Capítulo 13: Equilibrio roto

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Ya había terminado de hacer la limpieza, y en esta ocasión no estaba Paola disponible. Se había marchado a la ciudad con Marifa y Papi, lo que significa que no tenía con quien pasar la tarde. Popee se encontraba ensayando con Kedamono, como hacían todos los días. Sabía de lo que podía llegar a ser capaz en sus practicas, pero no quería quedarme sola.

— Por favor déjenme practicar con ustedes —les pedí a ambos con mucho entusiasmo.

Ambos se miraron entre si confundidos, no se veían convencidos.

— No creo que sea una buena idea Umi —dijo Kedamono.

— Pero no tengo nada que hacer, por favor, no quiero estar sola —les suplique.

Ambos se miraron de vuelta. Kedamono no se veía muy convencido de mi participación, sin embargo.

— Puedes quedarte —me dijo Popee.

Kedamono se sorprendió, yo me alegre. No iba a estar sola y me iba a distraer junto a mis amigos.

Al final no iba a ser algo tan arriesgado pues me dijeron que estarían practicando su equilibrio en la cuerda floja. La cuerda, tensada entre ambos extremos, se balancea suavemente en el aire, calculaba que al menos cuatro metros sobre el suelo, desafiando a aquellos que buscan conquistarla.

Los tres, con risas, emoción y nerviosismo en nuestros rostros, nos turnábamos para caminar por la estrecha línea suspendida en el aire. Uno a uno realizábamos los intentos, logrando mantener el equilibrio durante unos momentos preciosos antes de caer, pues en mi caso no me atrevía a ir mas allá de simplemente intentar pararme sobre la cuerda y regresar rápidamente a la base. Kedamono era capaz de llegar hasta el otro extremo sin problemas y Popee se frustraba porque apenas llegaba a la mitad. Sin embargo, a medida que el día avanza, la confianza se mezcla con la fatiga y el deseo de superar límites se convierte en una competencia para él rubio.

Es entonces cuando Popee, animado por el deseo de impresionar a los demás, decide hacer un truco más complicado. Con un alarde de valentía, se lanza a la cuerda floja, intentando equilibrarse en un solo pie. Detrás de él me encontraba yo con mas confianza pues mientras Popee se mantenía al centro de la cuerda, de cierta manera le saba mas estabilidad al tensarla, por lo que me atreví a caminar detrás de él con mucha calma y paciencia. Kedamono nos observaba desde abajo.

El equilibrio se vuelve frágil en el estrecho filo y el viento, que antes parecía un cómplice, ahora se convierte en un desafío adicional del que Popee y yo luchábamos por mantenernos en pie, por supuesto él con mas destreza que yo, pero la cuerda oscila de manera impredecible. En un instante de tensión palpable, perdí el equilibrio y caí hacia un lado, fuera del alcance de Popee quien al escuchar mi grito llevo su mirada a mi con rapidez. 

Mi caída la sentí en cámara lenta, tanto al perder el equilibrio como el grito que se escapo de mi boca, la manera en la que Popee me miraba con preocupación y miedo. De alguna manera logró sobre la cuerda intentando agarrar mi mano sin éxito, me observo con horror en su mirada mientras caía y él se quedaba en esa cuerda.

Sin embargo no llegue a tocar el suelo ni de cerca, pues al final termine cayendo en los brazos de Kedamono quien impidió un final fatal.

— Te tengo —exclamo una vez me tuvo en sus brazos— ¿estas bien Umi? —se apresuro a preguntar con enorme preocupación.

Le mire aun con ese miedo reciente en mis ojos, mi corazón latiendo a mil por hora y de inmediato le abracé buscando consuelo.

— Sentí que moriría —mi voz aun temblaba producto de mi instinto de supervivencia.

Fragmentos Perdidos ||PopeexT/N||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora