Lía
Llego a la cafetería después de salir de las agotadoras clases y busco en todo el lugar esperando encontrar a Elena que me envió un mensaje informándome que estaría aquí. No pasan más de dos minutos cuando logro ubicarla.
Me acerco con pasos lentos a la mesa en donde se encuentra porque esperaba encontrarla sola pero me sorprendo al ver a su novio y a Jacob.
Saludo a Elena y a Andrew, ignorando al otro sujeto presente como mismo él ha hecho conmigo los últimos cinco días.
El último contacto que hizo conmigo fue en la fiesta de nuestros padres cuando intervino para que yo no me fuera a Italia, pero para qué, si ni siquiera me da la hora.
Está bien que la cagué a lo grande pero tampoco es para que me ignore tanto, al punto de que me estoy cuestionando si verdaderamente existo.
—¿Qué planes tienen para hoy? —investigo —Irán al departamento a ver películas o se irán de fiesta.
—Hoy iremos a cenar con mis padres —responde Elena.
Quiero decir algo más, hacer planes para mañana, no quedarme sola en un departamento sintiéndome invisible frente a la única persona con la que pensé que nunca discutiría, sé que es mi culpa, que nunca debí proponer algo así, pero ya lo hice, no puedo retroceder en el tiempo. Retengo mis palabras al ver mi teléfono vibrar en la mesa notificando un mensaje.
Jenny: ¿No has sentido ningún efecto secundario? Náuseas, dolores de cabeza, sensibilidad en los senos...
Yo: Ni esos ni ningún otro de los que ya me mencionaste hace días. Ya han pasado cinco días, no creo que vaya a tener alguna reacción adversa.
Antes de volver a Boston Jenny me llevó con ella al hospital donde hace su primer año de residencia y después de hacerme unos análisis y chequear que todo estaba bien me puso la inyección anticonceptiva de tres meses, por si sí, por si no y por si acaso, cuando llegue el momento y ocurra algún accidente con el condón y se rompa o se nos olvide, evitar un embarazo. Jonathan siempre tiene uno en su cartera, lo ví sacar uno hace tres noche cuando estuvimos a punto de hacer el sin respeto pero otra vez mágicamente Jacob llegó.
Echo el teléfono en mi cartera al mismo tiempo que desecho la idea de pedirle a mis amigos hacer planes para mañana, no quiero estar de mosca cuando ellos están de pareja y con Jonathan no puedo contar porque otra vez tiene planes con sus padres.
—¿Me pueden llevar? —pido a la pareja que cuando me escuchan rompen el contacto del beso que se están dando.
Miran a Jacob para luego mirarme a mí.
ESTÁS LEYENDO
Solo somos amigos ¿Verdad?
RomanceDiez años de amistad. Un pasado triste que los une. Jacob y Leah jamás pensaron que podían ser algo más que amigos pero las cosas cambian cuando se van a vivir juntos. Todo empezó con una propuesta y no una de esas en dónde la chica al final termina...