Capítulo 27 En busca de la sanación

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Mi mente no dejaba de imaginarse el accidente del circo, con el fuego intenso consumiendo todo a su paso, esto mismo se mezclo con mis sueños en donde aquella pesadilla recurrente comenzaba a aclararse. Podía ver con un poco de mas claridad a la distancia una fuerte llama, podía escuchar los gritos y poco a poco me alejaba de todo aquello. Me hacía sentir demasiada tristeza, como si sufriera de una perdida enorme. 

Desperté con el rostro húmedo, había llorado mientras dormía. Me gire para buscar consuelo en Popee, pero solo me encontré con su lugar vacío; Me hizo sentir mas triste. Al levantarme y acomodar las sabanas, me encontré con mas pétalos rojos, un poco marchitos. Eran demasiadas coincidencias, tanto que me preguntaba de donde provenían. Pero lo importante para mi en ese momento era únicamente Popee, así que seguí ignorando aquel tema con los pétalos.

Ese mismo día me acerque a Marifa con la esperanza que pudiera ayudarme.

— Marifa, quiero pedirte un favor —Le pedí estando a solas.

— ¿Qué sucede? —Me pregunto con curiosidad.

— Quiero ayudar a Popee a sanar sus heridas emocionales, pero no puedo hacerlo sola.

— Haría lo que fuera por mi hermano —Se apresuro a decir— ¿Qué necesitas?.

Le explique mi plan, el cual consistía en hacer reflexionar a su padre sobre la manera en la que trataba a Popee, estaba segura que mejorar su relación era parte fundamental para hacerlo sanar.

— Estoy segura que si tu hablas con él, te hará mas caso —Le dije esperanzada.

Marifa sin dudar ni cuestionar acepto.

— Mi hermano necesita a su familia, ya le hemos fallado lo suficiente.. —Agacho la cabeza arrepentida— No te preocupes, yo me encargare de eso, pero no servirá de nada si Popee no acepta el cambio. 

— Lo se, de eso me encargare yo.

No estaba segura de como pero no perdería mas tiempo. Estaba dispuesta a abrir mi corazón y brindarle toda aquella atención y comprensión que tanto imploraba tener.

Al haber pasado ya tiempo desde su conflicto con Kedamono, dejo de perseguirlo, actuando como de costumbre. Esté día ni siquiera lo necesito para practicar sus trucos, sin embargo eso no significaba que no estuviese haciendo nada peligroso, pues hacía malabares con cuchillos.

Respire hondo y me acerque a él.

— ¿Me dejas ayudarte a practicar hoy? —Le pregunté esperando una respuesta positiva de su parte.

— Puedes lastimarte —Me respondió sin siquiera mirarme, concentrado en sus malabares.

— Bueno, tu también.

— Debo tomar riesgos si quiero ser el mejor —Expresó con determinación.

— Pero tu ya eres él mejor..

Ceso de hacer malabares, dejando que cayeran los cuchillos al suelo y me miro fijamente.

— No lo soy.

— Lo eres —Me acerqué a él— No cualquiera podría hacer malabares con cuchillos tan tranquilamente como lo haces tu —Aparto la mirada— Y estoy segura que también eres bueno en otras cosas, me dijiste que te gustaba la ciencia, tu podrías...

No me permitió terminar de hablar y se marcho sin decir nada. Decidí darle un poco de espacio, volviéndolo a buscar unas horas mas tarde; Lo encontré a la orilla del mar, mirando hacía el horizonte. Me tome la libertad de sentarme a su lado para acompañarlo.

Unos segundos mas tarde tuvo la confianza de recargar su cabeza en mi hombro. 

— ¿Estás bien? —Pregunte suavemente.

 Él suspiró antes de responder.

— No del todo —Admitió en voz baja.

Me tome la libertad de tomar su mano para reconfortarlo.

— Puedes hablar conmigo si lo necesitas —Le hice saber.

— Lo se.. —respondió sin mucho animo.

Lo tome del mentón eh hice que me mirara.

— No digo que sea fácil, pero se que tu podrás salir adelante.

Me daba cuenta del dolor que sentía, ahora mas que nunca entendía lo difícil que era para él.

Quizás me deje llevar de más en aquel momento, que no pude evitar acortar la distancia entre nosotros y llego un punto en el que podía sentir su respiración en mi rostro. Fue cuando decidí cerrar los ojos en espera de cualquier cosa que pudiera pasar. Pero entonces Popee se levanto apartándose de mi.

— Iré a ensayar un poco mas con Kedamono —Dijo mientras se marchaba.

Maldije en mi interior, arrepintiéndome por haber actuado de aquella manera, me había dejado llevar demasiado. Al mismo tiempo comprendí que la sanación que él necesitaba no sucedería de la noche a la mañana, y que requeriría paciencia.

Por la noche volvió a desaparecer, pero cuando lo encontré estaba haciendo una rabieta de nuevo, esta vez completamente solo. Lo veía sufrir y llorar.

Aun si podía lastimarme me acerque hasta quedar de frente, aunque parecía que no se percataba de mi presencia. Me atreví a abrazarlo, fue lo único que logro calmarlo de a poco.

— Estoy aquí para ti.. —Trate de consolarlo.

Me percate del aroma dulce que emanaba de Popee, pero también era acompañado por un olor a incienso.

Finalmente desistió y cayo de rodillas al suelo. En ningún momento lo solté, sino al contrario, me aferre aun mas a él.

— Hay cosas en mi pasado que aún me atormentan —Le costo hablar— Heridas que no han sanado.

— Te ayudaré a sanarlas.

— El circo...

Se aferro a mi. abrazándome con fuerza y cada segundo aumentaba la presión que ejercía en su abrazo. Escuche mis huesos crujir y me falto el aliento, pero permanecí en silencio. 

Popee comenzó a soltar una risa nerviosa que poco a poco se intensifico. Me soltó levantándose y retrocediendo de manera descuidada pues cayo de espaldas al suelo. Me tome unos segundos para recuperar el aliento.

— Ten cuidado —Me costo pronunciar.

A Popee le costó levantarse, no dejaba de reírse con desesperación, se tambaleaba demasiado y lloraba con gran dolor. Me puse de pie ignorando el dolor y me acerque a él intentando tranquilizarlo. Lo sujete de ambos brazos con fuerza para mantenerlo en pie y que dejara de tambalearse. Sus ojos estaban rojos, hinchados y sus pupilas dilatadas.

— No se que hacer —Expresó entre lagrimas. 

— Todo estará bien, te ayudare a salir de esto.

Después de un buen rato, sus fuerzas se agotaban poco a poco, y sus lagrimas se acabaron. Me encargue de llevarlo hasta la cama para que descansara y se quedo profundamente dormido.

Lleve mis manos a mi cabeza analizando la situación, no entendía nada, no sabía que debía hacer y ya no tenía tiempo para ayudarlo. Tenía la esperanza que Marifa lograra convencer a su padre para que arreglara esta situación con su hijo. Pero también quería que Popee fuera capaz de avanzar y dejar atrás el pasado, volver a relacionarse con sus amigos. Pase toda la noche en vela pensando en una solución.

Fragmentos Perdidos ||PopeexT/N||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora