentir un rayo de esperanza en mi interior.

— Estoy tan feliz de poder reencontrarnos finalmente —Expresé mi entusiasmo.

Sin embargo, luego de decir esas palabras, Aquel hombre se alejo brevemente para mirarme, yo le sonreí, pero la expresión que recibí fue una completamente diferente a lo esperado. Llamo a su esposa jalándola ligeramente de la blusa y así lo hizo, para mirarme también, de inmediato llevo sus manos a su boca.

No entendí porque me miraban con aquella expresión pero comencé a preocuparme por ello. Ambos intercambiaron miradas nerviosas mientras se alejaban de mí. 

— Lo lamentamos mucho, pero.. —Comenzó aquella mujer.

— No somos tus padres. —A completo aquel hombre

La confesión colgó en el aire como una nube oscura, envolviéndonos a los tres en un silencio sepulcral. Sentí como si mi mundo se estuviera desmoronando a mi alrededor mientras luchaba por procesar la verdad impactante que acababa de ser revelada.

— Ya veo —Me limité a decir en un susurro apenas audible mientras bajaba la mirada.

Ni siquiera podía pensar en nada, mi mente estaba completamente en blanco mientras trataba de procesar lo que acababa de suceder. Me sentí aturdida por la revelación, mi corazón se rompió en mil pedazos mientras me enfrentaba la realidad. Había tenido las esperanzas de tener una vida propia, una familia y un reencuentro memorable, solo para descubrir que mi verdadera familia seguía fuera, esperándome, me aferre a esa idea tan solo para no caer en el abismo.

— Lo sentimos mucho —Se disculparon con un gran pesar.

Los dos se levantaron y se dirigieron hacia la puerta, sufrían de la misma manera que yo. Sabían que tenían que ir en busca de su verdadera hija. 

Con la cabeza aun agachada, sentí un abrumador pesar, no tenía palabras, ni fuerzas para reaccionar. Poco después, Paola entro a aquella habitación donde me encontraba sola, poso su mano en mi hombro y trato de animarme, sin embargo en esos momentos, no podía escucharla, no era capaz de verla.

No estoy segura de como sucedió, pero cuando me di cuenta, iba camino al circo acompañada de ella y Kedamono. Alce la mirada y pude escucharla hablando por teléfono con quienes supuse eran los demás integrantes de lo que alguna vez fue un circo a quienes les contaba sobre mi situación. Por mi cabeza se cruzo que solo sentían lastima por mi, me sentí una carga para ellos de nuevo, me sentí como un estorbo y también pensé que ellos sentían la necesidad de deshacerse de mi.

— No te preocupes, no nos rendiremos, seguiremos buscando a tu familia —Expresó Paola esperanzada. 

Al llegar al circo, solo tenía una necesidad, encerrarme en mi habitación, pero antes de hacerlo, Kedamono, en un intento de reconfortarme me dijo:

— Te estaré informando cada avance que tenga Popee.

Forcé la sonrisa mas falsa que jamás tuve y le agradecí el gesto.

Una vez cruce la puerta, la cerré detrás de mí con llave. Sin previo aviso mis lagrimas comenzaron a desbordarse una tras otra sin parar, me costaba caminar tanto que apenas di un paso caí de rodillas contra el suelo completamente devastada.

— Lo he perdido todo..

las lágrimas corrían libremente por mis mejillas mientras me enfrentaba a la realidad abrumadora de haber perdido a mi amigo más cercano y sufrir la desilusión de no haberme reencontrado con mis padres. 

Mientras caía la noche, me sumergí en un mar de arrepentimiento y tristeza, sabiendo lo sola que estaba y lo devastada que me sentía, mis sueños y esperanzas así como mi amor me fueron ferozmente arrebatados en tan solo dos días, caí en cuenta que no tenía nada ni a nadie...

Fragmentos Perdidos ||PopeexT/N||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora