Leah
Estos últimos meses he esperado eufórica que llegara este día y estoy tan emocionada que me tiemblan las manos.
Intento pintar mis labios con un labial rojo pero por el movimiento de mis manos se me dificulta la tarea aunque aún así, lo consigo.
Quizás esté nerviosa por esta nueva etapa de mi vida pero sé que la voy a disfrutar al máximo.
Me miro una última vez en el espejo de cuerpo entero que hay en mi habitación y salgo a buscar a Jacob que está en la suya para irnos ya para la universidad, mi primer día en la universidad, para él ya es su último año.
Jacob y yo somos amigos desde hace diez años cuando su familia se mudo al frente de mi casa. Ahora comparto con él este apartamento ya que vamos a ir a la misma universidad, me ofreció vivir con él aquí, así los gastos serían menores para ambos.
Entro a su habitación sin tocar la puerta encontrandolo todavía durmiendo. Uffff se nos hará tarde por su irresponsabilidad de no poner una alarma.
Me acerco a su cama para despertarlo moviendolo de un lado a otro.
—Jacob despierta —no responde y lo muevo con más fuerza —Jacob.
—Dejame dormir un rato más.
—Joder Jacob, sabes lo mucho que esperé este día por favor.
Cubre su cabeza con la almohada queriéndome decir que le importa una mierda.
Contando hasta tres para tranquilizarme le quito la sábana que lo tapa dejando al descubierto su atlético cuerpo con a penas un bóxer puesto.
—Ahhhhh —grito por lo que veo cuando sale de la cama y rápido le doy la espalda —Preparate rápido, ya vamos tarde.
Hago el amago de salir de su habitación pero me gira haciéndome quedar frente a frente con él y me aguanta por los hombros evitando mi huida.
Jacob es más alto que yo, debe de medir 1.80m o un poco más, yo le llego a los hombros. Su cuerpo está bien formado y ahora que lo estoy viendo casi desnudo puedo decir que es hecho a mano, abdominales bien marcadas, brazos bien definidos pero no están exagerados al igual que su espalda. Su cabello castaño claro, su piel blanca tiene un ligero bronceado al igual que la mía. En fin, mi amigo es simplemente hermoso.
—Buenos días para ti también gruñona —saluda —¿Por qué tienes los ojos cerrados?
Mmmm, déjame pensar, quizás porque tengo a mi amigo a escasos centímetros de mí, casi desnudo y con una erección matutina, sí, debe ser por eso.
Mmm, está bien dotado.
Recuerda que es tu amigo.
—Tu amigo de ahí abajo está despierto —digo con los ojos aún cerrado.
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Solo somos amigos ¿Verdad?
RomanceDiez años de amistad. Un pasado triste que los une. Jacob y Leah jamás pensaron que podían ser algo más que amigos pero las cosas cambian cuando se van a vivir juntos. Todo empezó con una propuesta y no una de esas en dónde la chica al final termina...