Diez años de amistad.
Un pasado triste que los une.
Jacob y Leah jamás pensaron que podían ser algo más que amigos pero las cosas cambian cuando se van a vivir juntos.
Todo empezó con una propuesta y no una de esas en dónde la chica al final termina...
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Leah
Regresé con Savannah a la casa de su prima porque Andrew se había quedado acompañando a Jacob. La chica es muy simpática, después de que salimos conversamos por todo el camino y para nada fue incómodo, es residente de medicina y en esta semana está de intercambio en un hospital acá en Boston.
Cuando llegamos, estuve unos minutos con ellas, después de escuchar los planes que tenían para el siguiente día, una pequeña actividad en la piscina con un par de amigos de la facultad de Savannah, me fui a mi habitación.
Pasé toda la puta noche sin dormir, en mi mente solo había una cosa: ¿Por qué Jonathan me perdonó?
Lo más probable es que quiera vengarse de mí, tal vez ese es único objetivo, a lo mejor es conciente de lo incómodo que es para mí estar con él y quiere torturarme con eso. Lo peor de todo es que yo lo acepte y ahora tengo que cargar con esa cruz, de esa forma mi error iba a tener menos peso.
Solo pensé en él porque pensar en Jacob en ese momento me dolía y que nos haya exhibido me jodió, tan solo quería quitarle disminuir ese daño que hicimos juntos pero...
¿Por qué Jonathan me perdonó?
Me hice la misma pregunta varias veces y nunca tuve la respuesta, o sí, tal vez solo buscaba hacerme daño o no quería que estuviera con Jacob para que ninguno de los tres fuéramos felices.
—Tierra llamando a la Luna —la mano de Elena agitandose frente a mis ojos, me sacó de mis pensamientos —¿Estás bien? Pareces que estás en otro lugar.
Asiento, muestro una sonrisa forzada.
—Castaña, ayúdame ha llevar las copas al área de la piscina —pide Andrew.
Salimos de la cocina juntos, dejando a las dos pelirojas preparando un asado. Acomodamos las copas en una barra que está a unos pocos metros de la piscina y dimos un par de vueltas más, buscando frutas, las botellas de bebida y varios aperitivos dulces y salados.
La mañana se había ido y en el trascurso de esta habían llegado cinco de los compañeros de Savannah y ya estábamos todos en el área de la piscina.
Todos estaban disfrutando, las sonrisas en sus rostros eran testigo de ello, pero, yo no me veía tan feliz con eso.
Mi mente estaba perdida y solo pensaba en que aceptar salir de nuevo con Jonathan es un error.
